Wattens en Austria, un reino de cristal
A todas las mujeres le encantan las joyas en mayor o menor medida y no pueden resistir la tentación de mirar una tienda llena de cristales. ¿Sabías que Swarovski, el líder mundial en cristales, tiene su fábrica en la ciudad de Wattens, en Austria? Hasta allí vamos en esta oportunidad, para que conozcas todo sobre este reino brillante.
Wattens: más que destellos
La ciudad de Wattens está ubicada en el distrito austriaco de Innsbruck, en la parte baja del Tirol del Norte. Se extiende en la costa sur del río Inn y muy cerca del valle de Wattenal. Para llegar a esta localidad podemos utilizar el tren o la carretera. El clima aquí es muy frío, en invierno las temperaturas son bajas y la nieve es una protagonista principal.
La historia de Wattens tiene sus orígenes en la antigüedad (se han encontrado vestigios de asentamientos hace miles de años), aunque se menciona por primera vez en el año 930, cuando formaba parte de un ducado alemán de la región de Baviera.
Estuvo en manos de los condes de Tirol hasta el siglo XII y posteriormente adquirido por la Casa de los Habsburgo de Austria. La industria del papel fue la primera en instalarse en la zona, en 1559.
La economía local mejoró notablemente a partir de 1895 cuando Daniel Swartz, un cortador de vidrio de Bohemia, hoy República Checa, se estableció en Wattens para iniciar su producción de joyas de cristal. Con escenario de fondo los Alpes austriacos y en una de las zonas más bonitas del país, repleta de pueblos encantadores, esta ciudad pequeña brilla gracias a los cristales. ¡Y nos ha llamado mucho la atención!
El Museo de Swarovski en Wattens
Un apellido complicado de leer o de escribir pero que todo el mundo conoce. Swarovski es sinónimo de productos de cristal y de lujo por excelencia, fabricados ahora industrialmente. El museo llamado “Kristallwelten” (mundo de cristal) es un imperdible si estamos paseando por la zona de Tirol y, por supuesto, si nos gustan las joyas.
Hablando un poco sobre la historia de esta fábrica tenemos que detallar el motivo por el cual Swarovski (que no era su apellido verdadero) eligió Wattens para instalar su empresa. Los dos elementos que necesitaba sin escatimar, además de los cristales, eran agua y energía. La pureza de la primera y la cantidad de la segunda hicieron de este pueblo un sitio idóneo.
Para festejar el centenario de la fundación de la fábrica de cristales en 1995, el artista André Heller creó un museo dedicado por completo a los cristales (el área de producción no se puede visitar).
En la sala principal se pueden ver las “cámaras de las maravillas” donde artistas internacionales crean usando, obviamente, cristales. Hay, por ejemplo, un pabellón azul con obras de Dalí y salas donde muestran cómo los cristales brillan en la oscuridad.
“La vida, como una cúpula de cristales multicolores, deforma la blancura esplendorosa de la eternidad.”
-Percy Bysshe Shelley-
En la entrada nos encontramos con un gigante guardián hecho con una montaña de césped, una cascada que sale de la boca y ojos de cristal bien resplandeciente, como no podía ser de otra manera. Desde su inauguración hasta la fecha (teniendo en cuanta que estuvo cerrado durante un tiempo) ya han visitado el museo más de 13 millones de personas.
En 2015 se conmemoraron no solo los 120 años de la apertura de la fábrica sino las dos décadas del museo y la refacción fue completa. Se añadió más espacio interior y mientras se hacían las obras se descubrieron restos romanos y monedas que están exhibidas.
El jardín del gigante es la zona más bonita porque nos permite disfrutar del aire libre y del cuidado de este enorme muñeco (símbolo de la marca al igual que el cisne). Con una superficie de 7,5 hectáreas puede ser recorrido durante la visita que, lejos de ser solo para mujeres, tiene atracciones para toda la familia, como por ejemplo un parque infantil, una torre de juegos (que los adultos también aprovechan), un laberinto y un jardín de estatuas hechas con cristales Swarovski.
Para terminar, un lago o “piscina espejo” cubierto de nubes hechas a mano con… ¡800.000 cristales! Sin duda brilla con el sol, aunque si está nublado con tanta cantidad de joyas creemos que el resplandor se verá desde centenares de metros de distancia.
Cuando compres o reserves algo mediante un enlace de nuestra web, nosotros podemos obtener una comisión como promotores, sin coste adicional para ti.