Tesoros de la arquitectura perdidos entre las llamas

Han sido muchos los edificios que han sufrido los estragos del fuego. Algunos se perdieron para siempre. Otros, afortunadamente, se pudieron reconstruir.
Tesoros de la arquitectura perdidos entre las llamas
Begoña Ibáñez

Escrito y verificado por la historiadora del arte Begoña Ibáñez.

Última actualización: 13 enero, 2020

A raíz del terrible incendio de la catedral de Notre-Dame y el golpe que supone para el patrimonio mundial, nos hacemos la pregunta de hasta qué punto están a salvo los monumentos y el legado artístico. El fuego es, sin duda, uno de los peores enemigos en estos casos, pues las llamas devoran rápidamente las estructuras de los edificios.

En un incendio, las pérdidas son irreversibles, el fuego arrasa con todo lo que haya a su paso. En el caso de Notre Dame, gracias a la heroica acción de bomberos y especialistas, se ha podido salvar el armazón del edificio y sus torres. De esta manera, se conserva su identidad y se hace posible la titánica tarea de la restauración.

Pero muchas otras obras arquitectónicas no tuvieron tanta suerte y hoy solo se recuerdan a través de imágenes o escritos. En estas líneas hablamos de algunas de las más insignes construcciones que sufrieron el feroz ataque de las llamas.

La Gran Biblioteca de Alejandría

Recreación de la Biblioteca de Alejandría
Recreación de la Biblioteca de Alejandría / Wikimedia Commons

De ella se decía que albergaba más de 900 000 manuscritos y que era la más grande del mundo en su época. Debía de ser una maravilla sin precedentes, un faro luminoso del conocimiento cuyo suelo pisaron sabios como Arquímedes o Euclides.

La Gran Biblioteca de Alejandría fue creada pocos años después de la fundación de la ciudad por Alejandro Magno, en el 331 a.C.

Su destrucción completa no está exenta de interrogantes y dudas. La secuencia más factible sitúa como primer accidente un incendio en el año 47 a.C. Julio César y sus tropas, uniendo fuerzas con Cleopatra, intentaban rechazar un ataque a la urbe.

El emperador quedó sitiado en el palacio, mientras un incendio se habría extendido hasta el depósito de libros de la biblioteca. En aquel primer incidente se perdieron unos 40 000 rollos. Lo que resulta seguro es que fue el primero de numerosos desastres que provocaron el declive de la Gran Biblioteca.

Guerras, enfermedades, terremotos, conflictos políticos… En cada uno de los ataques se destruían y quemaban pergaminos. Un lento descenso a los infiernos que empezó con fuego y acabó borrando su rastro en la historia. Aunque se carece de datos precisos sobre su aspecto, en 2002 se inauguró la nueva Bibliotheca Alexandrina para honrar su memoria.

La antigua catedral de San Pablo de Londres, envuelta en llamas

Grabado con la antigua catedral de San Pablo en llamas
Grabado con la antigua catedral de San Pablo en llamas / Wikimedia Commons

La antigua catedral gótica se construyó entre 1087 y 1314, levantando una de las agujas más altas de Europa en su momento. Durante el siglo XVI su deterioro y diversos saqueos iban en aumento. En 1561 un rayo destruye la imponente aguja y no se reemplaza.

Carlos II de Inglaterra planea en 1663 devolverle su esplendor. Contrata al arquitecto Christopher Wren, cuyo plan de restauración se aprueba en 1666. Desafortunadamente, el 2 de septiembre de ese mismo año se desencadena el Gran Incendio de Londres.

El techo de la catedral comienza a arder el 4 de septiembre. En su interior se habían guardado un gran número de objetos valiosos, pensando que allí estarían a salvo de las llamas. Los libros solo sirvieron para avivar el fuego.

La mayor parte del edificio se perdió y se decidió levantar una nueva iglesia en vez de reconstruir la antigua. La construcción barroca es la que ha llegado hasta hoy. La antigua solo se conoce a través de cuadros y grabados. El Gran Incendio arrasó la ciudad durante tres días, la única parte buena el fin de la peste bubónica en Londres.

La catedral de León, rescatada de las llamas

Catedral de León
Catedral de León

Una historia con consecuencias menos catastróficas es el de la Pulchra Leonina. Una de las catedrales góticas más bellas de nuestro país cuenta también con una de las mayores colecciones de vidrieras medievales de todo el mundo.

Esta joya de nuestra arquitectura estuvo a punto de perderse el 27 de mayo de 1966. La causa fue un incendio que provocó la caída de un fuerte rayo en el techo. En este caso, la valiente y arriesgada decisión del maestro de las obras que se estaban llevando a cabo, Andrés Seoane, salvó al edificio del desastre total.

El maestro cantero advirtió a los bomberos del peligro de usar agua para sofocar las llamas: la piedra ligera y porosa la absorbería, aumentando su peso y provocando un derrumbe. En su lugar, se usó espuma y se liberó a la catedral de las llamas.

El Gran Teatro del Liceo de Barcelona, un símbolo de la ciudad

Liceo de Barcelona
Liceo de Barcelona – Sergio Morchon / Flickr.com

El 31 de enero de 1994 los habitantes de la Ciudad Condal quedaban desconsolados. Las chispas producidas por el soplete de un operador desencadenaron un terrible fuego. Precisamente, se estaba trabajando en el telón de acero para proteger la sala del teatro en un posible incendio.

Las llamas pronto se volvieron incontrolables, destruyendo el teatro en poco más de 15 minutos y reduciéndolo a sus cimientos. No era la primera vez que sucedía, pero sí que fue la mayor catástrofe posible.

Tras la gran conmoción y la movilización masiva de donaciones y patrocinio, el Liceo pudo reconstruirse en el mismo lugar de La Rambla. Se reinauguró en 1999.

La Fenice de Venecia, una triste historia entre llamas

Interior de La Fenice
Interior de La Fenice

Se trata de uno de los teatros de ópera mas icónicos que existen, en cuyos escenarios se han estrenado obras como La Traviata de Verdi. Se inauguró en 1792, tras el incendio que había acabado con el teatro San Benedetto.

Desgraciadamente, el 29 de enero de 1996 La Venice corrió la misma suerte que su predecesor. Aunque ya había sufrido la rabia del fuego en otra ocasión, este fue absolutamente destructivo. La desgracia se acrecentó cuando se descubrió que las llamas habían sido provocadas.

Los canales de Venecia estaban siendo drenados en aquel momento y la escasez de agua dificultó la tarea de los bomberos. En pocas horas, del edificio de madera solo quedaron las cenizas.

Las tareas de reconstrucción corrieron a cargo del prestigioso arquitecto Aldo Rossi. Él optó por respetar el carácter original del teatro y no estuvo libre de críticas. La reapertura tuvo lugar en 2003.

Han sido incontables las veces que los monumentos han sufrido por el fuego. En 2018 se incendió el Museo Nacional de Brasil. No se perdió solo el palacio del siglo XIX, sino también la colección de historia y antropología mas importante de América Latina. Graves incendios en ciudades como Lisboa, Chicago o San Francisco han significado pérdidas incalculables para el patrimonio que hoy se siguen llorando.