Las Vueltas de Taganana, descubriendo la selva canaria
En el extremo nororiental de Tenerife impera la ley de la jungla. Hace 7 millones de años, los volcanes, los vientos alisios y el océano Atlántico se confabularon para moldear a su antojo esta ínsula de relieve abrupto y corazón selvático.
Aquí, las laderas están cubiertas por un espeso monte de laurisilva y senderos como Las Vueltas de Taganana que las recorren, así como también por la niebla que precede al famoso mar de nubes. ¿Te apetece recorrer con nosotros este espectacular sendero selvático? Te prometemos que saldrás fascinado.
Taganana, el origen
Desde el siglo XVI, Taganana fue el núcleo más importante de Anaga. Contó con parroquia propia desde al menos el año 1505, y con alcalde y alguacil desde 1518.
Desde un primer momento, sus tierras se dedicaron al cultivo de la caña de azúcar, lo que dio lugar a la construcción del Camino de Las Vueltas para sacar la producción. Este camino fue la vía de comunicación más importante del macizo, al unir la población de Taganana con San Cristóbal de La Laguna, capital tinerfeña por aquel entonces.
Las Vueltas atravesaba las cumbres de Anaga, y partiendo de él existían ramales que conectaban con el resto de los valles del macizo. El Anaga es una formación montañosa y a su vez región histórica del nordeste de la isla.
Por otro lado, es el lugar que cuenta con mayor cantidad de endemismos de Europa. Por eso, en 1994 fue declarado como parque rural y el 9 de junio de 2015 como reserva de la biosfera por la Unesco.
Recorriendo el sendero Las Vueltas
El sendero de Las Vueltas constituía, hasta hace muy poco, la única vía de comunicación del pueblo de Taganana con Santa Cruz y La Laguna. El recorrido comienza a la izquierda de la Casa Forestal, en la carretera general TF-12 y en la zona conocida como Casas de las Cumbres por un camino de tierra.
El itinerario asciende entre densas masas de fayas y brezos hasta las proximidades de una cueva situada en su margen derecho. A partir de este punto empieza a descender, a la vez que aumenta en su entorno la presencia de especies de laurisilva y de surgencias de agua.
El trazado muestra el empedrado original en varias ocasiones, y sigue un recorrido lleno de curvas, origen del nombre de «Camino de las Vueltas».
Entre papas y viñas…
Pasado el primer tramo, la densidad arbórea se disipa progresivamente y deja ver espectaculares panorámicas de la costa. En esta zona, el empedrado se va haciendo cada vez más visible y empiezan a aparecer muros de piedra y bancales cultivados de papas y viñas.
Luego, el sendero avanza hasta la carretera de Los Naranjos, la atraviesa y, tras un corto recorrido, toma a la izquierda un camino empedrado que desemboca en el barrio de Portugal, ya en Taganana. Este es un interesante núcleo en el que destaca la arquitectura tradicional de sus casas; también cuenta con una red de caminos para la práctica del excursionismo que conectan con Afur, El Bailadero y Almáciga.
Por otra parte, posee una ruta autoguiada por el interior del núcleo que da a conocer los valores etnográficos del lugar, y también se encuentran las playas de Tachero y del Roque de las Bodegas.
Las Vueltas, un sendero «endémico»
Como mencionamos con anterioridad, en 2015 el Macizo de Anaga, lugar en el que se inserta el sendero Las Vueltas, fue declarado Reserva de la Biosfera por la gran variedad de paisajes, hábitats y ecosistemas que atesora en sus diferentes pisos de vegetación.
Tanto es así que, desde los fondos marinos a las cumbres, este territorio alberga por demás una flora y fauna endémicas. En especial la Cruz del Carmen, una vieja intersección de caminos en la cara occidental y enclave con mayor biodiversidad de todo el continente europeo.
Entre las colinas que elevan el macizo hasta los 1000 metros de altitud se custodia uno de los mayores tesoros biológicos de la Macaronesia: el bosque de laurisilva. En este lugar, la niebla se propaga entre los caminos que se pierden en esta selva de laureles, líquenes, brezos, tilos o viñátigos. Todos ellos componen este vestigio vegetal de la Era Terciaria, es decir, de hace 40 millones de años.
Tenerife, una isla con rincones únicos
Esta isla volcánica tiene de todo: naturaleza, rutas, deportes, excursiones, ocio, etc. Por tanto, os recomendamos descubrir los parajes más recónditos de Tenerife, la fauna y flora que los complementan. En resumidas cuentas: la belleza de la naturaleza en estado puro.
El sendero Las Vueltas de Taganana es uno de esos itinerarios que te transportan sin querer a otros rincones del planeta. De seguro saldrás tremendamente asombrado. ¿Te lo vas a perder?
- Javier M. Mansilla. 2019. El Tenerife de la laurisilva, mucho más que sol y playa. https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/tenerife-laurisilva-mucho-mas-que-sol-y-playa_14496