Visitamos la preciosa catedral de Zamora

Es una de las catedrales más pequeñas y antiguas de España, una joya que merece la pena conocer.
Visitamos la preciosa catedral de Zamora
Cristina Moreno

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 08 diciembre, 2019

La catedral de Zamora es una de las joyas del románico español. Dedicada al Salvador, es una de las catedrales más pequeñas, pero más bellas, de Castilla y León. Asomada al río Duero, te espera para que descubras todos sus tesoros. ¿Nos acompañas?

Un poco de historia

Vista de la catedral de Zamora
Catedral de Zamora

La construcción de la catedral de Zamora se la debemos al obispo Esteban, al rey Alfonso VII de León y a la infanta Sancha Raimúndez. Sus obras comenzaron en el siglo XII, si bien, después sufriría múltiples reformas.

La tradición cuenta que se construyó en tan solo 23 años, algo bastante increíble para la tecnología de la época. De hecho, recientes investigaciones están desmintiendo esta hazaña.

La catedral se encuentra situada en el punto más elevado de la ciudad de Zamora, quizás para sobresalir más entre los demás edificios de la urbe sin tener que elevar en demasía sus muros y torres. Fue declarada Monumento Nacional en 1889 y desde entonces cuenta con una alta protección patrimonial. Además, forma parte de la Ruta del Románico del Duero.

Características de la catedral de Zamora

Pese a que seguramente no se construyó en 23 años, sí que debió de ser un proceso constructivo bastante rápido. Es un aspecto que se evidencia en su unidad de estilo. De hecho, muchos expertos aseguran que su construcción la debió llevar a cabo un solo maestro.

Cimborrio de la catedral de Zamora
Cimborrio de la catedral

De planta de cruz latina, los tres ábsides en que remataba la obra original fueron sustituidos por una cabecera gótica en el siglo XVI. En el crucero se eleva majestuoso un impresionante cimborrio con un enorme tambor de 16 ventanas. Sobre él se elevan las bóvedas gallonadas de estilo oriental.

En el exterior cuenta con tejas de piedra asemejando escamas y pequeños cupulines que le dan movimiento a la cúpula. Este es un elemento que comparte con otras catedrales como la de Salamanca y que se ha convertido en el símbolo de la ciudad de Zamora.

Además del cimborrio, lo más destacado de la catedral de Zamora es la torre. Llamada del Salvador, la torre de esta catedral castellana es una inmensa mole de planta cuadrada. Esta se va aligerando en la parte superior por un triple nivel de ventanas de arco de medio punto. En ella aún se aprecian huellas del terremoto de Lisboa de 1755.

Igualmente, hay que destacar la fachada sur con la puerta del Obispo. Se trata de un ejemplo de arquitectura románica muy bien conservado en el que destacan las arquivoltas de la puerta de entrada y la decoración gallonada.

Los tesoros del interior de la catedral de Zamora

Vista del trascoro
Trascoro – Jose Luis Filpo Cabana / Wikimedia Commons

En su interior destaca la magnífica colección de Cristos que conserva. Entre ellos, destacan el Cristo de la Urna y el Cristo de las Injurias. Este último se venera en la capilla de San Bernardo, concebida como panteón por el bisnieto del rey Alfonso X el Sabio.

También hay que mencionar el retablo mayor de estilo neoclásico y construido en mármol y bronce dorado. Su autor fue Ventura Rodríguez, quien se inspiró en el retablo diseñado por Sabatini para la catedral de Segovia.

El Museo Catedralicio y la colección de tesoros

En el claustro de la catedral de Zamora se encuentra el Museo Catedralicio. Creado en 1926 y ampliado en 2016, en él se custodian todos los tesoros, cuadros y obras de mayor importancia de la catedral y del resto de las iglesias de Zamora.

Así, destacan los tapices flamencos, entre los que sobresalen el de Tarquino Prisco de 1475 o los de la historia de Aníbal, realizados en el licero bruselense François Geubels en torno a 1570.

Tapiz flamenco
Tapiz – PMRMaeyaert / Wikimedia Commons

En cuanto a la platería, sobresale la custodia de Pedro de Ávila, del siglo XVI. Mientras, en lo relacionado con la pintura hay que destacar las tablas de la aparición de Cristo resucitado en Pentecostés, del siglo XV.

En la capilla de Santiago, del siglo XIII, se encuentra una hermosa colección de esculturas. Entre ellas, mención especial merecela labrada en mármol blanco de Carrara de la Virgen con el Niño Jesús y San Juanito. Se trata de una obra atribuida al escultor Bartolomé Ordóñez.

Además, en 2017 el museo catedralicio sufrió una nueva ampliación con el objetivo de exponer obras de artistas zamoranos del siglo XX y XXI. Visitar la catedral de Zamora y el museo catedralicio es posible fuera del horario de culto. Se encuentra abierta de lunes a domingo y cuenta con varias tarifas. Los domingos por la tarde la entrada es gratis.