La procesión del Señor de los Temblores de Cuzco

Perú, país de contrastes extraordinarios, nos sorprende a cada paso y también en cada época del año. Si lo visitas en Semana Santa, hay una procesión que no te puedes perder: la del Señor de los Temblores de Cuzco.
La procesión del Señor de los Temblores de Cuzco
Cristina Moreno

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 07 abril, 2019

La procesión del Señor de los Temblores de Cuzco es un acontecimiento impresionante. Se trata de un evento que no te puedes perder si viajas a esta ciudad de Perú en Semana Santa. Te explicamos la razón.

Historia del Señor de los Temblores de Cuzco

Pese a lo grandioso de la talla, hay que decir que esta no era la que en origen se proyectó para la catedral de Cuzco, sino otra realizada en Sevilla. Y es que, durante el primer cuarto del siglo XVII, llegó a oídos del rey Felipe II que en la ciudad de Cuzco se seguía venerando al Sol.

Cristo de los Temblores procesionando
Cristo de los Temblores

Así, el monarca ordenó esculpir una imagen de un Cristo cobrizo en el que la población pudiera reconocerse. Esta talla cruzó el océano y desembarcó en el puerto del Callao en Lima.

Tras un arduo viaje, llegó hasta el pueblo de Mollepata. La leyenda cuenta que allí la comitiva que lo transportaba en un gran arcón paró para descansar.

Al querer reiniciar el viaje, el arcón pesaba tanto que no pudo ser levantado. Este hecho hizo pensar que el Señor de las Tormentas, como así habían bautizado a esta talla sevillana (hoy Señor Manuel de la Exaltación), quería quedarse en el lugar.

De esta manera, el arriero encargado de llevar el Cristo a Cuzco mandó realizar otro. Este es el que hoy en día se conoce como Señor de los Temblores.

La imagen

Rostro del Señor de los Temblores
Rostro del Señor de los Temblores

El Señor de los Temblores de Cuzco es una talla de impresionante porte por la angulosidad de su cuerpo. Es conocido también como el Cristo moreno, debido a su color, o Taytacha Timplures en quechua.

Se realizó con materiales autóctonos, como son el magey, la fibra de lino y la madera de balsa, todos materiales andinos. Además, los clavos de sus manos y pies, así como la corona, son de oro puro. Y cuenta también con incrustaciones de piedras preciosas.

El virrey Francisco de Borja y Aragón le regaló una corona de oro macizo (que fue robada en 1980), hecho que nos muestra la importancia que la imagen ha tenido siempre, tanto para la ciudad como para el país entero.

Los milagros atribuidos al Señor de los Temblores de Cuzco

Este Cristo debe su nombre a un hecho acaecido en marzo de 1650. Se produjo un gran terremoto que asoló la ciudad y que no paró hasta que la población sacó a procesionar a un Cristo olvidado hasta entonces en su altar. Dice la tradición que, tras llevarlo por la ciudad, los temblores pararon.

Desde entonces, siempre que la ciudad sufre un temblor, la población acude a implorar ayuda a este Cristo tan venerado.

De igual manera, la población concede a esta talla la realización de otros milagros. En 1720, la peste azotó la ciudad y dicen que solo se detuvo después de sacar en procesión al Cristo de los Temblores. Se le nombró entonces Patrón Jurado del Cuzco, desplazando a Patrón Santiago, que habían impuesto los españoles.

Hubo otra bonita tradición unida a esta talla y que se descubrió durante su restauración en 2005. Parece que desde 1767 (fecha de la carta más antigua), la población introducía cartas en la imagen, justo por la herida del pecho. En ellas, los devotos contaban sus penas, hacían peticiones y daban gracias por los favores concedidos.

En 2012, el Congreso de la República del Perú le otorgó la medalla de honor en el grado de Caballero. Otro hecho que demuestra la importancia de la talla para todo el país.

La procesión del Señor de los Temblores de Cuzco

Procesión del Señor de los Temblores de Cuzco
Procesión del Señor de los Temblores

Desde 1741, la procesión del Señor de los Temblores se integra en los festejos de la Semana Santa de Cuzco. Su procesión por las calles de esta histórica ciudad tiene lugar el Lunes Santo y es, seguramente, la más importante de todas.

Toda la ciudad se adorna con tapices y la flor usada por los incas, el ñucchu, aparece por todos los rincones. De la cruz del Cristo penden guirnaldas tejidas con esta flor y también llueven desde los balcones. Desde su salida de la catedral pasa por las principales iglesias de la ciudad, donde recibe el homenaje de la población.

Esta procesión es la mejor muestra del sincretismo religioso que podemos encontrar en todos los rincones del Perú. Es la representación de la fusión entre lo cristiano y lo andino.

Lejos de pensar que esta tradición de procesionar imágenes proviene de España, hay que destacar que en Cuzco ya se procesionaban las momias de los jefes y sacerdotes incas. Y las tallas cristianas solo vinieron a reemplazarlas.