Los atractivos de Cork, Irlanda en estado puro
Cork es la segunda ciudad más grande del país y la segunda en importancia después de Dublín. La población se levantó en el condado del mismo nombre. Se le suele llamar la ciudad “rebelde” por haber luchado contra diferentes poderes británicos durante su dominación.
Hablar de Cork es hacerlo de una ciudad plena de energía. A ello ayuda ser ciudad universitaria, pero que además cuenta con una exquisita gastronomía que va más allá del tradicional “fish and chips”. Pasear por sus calles es ver iglesias y, claro está, las cicatrices que ha dejado un conflicto religioso que aún está reciente.
Cork, un destino muy completo
Los amantes de la naturaleza cuentan con estampas de gran belleza en el campo irlandés. Incluye las postales del río Lee que parte en dos el municipio, o acercarse a las playas de los pueblos costeros cercanos.
En esta ciudad, que fue el último punto donde paró el desgraciado Titanic, se puede pasear por su casco viejo que nace al lado del río Lee. Uno de sus mayores atractivos es el English Market, un mercado que se levantó en el siglo XVII y que se ha reconstruido tres veces. En este mercado se pueden degustar muchos productos frescos, desde pescado hasta frutas.
En 2016 la República Irlandesa celebró su centenario como país independiente del Reino Unido. Las iglesias son un símbolo del conflicto. Uno de los principales puntos de fricción eran las limitaciones al culto católico. Esto tuvo como consecuencia que se puede ver que las principales iglesias de Cork son protestantes, estando los templos católicos en calles de menos importancia.
Lugares de interés en Cork
Hay que nombrar, en primer lugar, la Catedral de San Fin Barre, levantada a finales del siglo XIX siguiendo el estilo gótico francés. Destaca por sus torres y tiene un ángel de oro que corona el templo. Cuenta con 1.260 esculturas y un importante valor simbólico por la relación con la Francmasonería.
Otro templo de interés es la Iglesia de Santa Ana. Se construyó en 1722 y conserva una pila bautismal de 1629. Puede uno subir a su cúpula y tener unas vistas magníficas de la ciudad. Los visitantes pueden hacer repicar las campanas del templo. Toda una experiencia para quienes se animen.
Además, como buena ciudad irlandesa, tiene en las afueras un castillo, ubicado en un saliente de la tierra a orillas del río Lee. Sufrió varios incendios y tras el último, ocurrido en el siglo XIX, fue reconstruido. Hoy se puede disfrutar en él del Blackrock Castle Observatory, un museo astronómico que es muy interesante para los niños. Igualmente cuenta con un telescopio en una cúpula para tener la mejor visión. Lo único malo es que solo puede usarse cuando el cielo está despejado en la ciudad.
También se puede visitar el Fota Wildlife Park, un parque extenso de 40 hectáreas repleto de animales salvajes que viven en semilibertad. Hay más de 30 especies de mamíferos y 50 de aves que visitan la zona junto a unas 400.000 personas al año. Sin duda, una de las principales atracciones de la región.
Los alrededores de Cork
Además de la propia ciudad, Cork tiene el atractivo de poder visitar los pueblos próximos y uno de ellos es Kinsale, donde se puede ver la transformación de Irlanda. Este pequeño pueblo de pescadores ha pasado a ser un lugar de retiro y ocio para los habitantes de la zona y gran número de turistas. Navegar por su bahía o pasear por sus calles llenas de colores es imprescindible.
Por último, recomendamos la visita al Fuerte Charles, que se construyó en una curiosa forma de estrella en el siglo XVII para defender su costa ante la posibilidad de un ataque español en tiempos de Felipe II. Con el tiempo se amplió y fue destacado protagonista en otras batallas de la dilatada historia de Irlanda.
“No hay tierras extranjeras. Solo el viajero es extranjero.”
– Robert Louis Stevenson –
Esperamos que con estas líneas tengas una información más que detallada de lo que Cork ofrece al turista. Aunque muchos visitantes que aterrizan en Irlanda se limitan a ver Dublín, esta ciudad merece también una visita. Atractivos tiene más que sobrados.