Estas son las virtudes de un buen compañero de viaje
Viajar solos o acompañados es una oportunidad para vivir un momento especial. Pero si decides ir acompañado, debes tener a tu lado un buen compañero de viaje. Por eso, es importante elegir bien. Saber con quién quieres compartir esta experiencia y evitar que tu aventura se convierta en una pesadilla.
Para nadie es un secreto que el éxito de un viaje depende en gran medida de con quién lo compartas. Por eso, la elección de un buen compañero de viaje debe ser una decisión muy consciente. Es necesario escoger la persona correcta, de acuerdo con tus intereses.
Define apropiadamente tus gustos y costumbres. Luego, evalúa bien las cualidades que tiene tu posible acompañante. Por regla general, lo ideal es que tengáis afinidad y seáis compatibles. De otro modo, podrías estropear tu viaje y tener sorpresas desagradables.
No importa que sea tu pareja o un amigo del alma, no siempre vais a congeniar para un viaje. Hay personas a las que queremos mucho, pero que no están listas para hacer un determinado viaje en compañía. A continuación, te damos a conocer las principales virtudes de un buen compañero de viaje.
Un buen compañero de viaje es respetuoso y reconoce los límites
Respetar y reconocer los límites son virtudes que un buen compañero de viaje debe tener. El respeto no se negocia. Es una cualidad esencial en toda relación. A pesar de que tengáis desacuerdos, siempre debe primar el respeto.
El respeto en un viaje se expresa como tolerancia a la diferencia, tomar en cuenta los gustos del otro y no abusar de la confianza que se brinda. También, por supuesto, ofrecer un trato considerado hacia el otro.
No todo el mundo tiene claros cuales son los límites que no se deben sobrepasar. Por eso, es importante que te asegures de que tu acompañante sí reconoce esas fronteras y no las atraviesa.
Tener afinidad en los gustos básicos y ser leales
Un buen compañero de viaje debe tener gustos similares a los tuyos, al menos en los aspectos esenciales. De lo contrario, va a ser muy difícil que realicéis actividades compartidas y podáis hacer planes comunes.
Tu acompañante debe saber que en la convivencia hay acuerdos mutuos. Y que si surgen discordias, una buena actitud puede resolverlo todo. El diálogo y la comprensión son las mejores armas.
Un buen compañero de viaje es el amigo cómplice. El que está contigo en las buenas y malas. Necesitas de una persona leal, que no te abandone en un mal momento o carezca de empatía. Nada más triste que darte cuenta de que en realidad estás solo, cuando creías estar acompañado.
Confianza y buena comunicación
Lo mínimo que se puede pedir de un compañero de viaje es que te ofrezca la confianza suficiente como para expresar lo que sientes, quieres o no quieres. En un viaje se comparten muchos aspectos personales y la confianza es fundamental.
En términos generales, lo ideal es que os complementéis. Si uno de los dos habla mucho, es mejor que el otro no hable tanto. Si uno es extremadamente sociable, quizás no es bueno que el otro también lo sea.
Así como hay aspectos en los que debéis coincidir, también hay matices en los que conviene que os diferenciéis. Si ambos sois demasiado extrovertidos, podéis chocar. Si los dos sois muy introvertidos, podríais limitaros mutuamente.
Un viaje relajado, con un compañero paciente y flexible
Un buen viajero debe ser paciente y flexible, y un buen compañero de viaje también. Estas virtudes harán que tu viaje sea relajado. Esto no asegura que todas las situaciones sean exitosas, pero si cuentas con alguien sereno, todo irá mucho mejor.
Un acompañante flexible es fundamental en un viaje. Alguien que se adapte fácilmente a cualquier situación. Esta virtud te evitará conflictos y te ahorrará energía. Además es una actitud sabia, para disfrutar todo sin estrés.
Diseñar acuerdos sobre el presupuesto
El tema del presupuesto a veces se convierte en motivo de conflicto durante un viaje en compañía. Por eso, frente al dinero hay que hacer acuerdos previos, muy explícitos y suficientemente claros.
Durante un viaje hay gastos individuales y otros conjuntos. Los acuerdos se deben hacer en torno a los gastos conjuntos. Es importante que quede claro que cada quien puede gastar su dinero como desee, pero respetando el presupuesto conjunto.
Lo mejor es que el más organizado y conservador de los dos se encargue de administrar el dinero compartido. También que guardéis un pequeño porcentaje para gastos imprevistos. Si los dos sois maniflojos o derrochadores, lo más aconsejable es sacar el dinero en cantidades moderadas.