Una ruta por las bodegas de Jerez de la Frontera

Jerez de la Frontera se alza como uno de los destinos más atractivos que se pueden visitar en Andalucía gracias, en buena parte, a sus hermosas bodegas.
Una ruta por las bodegas de Jerez de la Frontera
Cristina Moreno

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 11 agosto, 2019

Las bodegas de Jerez de la Frontera son espacios impresionantes y con solera en los que vinos jóvenes y añejos se entremezclan para dar lugar a unos de los mejores vinos y brandies del mundo. Conocidas como las ‘catedrales del vino’, las bodegas de esta localidad atesoran entre sus muros siglos de tradición y cultura.

Jerez de la Frontera

Interior de una de las bodegas de Jerez de la Frontera
Bodega en Jerez de la Frontera

Se enclava en un territorio ocupado desde hace milenios. Aquí podemos encontrar maravillosos edificios y restos de épocas tartésica, fenicia, romana, musulmana y cristiana. Es el caso de su imponente alcázar y sus murallas musulmanas o su preciosa catedral cristiana.

El entorno geográfico en el que se sitúa esta población gaditana es el llamado ‘Marco de Jerez’, un triángulo conformado por las localidades de Jerez, Sanlúcar de Barrameda y el Puerto de Santa María. En él, las viñas inundan por completo el paisaje y la tradición vitivinícola está presente en todos los rincones.

Este es el lugar idóneo para que la variedad de uva palomino se desarrolle en todo su esplendor. Así, la proximidad del océano Atlántico y el suelo calizo, combinado con su sistema de crianza de soleras y criaderas único en el mundo, le han hecho merecedores de la Denominación de Origen Jerez-Xerès-Sherry.

Este sistema de crianza consiste en mezclar vinos de diferentes edades. Así, el vino joven aporta vigor a los más añejos. Y estos últimos aportan equilibrio y solera. De este modo, en las bodegas de Jerez de la Frontera se pueden encontrar algunos de los vinos más viejos del mundo, que se custodian como tesoros en pequeñas habitaciones denominadas ‘sacristías’.

Qué bodegas visitar en Jerez de la Frontera

Esta tradición del vino y del brandy es tan fuerte en Jerez de la Frontera, que la ciudad se halla plagada de bodegas. Algunas son familiares y modestas. Otras tienen mayor importancia y transcendencia y cuentan con edificios espectaculares abiertos al público para su visita. Y así, podemos encontrar todo un catálogo arquitectónico de bodegas.

Pero eso sí, modernos o antiguos, todos los edificios han sido cuidadosamente diseñados hasta en el más mínimo detalle para que las condiciones de penumbra y humedad que necesita el vino se cumplan a la perfección. Aquí te proponemos un recorrido por algunas de ellas.

Fundador Pedro Domecq, una de las bodegas de Jerez de la Frontera más conocidas

Bodegas Fundador Pedro Domeq
Bodegas Fundador Pedro Domeq – Jerónimo61 – Wikimedia Commons

Son de las más antiguas que podemos visitar, datan de 1730 y se encuentran cerca de la Puerta de Rota. Se trata de una bodega conformada por la unión de varias estructuras pertenecientes a otros edificios.

Así, destaca el claustro del convento del Espíritu Santo del siglo XIV, restaurado y transformado en patio. También merece la pena mencionar el patio del Sagrado Corazón, plantado de naranjos y que también se integró en la bodega. Más reciente es el edificio apodado La Mezquita, donde se almacenan más de 30 000 barricas de roble americano en las que se conserva el vino de Jerez.

Bodega Williams & Humbert

Fundada en 1877, cuenta con el privilegio de ser la más grande de Europa. Y tiene en su haber no solo algunos de los mejores vinos y brandies del mundo, sino también el Premio Nacional de Arquitectura. Además, cuenta con una preciosos jardines botánicos en los que contemplar especies de otros continentes.

Tio Pepe, una de las bodegas de Jerez de la Frontera imprescindibles

Bodega Tío Pepe
Bodega Tio Pepe – Simon / Wikimedia Commons

Es otra de las bodegas más emblemáticas de Jerez de la Frontera. Pertenecen al grupo González Byass y salas llevan nombres tan característicos como los Apóstoles, los Reyes, los Gigantes, la Constancia y la emblemática bodega La Concha.

Data de 1869 y se construyó en honor a la reina Isabel II a cargo del ingeniero Joseph Coogan y la fundición sevillana Portilla and White a partir de unos bocetos que se han atribuido a Gustav Eiffel. Además, cuentan con una sala de arte y un pequeño museo. Y su imagen es uno de los iconos de la publicidad diseñados por Luis Pérez Solero.

Bodegas Lustau

Las fundó José Ruiz-Berdejo en 1896 en su finca Nuestra Señora de la Esperanza. Allí criaba las viñas y producía un vino que vendía a otras bodegas. Su hija María Ruiz-Berdejo Alberti trasladó las bodegas a Jerez de la Frontera. Poco a poco fueron creciendo hasta que en 2000 se trasladaron a unas nuevas instalaciones compuestas por seis edificios bodegueros del siglo XIX.