Tropea, el pueblo que se enfrenta imponente al mar Tirreno
Se trata de uno de los centros turísticos más exclusivos de toda Italia, conocido por su historia medieval y sus maravillosos paisajes frente al mar Tirreno. Viajamos a Tropea, un hermoso pueblo sobre un acantilado donde disfrutar de momentos y rincones muy especiales.
Tropea, antigua ciudad fortificada
Según las leyendas, el fundador de este pueblo fue nada menos que Hércules. Pero más allá del mito, lo que es cierto es que tiene una larga historia. Atacada por los sarracenos y populosa con los normandos, Tropea se convirtió en un burgo adinerado independiente y elegido por muchas familias nobles italianas.
Las aguas del mar Tirreno impregnan la vida de Tropea, erigida sobre un acantilado y rodeada de playas de arenas doradas y aguas claras. Con sus edificios medievales y renacentistas, este bonito pueblo llama la atención de miles de turistas cada verano.
Está situada en la provincia de Vilbo Valentia, en la Costa los Dioses, y te dejará boquiabierto por sus impresionantes vistas que incluyen las alucinantes islas Lípari.
Podrás caminar entre callejuelas antiguas, disfrutar de la gastronomía local y comprar artesanía. Sin duda, el barrio histórico de Tropea es uno de los más bellos y mejor conservados de Calabria. El pueblo tiene una extensión pequeña y su calle principal (Vittorio Emanuele) tiene solo 300 metros pero allí podrás encontrar todo lo necesario para tu estancia.
De paseo por Tropea
Además de los paisajes que nos ofrece este enclave en pleno mar Tirreno, el atractivo principal de Tropea consiste en su patrimonio histórico. Las fachadas altas de granito con arcos románicos originales, los pasajes empedrados, los palacios, las iglesias y otros muchos edificios te dejarán boquiabierto.
Arquitectura religiosa
Destaca el Duomo, la bella catedral de estilos románico y medieval de la que no se sabe la fecha exacta de construcción. Algunos de sus muros datan del siglo XII y en el interior hay pinturas, crucifijos y esculturas de mármol del Renacimiento.
A pocos metros del Duomo podemos ver la Iglesia de los Jesuitas, de estilo barroco, fundada en el año 1600 y construida sobre los restos de una catedral bizantina. Y siguiendo el recorrido llegarás hasta la Iglesia San Francisco di Assisi, el Monasterio de Santa María de la Pietá, la Capilla de los Nobles y varios edificios religiosos más.
Arquitectura civil
En el ámbito civil podemos ver en Tropea palacios de estructura medieval, con grandes portones de madera cerrados con cerrojos y candados despintados hace tiempo. Te recomendamos que pasees entre la Via Boiano y Largo Galluppi, donde hay varios edificios barrocos construidos entre los siglos XVII y XVIII.
En la zona céntrica de Tropea está la Piazza Ercole, lugar de reunión de locales y turistas, como todas las plazas públicas de Calabria. Aquí es obligatorio el café espresso con bocados de Mandorle (rosas de almendras) para el desayuno o la merienda.
La joya de Tropea
Si hay un lugar especialmente querido en Tropea es el santuario benedictino de Santa María de la Isla. Se trata de un bello recinto religioso construido en los alto de un escollo frente al pueblo.
La imagen del santuario frente al mar es inolvidable, de hecho, es la imagen más reconocible de Tropea. Para no perderse un detalle de su belleza hay un mirador justo enfrente.
Qué más hacer en Tropea
Si vas en julio podrás disfrutar de la Feria del Pescado Azul y de la Cebolla Roja. Es un evento que rinde homenaje a la cocina tradicional y a sus productos locales. Por supuesto, es ideal para degustar platos típicos.
Entre el Scoglio di San Lorenzo y Santa María de la Isla el incansable murmullo marino será nuestro compañero. Hacia el sur el extenso golfo parece estar también descansando como los habitantes de Tropea. Allí te puedes quedar hasta el atardecer para ver una puesta de sol de otro mundo.
“No hay viaje que no te cambie algo.”
-David Mitchell-
Si quieres, también puedes ver el cielo anaranjado en la terraza que se forma al final del Corso Vitorio Emanuele. La mirada se perderá en el mar, en las figuras de roca y en la imagen del volcán Stromboli, símbolo de Calabria.