Visitamos Potosí, la ciudad de la plata de Bolivia

Ubicada en el sur de Bolivia, la ciudad de Potosí se extiende en las faldas del llamado Cerro Rico. De él aún se sigue extrayendo plata.

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 16 julio, 2019

La ciudad de Potosí es, quizás, una de las más famosas de Bolivia. Su mina de plata la convirtió durante siglos en el tesoro más preciado que la Corona española tenía al otro lado del mundo. No en vano, existe una célebre frase, “vale un potosí”, que aún seguimos utilizando cuando queremos demostrar lo valioso que es algo.

Su belleza, así como la importancia que ha tenido para la historia del mundo, hicieron que en 1987 se la declarara Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Vamos a descubrir sus encantos.

Breve historia de Potosí

El territorio de Potosí cuenta con milenios de ocupación. Si bien, las épocas más significativas que se pueden destacar son las llegadas del Imperio inca y de la Corona española. Precisamente, será en esta época cuando se funde como ciudad, en concreto, con Carlos I de España y V de Alemania.

Aunque Potosí se creó como asiento minero, su crecimiento fue muy rápido y en pocos años había multitud de casas construidas y de españoles asentados. Así, pasó de ser un paraje seco y accidentado a una rica y opulenta ciudad que en 1561 comenzó a llamarse Villa Imperial de Potosí.

Qué visitar en la ciudad de Potosí

La ciudad de Potosí se encuentra dentro de la ruta del barroco andino por las maravillas que alberga de este estilo. Si bien, existen muchos monumentos más que no te puedes perder. Te recomendamos que visites los siguientes, no te arrepentirás.

Iglesia de la Compañía de Jesús

Es una de las principales muestras del barroco andino que se pueden encontrar en la ciudad de Potosí. Es característica por su gran mestizaje, pues cuenta con elementos arquitectónicos europeos y decoración con imaginería cristiana y andina.

Casa de la Moneda de Potosí

Junto a la iglesia podemos encontrar la Casa de la Moneda. Hoy es Museo y Archivo Histórico. Su fundación tuvo lugar en 1572 por el virrey Francisco de Toledo. Fue un centro de acuñación que acabó por sustituir a la Casa de la Moneda de Lima.

Sin embargo, el edificio que podemos visitar hoy es posterior. Se trata de un impresionante edificio de casi 8000 m². En él destacan sus cinco imponentes patios, aunque sobresale el principal. Esto se debe a que cuenta con una máscara del dios Baco que sonríe. Dicen las malas lenguas que se ríe de los españoles en su retirada de la ciudad.

La iglesia de San Lorenzo de Carangas

Parece que fue una de las primeras en construirse en la ciudad de Potosí. Se levantó en 1548, años antes de que la ciudad fuese declarada villa. Destaca su preciosa portada de estilo barroco mestizo. Fíjate en sus imponentes columnas salomónicas coronadas por dos figuras femeninas de sirenas. Cuando se construyó la actual catedral pasó a ser parroquia de indios.

La catedral basílica de Nuestra Señora de la Paz

Ubicada en la plaza principal de la ciudad, data del siglo XIX. Se realizó debido a la intermediación del fraile y arquitecto español Manuel Sanahuya, en el solar de la antigua catedral. Con ella se introduce el estilo neoclásico en la ciudad. En su interior conserva los mejores ejemplos de reliquias religiosas realizadas con metales preciosos.

El Museo San Antonio de Padua

Está en un convento fundado en 1547 por Fray Gaspar de Valverde. Se cree que fue la primera iglesia que se edificó en Potosí y conserva el claustro más antiguo de Bolivia. Además, en su interior se encuentra la imagen del Cristo de la Vera Cruz. Es un crucificado de rasgos indígenas que se realizó en 1550 y se considera, al igual que el claustro, la imagen más antigua de Bolivia.

El convento cuenta, además, con una excelente colección de pintura colonial. También tiene un impactante mirador desde el que observar toda la ciudad de Potosí.

El monasterio de las Carmelitas Descalzas

Se construyó bajo la advocación de San José. Su fundación se realizó en 1685 y hoy en día es sede del Museo Santa Teresa. Gracias a su impresionante colección de arte está considerado uno de los mejores museos de arte sacro de toda Latinoamérica.