Los tesoros de la península de Snaefellsnes en Islandia

Islandia, a pesar de ser un país con agrestes paisajes e infernal clima, enamora a sus visitantes. ¿Por qué será? Intentamos descubrirlo explorando los tesoros de una de sus penínsulas, la de Snaefellsnes
Los tesoros de la península de Snaefellsnes en Islandia
David Díaz

Escrito y verificado por el historiador David Díaz.

Última actualización: 23 julio, 2020

Islandia es una isla que se encuentra en el extremo noroeste de Europa, entre Groenlandia y el Viejo Continente. Destaca por sus paisajes agrestes espectaculares: volcanes, géiseres y campos de lava. En el oeste del país encontramos la península de Snaefellsnes, un territorio donde podremos admirar lo mejor de la isla.

La península de Snaefellsnes es una Islandia en miniatura, pues en una pequeña lengua de tierra podremos ver de forma concentrada los paisajes más característicos, espectaculares y, a la vez, escalofriantes de la isla. Su belleza es tal, que fue el escenario elegido por Julio Verne para ambientar su novela Viaje al centro de la Tierra. Vamos a descubrir sus tesoros.

1. Stykkishólmur, base en la península de Snaefellsnes

Vista de Stykkishólmur en la península de Snaefellsnes
Stykkishólmur

Es la localidad más poblada de la península, aunque tan solo tiene unos mil habitantes. Es el punto de partida de las excursiones por Snaefellsnes y desde su puerto parten los ferrys hacia los fiordos del oeste. Este pueblo, además de ser un punto de conexión estratégico, tiene encanto por sí mismo.

Stykkishólmur está ubicado en una hermosa y tranquila bahía. Alrededor de su puerto podemos admirar las pintorescas casas del siglo XIX características de la isla. Entre ellas está el Norska Husið, un pequeño museo donde podrás ver una de estas casas por dentro, además de otra multitud de objetos.

Frente al puerto se levanta majestuosamente un islote de basalto llamado Súgandisey. En su cima hay un faro que, si lo deseas, podrás visitar.

2. Faros de Svörtuloft y de Malariff

Faro Svörtuloft
Faro Svörtuloft

Al pensar en un lugar solitario, muchas veces imaginamos es un faro. Cierto es que la profesión de farero antaño era muy dura, pues estos edificios casi siempre están en lugares remotos. Imagina cómo debía ser en Islandia. En la península se pueden visitar dos faros, el de Svörtuloft y el de Malariff, una ocasión fantástica para sentir la soledad de sus antiguos moradores. 

3. Cascadas de Grundarfoss y de Kirkjufellsfoss

Cascada Kirkjufellsfoss en la península de Snaefellsnes
Cascada Kirkjufellsfoss

Las cascadas de  Kirkjufellsfoss (no intentes pronunciar su nombre) son las más famosas y fotografiadas de Islandia. En realidad, la cascada en sí no es espectacular, pero el entorno mágico en el que se ubica atrapa a los visitantes. Este salto de agua está custodiado por el monte Kirkjufell, una montaña de forma triangular que, verdaderamente, enamora. 

Por otro lado, la cascada de Grundarfoss es un imponente salto doble de agua que, lamentablemente, solo se puede apreciar a lo lejos, pues el acceso a ellos se debe hacer por caminos privados. De todas formas, con verla de lejos ya se aprecia su majestuosidad y belleza.

4. Snaefellsjökull, una joya en la península de Snaefellsnes

Vista del Parque Nacional Snaefellsjökull
Parque Nacional Snaefellsjökull

En el extremo oeste de la península nos encontramos con el Parque Nacional de Snaefellsjökull. Tiene una extensión de unos 170 km² y lo que más destaca de él es el volcán Snaefells. Es un estratovolcán, un volcán escarpado formado por sucesivas erupciones explosivas de 1400 metros de altura en cuyo cráter y sobre su cima se ha asentado un glaciar.

Además de este imponente volcán, en el parque encontramos playas de rocas negras formadas por el choque de la lava con el agua fría del mar. La playa de Djúpalónssandur es  la más visitada. En ella podrás ver los restos de un antiguo naufragio. No es una playa para bañistas ,así que si pensaste en zambullirte en las frías aguas del Atlántico Norte, olvídate de hacerlo aquí.

5. Iglesias de Ingjaldshóll y Búðakirkja

Iglesia de Ingjaldshóll
Iglesia de Ingjaldshóll

En Snaefellsnes no todo son paisajes, también hay espacios construidos por el ser humano que te dejarán enmudecido. Quizás no lo hagan por las edificaciones en sí, sino por la combinación de estas con su entorno.

Un ejemplo de ello es la iglesia de Ingjaldshóll, en la localidad de Hellinssandur. Es una pequeña iglesia cuyas paredes blancas contrastan con el agreste paisaje. Desde su ubicación tendrás unas estupendas vistas del pueblo y del fiordo Breiðafjörður. Otra de estas iglesias es la de Búðakirkja, un edificio diminuto de paredes negras rodeado por un campo de lava. 

Por cierto, no podemos visitar esta parte de Islandia sin conocer estos campos de lava. Estos paisajes rocosos son invadidos por el musgo, algo que los convierte en lugares realmente bellos, pero a la vez desoladores. Parecen paisajes de otro planeta. Uno de los campos de lava más famosos es el de Berserkjah.

Se podrían dedicar párrafos a hablar de las maravillas que esconde la península de Snaefellsnes, pero no hay espacio para ello. Quizás, sería mejor tomar un avión, alquilar un coche y ver esos paisajes personalmente. La península se puede visitar en un día, pero ¿para qué correr? En las pequeñas aldeas de la zona podrás pernoctar. Si lo haces, llévate contigo Viaje al centro de la Tierra.