6 encantadores pueblos medievales de Burgos
La provincia de Burgos fue uno de los territorios donde se comenzó a fraguar el futuro Reino de Castilla, al ser tierras que durante la Baja Edad Media los cristianos fueron reconquistando a los musulmanes. Tal vez por eso, o quizás porque muchos de estos lugares quedaron después congelados en el tiempo, existe la posibilidad de visitar atractivos pueblos medievales burgaleses. Aquí os recomendamos varios:
Pueblos de Burgos congelados en el tiempo
1. Caleruega
Esta población es una de las más interesantes de toda la Ribera del Duero, territorio vinícola donde los haya. Aquí nació Santo Domingo de Guzmán en el siglo XII, si bien para entonces la población ya tenía unos doscientos años de antigüedad. No obstante, la huella de Santo Domingo de Guzmán es indeleble en las calles de Caleruega.
Aquí está el convento que lleva su nombre, así como en la iglesia de San Sebastián se recuerda que aquel santo fue bautizado en ella. Y desde luego, otro de los monumentos de visita obligada es el robusto Torreón de los Guzmanes.
2. Lerma
Lerma posee un conjunto medieval de enorme interés, pero lo más interesante es que esos rastros de la Edad Media conviven a la perfección con edificios muy posteriores. No hay que olvidar que está declarada Villa Conventual y Cortesana del siglo XVII. A ello se debe la presencia del Palacio Ducal dominando la Plaza Mayor, así como otras construcciones de aires barrocos.
Sin embargo, la villa está muy ligada con el Medievo y eso se ve en otros lugares de la pequeña población que conserva casas medievales, así como un puente de esa época o el llamado Arco de la Cárcel.
3. Frías
El nombre nos da una idea del clima en este lugar situado a unos 80 kilómetros de la propia ciudad de Burgos. Pero que no os acobarde el frío, esta población es digna de una visita para así apreciar la monumentalidad de su principal edificación histórica: el castillo de Frías.
En torno a esa fortaleza se desarrolló esta localidad fundada en el lejano siglo X. Y callejeando se pueden ver edificios con sabor a medievo como es la iglesia de San Vicente, casi al borde de un precipicio, o el puente que une las dos orillas del río Ebro. Y dignas de una buena fotografía son las Casas Colgadas, adaptadas al territorio tan agreste que rodea Frías.
4. Peñaranda de Duero
Si la localidad anterior está regada por el Ebro, ahora nos vamos hasta otro de los grandes ríos hispanos: el Duero, o más bien uno de sus afluentes, el Arandilla. Aquí eligieron los cristianos fundar un castillo en el siglo XI para vigilar a sus rivales y vecinos musulmanes, y ese fue el germen de Peñaranda de Duero.
Poco después se edificaría la Plaza Mayor, donde llegó a estar la colegiata de una abadía. Y progresivamente se fue desarrollando su trama urbana medieval, que hoy se conserva casi de forma íntegra. Al igual que se conserva una construcción posterior muy interesante: el Palacio de los Condes de Miranda, levantado en el siglo XVI.
“No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado, para darte cuenta de cuanto has cambiado tú.”
– Nelson Mandela –
5. Poza de la Sal
Esta población prácticamente es limítrofe con el territorio del País Vasco. Y como os imagináis por su topónimo, aquí se extraía sal y esa fue la fuente de su riqueza. Incluso hoy en día se pueden ver las salinas cercanas a la población.
No obstante, lo más hermoso es caminar por la villa medieval, excepcionalmente bien conservada y declarada Conjunto Histórico-Artístico. Un lugar donde se visita la iglesia de San Cosme y San Damián, el convento de San Bernardino de Siena, los restos del castillo o el santuario de Nuestra Señora de Pedrajas.
6. Covarrubias
Vamos a acabar con uno de los conjuntos monumentales más atractivos de Burgos. Estamos hablando de Covarrubias. Una población ligada a Fernán González, un infatigable noble cristiano que luchó mano a mano con el Cid en varias ocasiones. De hecho, en la Colegiata de Covarrubias se guarda su sepulcro. Y dos de los principales monumentos llevan su nombre, un palacio y un gran torreón.
Pero además de recordar al principal artífice de la reconquista de Covarrubias, también hay que darse un tranquilo paseo por la localidad para sentir la esencia medieval de sus calles y plazas, o de apreciar la espiritualidad de su iglesia dedicada a Santo Tomás.