Beget en Girona, un pequeño tesoro
Incluida dentro del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña, es uno de los pueblos que pertenecen a la comarca de Alta Garrocha, en la cabecera del río Llierca. Con sus casas de piedra y su tranquilidad rural, Beget es un sitio perfecto para una escapada de fin de semana.
Los tres barrios de Beget
El núcleo del pueblo está formado por tres sectores, cada uno de ellos separado por un arroyo y conectados entre sí por puentes. El barrio más antiguo tiene construcciones del siglo XIV, como por ejemplo la iglesia de San Cristóbal y las casas de los alrededores. El primer puente de Beget también fue construido en esa época.
La mayor parte de las viviendas están asentadas sobre la roca y tienen paredes de piedra, cal y barro. Las fachadas están pintadas de beige, blanco y ocre y los dinteles de las puertas y las ventanas son de piedra picada o madera. Los tejados de estilo árabe y las aberturas con contraventanas interiores terminan de configurar la imagen típica de Beget.
En el barrio más moderno se pueden ver edificaciones del siglo XVIII con aleros de madera y balcones o barandillas de hierro. Las fachadas están decoradas y los techos son planos. Un contraste más que bonito entre cada sector del pueblo.
“Poetas, nunca cantemos / la vida de un mismo pueblo, / ni la flor de un solo huerto. /Que sean todos los pueblos / y todos los huertos nuestros.”
-León Felipe-
Beget, el escondido
Para llegar al pueblo se toma la carretera GIV-5223 y, tras hacer algunos desvíos y curvas sinuosas durante 2 horas, llegarás a este hermoso lugar. Dado que el acceso a Beget es algo complicado, muchos creen que esa es la razón por la que ha quedado tan bien conservado y alejado de los turistas.
Desde hace algún tiempo, algunos residentes de Barcelona han comprado una casa aquí para pasar sus vacaciones o hacer una escapada en algún fin de semana. Sin duda, una elección inteligente para disfrutar el Vall de Camprodon en todo su esplendor.
Si has decidido quedarte allí unos días, además de descansar puedes recorrer sus puntos más destacados. Con una hora de caminata ya conocerás todo el pueblo. ¡Así de pequeño es! El gran atractivo, sin duda, es su iglesia de San Cristóbal, de estilo románico. Si bien algunas de sus partes se construyeron en el siglo X, la mayoría del templo data de los siglos XII y XIII.
Cuenta con un campanario de 4 pisos y un portal de acceso con cinco arquivoltas. En su interior se destaca la talla del Cristo Majestad, la pila bautismal y la imagen de la Virgen de la Salud. Se puede entrar en este edificio de una sola nave, ábside semicircular y arcos torales los sábados y domingos en horarios específicos según la temporada.
El resto del paseo estará compuesto por caminatas por sus pequeñas y serpenteantes calles. No importa qué camino tomes, siempre acabarás llegando a uno de sus dos puentes medievales para cruzar de un lado al otro del río.
Aunque los fines de semana se ven algunos turistas con sus típicos atuendos, Beget aún no ha perdido su esencia ni su belleza original. El aspecto rural lo sigue manteniendo como si el tiempo nunca hubiese pasado.
Senderismo y gastronomía en Beget
Hay muy pocas cosas que se pueden hacer en Beget, pero no por ello deja de ser un hermoso pueblo. Los amantes del deporte pueden practicar senderismo o ciclismo en su maravilloso entorno natural entre las montañas y valles. Algunas de las rutas más populares son el Pic de les Bruixes (de 1393 metros de altura), la subida al Comanegra (1557 metros) y el camino entre Beget y Oix (de 13,5 km).
Para recuperar fuerzas o quedarte sentado admirando las casas de piedra puedes comer un plato típico en sus restaurantes. Son pocos los disponibles, siendo el más popular Can Jeromi, cerca del primer puente y con la iglesia de fondo. Los platos mezclan la comida tradicional catalana con los productos locales, como por ejemplo la botifarra amb mongetes que se puede disfrutar en su hermosa terraza.
Beget es un lugar perfecto para relajarse, respirar aire puro y comer como un rey ¡a qué esperas para visitarlo!