Un paseo por la National Gallery de Londres
Las posibilidades al viajar a una gran ciudad como Londres son muchas. Pero el abanico de experiencias se amplía aún más cuando hablamos de arte y museos. Indudablemente, en la capital inglesa encontramos algunas de las mas exquisitas galerías que existen y la National Gallery ocuparía los primeros puestos.
Acompáñanos en un recorrido maravilloso por esta pinacoteca. Te vamos a desvelar todo lo que debes saber acerca de la National Gallery y de las obras maestras que no pueden faltar en tu visita.
Pequeña historia sobre la National Gallery
Emplazada al norte de la majestuosa Trafalgar Square, el edificio domina el espacio abierto de la plaza. Se trata de una de las más valiosas pinacotecas del mundo, con unas 2300 piezas, sobre todo, de arte europeo. Asimismo, su colección abarca un extenso período entre el siglo XIII y 1900.
Al ser una entidad sin ánimo de lucro y un departamento público, su acceso es gratuito a excepción de alguna exposición temporal concreta. La National Gallery abre todos los días en horario ininterrumpido mañana y tarde.
A diferencia de la mayoría de museos europeos, el conjunto de obras no se creó a partir de colecciones reales, sino que su fin era hacer el arte accesible para todos, con propósitos didácticos.
Los cuadros se han ido adquiriendo a través de compras y donaciones privadas. Aunque su número sea menor, la calidad y excepción de las pinturas está fuera de toda duda. En la National Gallery encontraremos algunas de las joyas más brillantes de la historia del arte.
Diseñada al mas puro estilo de un templo clásico por William Wilkins en 1838, la construcción no estuvo exenta de críticas y polémicas. El problema principal era la falta de espacio y las soluciones arquitectónicas. Pese a todo, el edificio original se mantiene prácticamente intacto, pues las ampliaciones se han ido expandiendo en torno a la edificación primigenia.
La colección de la National Gallery
En esta pinacoteca hallaremos uno de los compendios más sobresalientes en cuanto a pintura europea se refiere. Al tener un menor número de piezas en comparación con otros museos, esto permite que la mayoría de sus grandes obras se encuentren exhibidas y no en el almacén.
Las principales escuelas artísticas tienen un claro protagonismo: la holandesa, la inglesa, la flamenca, la francesa, la alemana, la italiana y la española. En tu recorrido por la National Gallery te toparás con algunos de los cuadros más significativos que existen. ¿Quieres saber que sorpresas te depara el interior de este ‘templo del arte’?
El matrimonio Arnolfini, una de las estrellas de la National Gallery
Realizada en 1434, es uno de los grandes iconos de la pintura nacida de la pincelada de Jan van Eyck, el genio de la escuela primitiva flamenca. A pesar de las muchas interpretaciones que ha supuesto esta obra, lo que no admite duda es que es un excepcional testimonio de la sociedad de la época.
Gracias a los exquisitos detalles del artista, contamos con un lienzo de una exactitud absolutamente escrupulosa. Merece la pena detenerse todo el tiempo posible a admirarlo.
Fíjate en el espejo del fondo que refleja la habitación vista desde atrás. En cada mueble finamente representado. En los ricos ropajes y el sublime tratamiento de la luz y las perspectivas. Se trata de una creación cargada de simbolismo en torno al matrimonio y la riqueza en la que es indispensable profundizar.
Venus y Marte, la victoria del amor
Botticelli, uno de los grandes maestros del Quattrocento italiano, se inspira en 1483 en la mitología griega y representa el triunfo del amor entre dos dioses. La historia de Afrodita (o Venus) y Ares (o Marte) es un enrevesado triángulo amoroso con numerosos ejemplos en el mundo del arte.
El artista elige en esta ocasión plasmar el momento en que la diosa del amor ha vencido al dios de la guerra, que se rinde ante ella. Una ambientación bucólica y un formato apaisado son suficientes para maravillarnos con la destreza de Botticelli.
Los embajadores, una pieza esencial en la National Gallery
Con este cuadro de Hans Holbein el joven, pintado en 1533, nos volvemos a tropezar con otro de los lienzos capitales en la historia. Estamos ante una obra de ‘vanidad’, un tipo singular de bodegón con un alto contenido simbólico, el cual suele significar la certeza de la muerte frente a los placeres mundanos.
Contemplamos a Jean de Dinteville y a Georges de Selve acompañados de objetos relacionados con el quadrivium (las cuatro ciencias matemáticas). Es una pieza cargada de misteriosas alegorías, sobre todo al descubrir la extraña figura en primer plano hecha mediante anamorfosis, un cráneo. Sentidos ocultos en una obra solemne de la que no podremos apartar la mirada.
El secreto de este cuadro se desvela en el momento en que, alejándonos lentamente de él, poco a poco, hacia la izquierda, y después volvemos, vemos que significa el mágico objeto flotante.
-Jacques Lacan-
Venus del espejo, un tesoro de Diego Velázquez
En la National Gallery tenemos la oportunidad de enamorarnos de uno de los lienzos más bellos del maestro del Siglo de Oro español. Velázquez realizó esta pintura entre 1647 y 1651, cargándola de sensualidad con la diosa Venus acostada desnuda.
Por otro lado, Cupido sostiene el espejo en el que se mira y gracias a esto podemos intuir su rostro. Aunque lejos de parecer una diosa, nos presenta simplemente a una mujer, dotando de un sentido terrenal al tema, como es habitual en el genio sevillano.
Sufrió el ataque de una sufragista británica en 1914 y se sometió a una importante restauración. Además, es la única obra superviviente de Velázquez que contiene un desnudo. En ella, la diosa nos mira a través del espejo mientras quedamos fascinados por el trazo sublime.
El Temerario remolcado a su último atraque para el desguace
J. M. W Turner, el ‘pintor de la luz’ del Romanticismo inglés, crea en 1839 una de sus obras cumbres que hoy podemos admirar en la National Gallery. Se inspira en el poder y la fuerza de la naturaleza para intentar plasmar lo sublime y lo violento de estos fenómenos.
Así, se demuestra la insignificancia del ser humano: la crueldad del mar, la catástrofe de un incendio o la belleza inexplicable del atardecer. Estas características se dan la mano para acompañar al HMS Temeraire hacia su final en los astilleros. En conclusión, estamos ante una reflexión sobre la vejez y la juventud, siendo un cuadro lleno de sensibilidad.
Las grandes bañistas: Cézanne en la National Gallery
Entre 1894 y 1905, el padre de la pintura moderna nos dejó una creación de su período final. En esos años realizó diversos estudios de bañistas, siendo la pieza de la National Gallery uno de los mejores ejemplos. Logra solamente a través del color representar la luz y las formas.
En definitiva, Cézanne consigue volumen con unas pocas pinceladas y una gama de colores reducida. Se trata de un cuadro en el que trabajó y que perfeccionó durante varios años. Igualmente, será una fuente inagotable de inspiración para Matisse, Braque y sobre todo Picasso.
Como puedes comprobar, son muchas las magnas obras que inundan las salas de la National Gallery: La Virgen de las rocas de Da Vinci; Baco y Ariadna de Tiziano; Chico mordido por una lagartija de Caravaggio; Los girasoles de Van Gogh o Los paraguas de Renoir. No dejes de visitar tus piezas más queridas en esta magnífica pinacoteca.
- García, A. (10 de noviembre, 2007). La leyenda de la Venus desnuda. El País. Recuperado de: https://elpais.com/diario/2007/11/10/cultura/1194649201_850215.html
- Calvo Santos M. (s.f.). El matrimonio Arnolfini. El retrato de pareja más famoso de la historia del arte. HA! Recuperado de: https://historia-arte.com/obras/el-matrimonio-arnolfini-de-van-eyck