4 razones para visitar Barcelona
Barcelona es considerada por algunos como una de las urbes más hermosas de Europa, cuenta con un caudal inagotable de riqueza cultural. Sus calles rebosan encanto, historia y arte. A medio camino entre el mar y la montaña, su ambiente atrapa al turista, que emocionado encontrará un amplio catálogo de atracciones, ninguna de las cuales le dejará indiferente.
Deambular por sus plazas, avenidas y descubrir sus peculiares barrios o penetrar en sus arboledas y parques, así como darse un relajado baño en sus agradables playas son solo unas pocas posibilidades de entre los cientos de diversiones que la Ciudad Condal ofrece al visitante.
Barcelona: pasión por la arquitectura
1. Gaudí, ingenio creativo modernista
En esta impresionante ciudad el apasionado de la arquitectura tendrá la oportunidad de conocer gran cantidad de obras del magnífico genio artístico y geométrico Antoni Gaudí.
La inacabada catedral de la Sagrada Familia supone uno de los mayores ejemplos de su trabajo. Su espectacularidad atrae a miles de personas provenientes de todos los rincones del mundo.
Por su parte, el Parque Güell es otro tesoro del modernismo. Fue un encargo del empresario Eusebi Güell, mecenas del artista.
Otro de los grandes edificios surgidos de esta prodigiosa mente es La Casa Milà, más conocida como La Pedrera, obra inspirada en la naturaleza y, por lo tanto, plagada de creativas formas que parecen provenir de nuestra más vívida imaginación.
Por último, la Casa Batlló no dejará de sorprender a aquellos que se deciden a explorarla. Hay que subir a la azotea para ver de cerca las famosas chimeneas, que son representaciones de la columna vertebral del dragón abatido por San Jordi, patrón de Cataluña. No podemos abandonar este curioso hogar sin pasarnos por su patio de luces, cuya escalera posee un hechizo inigualable.
2. El encanto de la antigua catedral
La Santa Iglesia Catedral Basílica de la Santa Cruz y Santa Eulalia es una edificación de estilo gótico con una historia casi tan extensa como su nombre. A pesar de estar localizada exactamente en el mismo distrito que la Sagrada Familia no se queda en segundo plano. En su interior alberga los restos mortales de la mártir a la que está dedicada.
Como curiosidad, su claustro está habitado por trece escandalosas ocas, algo que ha sido considerado un señal divina, ya que su número coincide con la edad exacta a la que falleció la santa. También cobija el famoso Santo Cristo de Lepanto, hacia el cual los barceloneses sienten gran devoción.
Si se desea, se puede subir en ascensor hasta la terraza para contemplar una hermosa panorámica de los tejados de esta hermosa metrópoli.
3. Torre Agbar, distintivo ejecutivo barcelonés
Este rascacielos, que ha sido denominado también La Torre de Aguas, es uno de los inmuebles más sugerentes y provocativos. Aunque en un primer momento su construcción no gustó a todo el mundo y tuvo muchos detractores, finalmente se alzó llegando a convertirse en un auténtico distintivo del poderío tecnológico y ejecutivo catalán.
Gracias a su característica forma de bala, así como al exhaustivo sistema de mecanismos luminosos que la decoran, llama la atención tanto de turistas como de curiosos. Mide casi 150 metros y cuenta con 34 plantas, la mayor parte de las cuales has sido dispuestas conformando habitáculos para oficinas. Por todo ello, actualmente es un visita más que obligatoria para aquellos interesados en el conocimiento arquitectónico contemporáneo de Barcelona.
“Barcelona es una ciudad extraña, porque cuanto más feo el tiempo, más hermosa la ciudad. Y el más feo de los edificios, es el más coherente de la ciudad”
-Rem Koolhaas-
4. Paseos que enamoran: las Ramblas
Las Ramblas es el nombre que recibe la extensa avenida más frecuentada de la Ciudad Condal. Sus inconfundibles puestecitos de venta de flores llenan de colorido este hermoso espacio. Están acompañados por el movimiento de comediantes callejeros y de los bellos lienzos de los pintores haciendo retratos.
Este bulevar empieza en el casco antiguo de la urbe, más concretamente en la Plaza de Cataluña, y finaliza en la Plaza de Colón. En honor al descubridor de América existe un mirador situado a 60 metros de altura, en la parte más elevada de su propia estatua. Las vistas obtenidas desde allí son extraordinarias.
Sin embargo, antes de llegar hasta aquí no debemos olvidarnos de pasarnos por el Mercado de la Boquería o visitar el conocido y respetado Teatro del Liceo.