¿Qué ver en el Valle de la Muerte en California?
El estado de California tiene gran afluencia de turismo por diversas razones. Pero de todas ellas cabe destacar el deseo de aventuras y la afición por el séptimo arte. Pero, ¿y si hubiera un lugar que aunara ambas pasiones? Nos vamos al Valle de la Muerte, famoso por ser uno de los territorios más calientes y secos de América del Norte.
Una de aventuras en el Valle de la Muerte
Con 13.518 km² y situado al este de la cordillera de Sierra Nevada, hay mucho que ver en el Valle de la Muerte, desde maravillas naturales a misterios paranormales. Este es un enclave de cine digno de una galaxia muy, muy lejana. Un sitio que ofrece miles de posibilidades para cualquier tipo de turista, desde el más arriesgado al amante de la naturaleza.
Un paraje singular
El Valle de la Muerte se ubica en la Gran Cuenca, al sureste de California, cerca de la frontera con Nevada. Constituye una gran parte del Parque Nacional homónimo, declarado Reserva de la Biosfera. Y no es de extrañar, pues a lo largo del valle se existen diferentes áreas de gran atractivo natural. Incluso hay zonas en las que el terreno es de varios colores.
En la ladera de las Black Mountains, se puede visitar la Artist’s Palette, con rocas de múltiples tonalidades. Y yendo hacia el este, sorprenden las vistas del desierto de la Amargosa desde el mirador de Zabriskie. El paisaje erosionado y la oxidación de los metales son los principales agentes del cambio. Ambos enclaves ofrecen una imagen propia de espátula de un pintor divino, primando los tonos verdes y rojizos.
“La naturaleza nunca se apresura. Átomo por átomo, poco a poco logra su trabajo.”
-Ralph Waldo Emerson-
Tomar precauciones
Lo más sensato en una visita al Valle de la Muerte en California es ser precavidos. Las condiciones allí son extremas y toda precaución es poca. Debe recordarse que este es también uno de los lugares más secos. Por ello, el turista deberá visitar el centro de visitantes de Furnace. Allí podrá aprovisionarse de agua suficiente y hacerse con un mapa de las diferentes excursiones que se pueden hacer.
Una de las más excursiones atractivas y peligrosas es la visita a las salinas de Badwater. Es el punto más bajo del hemisferio occidental, a 86 metros bajo el nivel del mar. También es el punto más caliente del valle, llegando a alcanzar hasta los 58’1 grados. Igualmente es curioso ver el Devil’s Golf Course, donde el escarpado suelo parece invitar a hacerse unos hoyos al mismísimo Satanás.
Ciencia ficción al alcance del viajero
Las mejores panorámicas del Valle de la Muerte se encuentran asomadas al balcón de Dante, en la zona central. Subir sus 1.700 metros sobre el mar merecerá el esfuerzo.
En otra, en el norte del parque se descubren las hermosas dunas de arena. Tienen un fácil acceso por carretera, aunque subirlas a pie es cansado. La hermosa arena blanca puede ser un mortal asesino de pies.
Entre estos montículos se han grabado diferentes producciones de Hollywood, destacando entre todas Star Wars. Aquí el visitante descubre que la galaxia de George Lucas no está tan lejana.
La cúspide del valle es el Telescope Peak, no muy lejos de las salinas. La perspectiva a varios niveles hacen parecer a las distintas cadenas montañosas un escarpado decorado de cartón piedra alucinante.
Historias para no dormir
Con semejantes paisajes, no extraña que en el Valle de la Muerte tengan cabida las emociones fuertes, lo que incluye los fenómenos paranormales. Desde piedras que se mueven solas hasta pueblos fantasma, pasando por cavernas con propiedades adivinatorias. Todo esto tiene cita en este poderoso territorio con carácter.
Uno de los más curiosos fenómenos se da en la Playa Rascetrack, donde las piedras viajan sin intervención humana. Igualmente espectacular es el Hoyo del Diablo, una gruta en cuyo acuífero se producen olas causadas por terremotos lejanos.
Sin embargo, la principal atracción del terror son cerca de cien pueblos fantasma, destacando entre ellos Rhyolite. Nacido durante la fiebre del oro, este municipio llegó a tener dos iglesias y hasta cincuenta salones. Hoy en día ofrece una estampa fantasmagórica del “Lejano Oeste” en decadencia.