5 datos (o más) sobre Japón que te sorprenderán
Japón, en el Lejano Oriente, es un destino cada vez más apetecible (nunca ha dejado de serlo), sobre todo por la fascinación que provoca lo desconocido. Y es que la lejanía ha hecho que durante mucho tiempo no se supiera mucho sobre el país nipón, más allá de los tópicos. Sin embargo, hoy en día podemos saber mucho más sobre él, lo cual hace que tengamos más ganas de visitarlo. Y si no, ya lo verás tras leer estos datos sorprendentes sobre el país del Sol Naciente.
Mucha gente, pero también muchas montañas
Pensamos que Japón es un país plagado de grandes ciudades, de metrópolis inmensas. Y es cierto que hay urbes como Osaka o Yokohama que son gigantescas, por no hablar de Tokio, la capital. Sin embargo tal vez no sepas que hasta el 70 % del territorio japonés son paisajes de montañas.
De entre todas ellas hay una que te suena de forma inmediata, se trata del Monte Fuji. Pues bien, esta montaña en realidad es un volcán, perfectamente simétrico. Por eso no extraña que haya sido pintado por todos los grandes artistas de la historia del país. E incluso es el gran símbolo nipón.
Entrar a un balneario japonés
El Monte Fuji es el gran volcán japonés. Pero en realidad, hay más de 100 activos. ¿Peligro? ¿Quién sabe? Afortunadamente todavía hay cosas de la madre naturaleza que no podemos domesticar. No obstante, Japón es más propenso a los movimientos sísmicos que a las erupciones volcánicas.
En cambio, la presencia de tanto volcán hace que sean muy habituales un tipo de baños termales, llamados “onsen”. En general, tienen áreas para hombres y mujeres, ya que hay que bañarse desnudo.
Como curiosidad, os diremos que si llevas tatoos por el cuerpo, tal vez no puedas entrar, ya que es tradición impedir el paso a personas con tatuajes porque se suponía que eran miembros de la yakuza o mafia nipona.
Algunos datos sobre los famosos trenes japoneses
Tokio y su área metropolitana es la ciudad más poblada de todo el planeta, por eso no extraño saber que también tiene la estación más concurrida del mundo. Se trata de la estación de Shinjuku. Es en sí misma es una atracción turística. Hay que acercarse a ella para contemplar el espectáculo cotidiano de miles de japoneses tomando el tren. Impresionante.
Y si queréis tomar un tren desde Tokio a Osaka. Concretamente, tomar el Tokaido Shinkansen, el ferrocarril que más pasajeros traslada. Desde que se inauguró este tren de alta velocidad en 1964 ha trasladado a más de 150 millones de viajeros. Es difícil que te quedes sin asiento. Cada hora salen 13 trenes, cada uno con más de 1.000 billetes a la venta.
Hora de comer en Japón
Actualmente la gastronomía japonesa la podemos conocer en Occidente, por eso términos como shushi o yakisoba nos suenan. Sin embargo, somos incapaces de leer sus nombres. De ahí que en las grandes urbes niponas veas que los restaurantes tienen los menús en tres dimensiones. Es decir, tienen cada plato representado en una figura de plástico, para que los extranjeros podamos elegir. Si os queréis llevar de recuerdo una de estas figuras, las encontraréis en muchas tiendas de souvenir.
Esto ocurre en las grandes ciudades y los lugares más turísticos, como la monumental Kyoto. Pero en las poblaciones más pequeñas eso es impensable.
Y tampoco os creías que todos los japoneses hablan inglés. Rotundamente falso. Pero lo que sí que es cierto es que son extraordinariamente amables, y en cualquier lugar, sin que os entendáis una sola palabra, harán todo lo posible por que salgáis satisfechos.
“No me preguntes hacia donde me dirijo, ya que viajo por este mundo ilimitado, donde a cada paso que doy es mi hogar.”
-Dögen Zenji-
Templos de muchas religiones
Una de las cosas que más impactan del patrimonio histórico japonés, son sus templos religiosos. Unas maravillas arquitectónicas hechas muchas veces en madera, que se han quemado y reconstruido tal cual en varias ocasiones y de modo idéntico a lo largo de la historia. Hay ejemplos esplendorosos, como el gran templo del Izumo Taisha, uno de los lugares más reverenciados del Sintoísmo.
Lo cierto es que la gran mayoría de japoneses son sintoístas, lo que no significa que no puedan ser al mismo tiempo budistas o de otras religiones. Algo que se ve en lugares mágicos como el templo de Itsukushima, en la isla de Mijayima, frente a la bahía de Hiroshima. En realidad, esta convivencia de creencias es toda una lección.