6 cosas imprescindibles que ver en Gdansk

Gdansk es una ciudad polaca que pasa desapercibida para muchos viajeros. Sin embargo, posee grandes encantos que la convierten en una de las joyas de Polonia. A continuación, te mostramos lo que hay que ver en Gdansk y qué hacer para conocerla mejor y que te acabes enamorando de ella. ¿Nos acompañas?

Ruta Real, el primero de los lugares que ver en Gdansk

Así se conoce el camino que discurre a lo largo del casco histórico y que permite descubrir una gran cantidad de monumentos destacados de Gdansk. Algunos de ellos son las puertas que dan acceso a diferentes emplazamientos: la Puerta Alta, de estilo renacentista; la Puerta Verde, la más antigua de la ciudad; y la Puerta Dorada, dispuesta a modo de arco de triunfo.

Otro lugar de interés que hay que ver en Gdansk es el mercado Largo , que es una plaza repleta de puestos callejeros. Y tampoco hay que perderse la fuente de Neptuno, que representa la relación de Gdansk con el mar; la Corte Artus, mansión gótica que acoge una sede del Museo Histórico de la ciudad; o la Torre de la Prisión, junto a la Cámara de Torturas.

Ayuntamiento de Gdansk

Mención aparte requiere el ayuntamiento, principal atracción de la Ruta Real. El edificio, de estilo gótico, data del siglo XVI y dispone de una torre campanario que marca las horas de la ciudad. Esta es la segunda más alta de Gdansk y se encuentra coronada por la estatua del rey Segismundo II.

En cuanto al interior del ayuntamiento, sobresale la Sala del Concejo por su decoración. Hablamos de pinturas del siglo XVII de Adolf Boy y Herman Han; de una espectacular escalera de caracol de madera; de azulejos de cerámica de Delft, así como de otros elementos procedentes de casas derribadas.

Basílica de Santa María

Está considerada la mayor iglesia del mundo hecha con ladrillos. Es de estilo gótico, el tradicional de la zona del Báltico, y fue construida entre los siglos XIV y XVI. Además, su torre campanario, de ochenta y dos metros, es la más alta de Gdansk. Desde la misma se puede disfrutar de una increíble panorámica de la ciudad.

Volviendo a la basílica, esta conserva en su interior varias obras de arte salvadas de la destrucción durante la Segunda Guerra Mundial; una imagen de la patrona de Gdansk; o el reloj astronómico, uno de los más famosos del mundo. Mide catorce metros de altura y está dividido en tres niveles: el calendario, el planetario y las figuras mecánicas.

Gran Arsenal                     

Es el más bello exponente de la influencia del Renacimiento flamenco. Se construyó a principios del siglo XVII para servir de arsenal de la ciudad, función que cumplió hasta el siglo XIX. En la actualidad alberga la Academia de Bellas Artes, situada en el primer piso; y unas galerías comerciales, en la planta baja.

Todo el edificio está hecho de ladrillo rojo con decoraciones en blanco para darle más contraste. Consta de dos fachadas muy diferentes entre sí. La principal tiene dos puertas de entrada; una pieza central, que es la estatua de Minerva; y dos torres de planta octogonal. Mientras, la otra, que da al Mercado del Carbón, es mucho más modesta.

Gran Molino

Otro de los rincones que ver en Gdansk. Su origen se remonta al siglo XIV, aunque fue derribado por los bombarderos en plena Segunda Guerra Mundial. De ahí que hablemos de una reconstrucción. Hasta entonces había funcionado como granero y para procesar la harina. Su cometido en la actualidad es muy diferente, pues alberga un centro comercial.

Respecto a su arquitectura, cabe decir que está diseñado en ladrillo y que cuenta con un tejado a dos aguas salpicado con pequeñas ventanas. Asimismo, está situado en una isla artificial sobre el canal Radunia, ya que se pretendía aprovechar la fuerza del agua para hacerlo funcionar.

Paseo del Muelle

Caminar a lo largo del río Motlawa es una de las mejores formas de conocer Gdansk. Y es que de esta manera se pueden visitar, por ejemplo, algunas casas museo de antiguos comerciantes y el Museo Arqueológico. Asimismo, hay otros edificios históricos que se arremolinan junto al río y que forman una de las mejores estampas de la ciudad.

Si seguimos paseando llegamos hasta la Vieja Grúa, una máquina enorme dentro de un edificio de madera. Frente a la misma está la isla del Plomo, que alberga el Museo Marítimo, donde está atracado el barco Soldek, el primer buque construido en los astilleros de Gdansk.