Visitamos el singular templo Kotokuin en Japón

El templo Kotokuin guarda un su interior una auténtica joya: una enorme figura de Buda, la segunda más grande de Japón.
Visitamos el singular templo Kotokuin en Japón

Última actualización: 18 marzo, 2019

El templo Kotokuin, de culto budista, se encuentra en la ciudad japonesa de Kamakura y es conocido por el Gran Buda, una estatua de bronce que se puede ver por dentro. A continuación, te descubrimos todo lo que tienes que saber sobre este maravilloso lugar lleno de espiritualidad. ¿Nos acompañas?

Las enseñanzas del templo Kotokuin

Entrada al templo Kotokuin
Entrada al templo – JoeyPhoto

El templo Kotokuin pertenece a la secta budista Jōdo (Tierra Pura). La fundó el sacerdote Honen en el siglo XII y su enseñanza es la de que cualquier persona solo necesita cantar el nombre del Buda Amida -figura a la que venera- para recibir la protección del mismo y renacer en la conocida como Tierra Pura.

Y es que se cree que Buda Amida tenía la intención de liberar a todos los seres, independientemente de su sexo, edad, posición social o de si habían realizado acciones buenas o malas en su vida. Y es que la Tierra Pura es un reino espiritual libre de avaricia, cólera e ignorancia que está abierto a todos sin excepción.

“El secreto de la salud para la mente y el cuerpo no es parar a llorar por el pasado, ni preocuparse por el futuro, sino vivir el momento presente con prudencia y serenidad.”

-Buda-

El Gran Buda, mayor reclamo del templo Kotokuin

Gran Buda en el Templo Kotokuin
Gran Buda – Sean Pavone

El Gran Buda, que representa al Buda Amida, tiene una altura de 13,35 metros y un peso de 93 toneladas, por lo que es el segundo buda más grande del país nipón . El primero es la estatua del Buda Vairocana, conocido como daibutsu, que se encuentra en el templo budista de Nara.

La escultura del templo Kotokuin se fabricó en 1252 para sustuitir a otra de madera creada en 1243, que resultó dañada por una tormenta. Los templos en los que se ha alojado el Gran Buda también acabaron siendo destruidos por fenómenos naturales, de ahí que se encuentre en un espacio abierto desde el siglo XV.

Sin embargo, y desde entonces, no se ha librado de sufrir diversas restauraciones, como la que sucedió al gran terremoto de Kantō en 1923; o la que se le hizo de manera preventiva en 1960 para reforzar la estructura de cara a posibles seismos futuros.

Respecto a los detalles de la escultura, el Gran Buda, con dos ventanillas de ventilación a su espalda, se encuentra sentado en posición de loto con sus manos formando el típico gesto de meditación. Su semblante parece entonces sereno entre el paisaje montañoso y los jardines que le rodean y que magnifican su poder espiritual.

Información práctica para su visita

Templo Kotokuin
Templo Kotokuin – b-hide the scene

Llegar al templo Kotokuin es muy fácil, y además tan solo lleva unos minutos desde la ciudad de Kamakura. Una opción es coger el autobús de la línea Enoshima Railway o el exprés de Keikyu y bajarse en la parada de Daibutsu-mae. Basta con llegar antes de las 6 de la tarde, 5:30 si estamos en horario de invierno.

Una vez en el lugar, hay que pagar una entrada de 200 yenes (1,5 euros) y otra de 20 para pasar al interior del Gran Buda, ya que la escultura, como decíamos, es totalmente hueca. Se accede a ella a través de su abdomen y una vez dentro se pueden ver los pliegues de su ropa, sus ojos o las placas de bronce que la mantienen unida.

El entorno del templo Kotokuin en Kamakura

Hase Kanon en Kamakura
Hase Kanon – Toshihiro Gamo / Flickr.com

La ciudad de Kamakura es famosa por sus templos y santuarios, y aunque el templo de Kotokuin sea el más destacado, los demás también merecen una visita. Uno de ellos es el Hase-dera, construido en el año 736 en honor a Kuan Yin, una bodhisatvva venerada en el budismo.

También merece una visita Zeniarai Benten, un pequeño santuario sintoísta que tiene la particularidad de estar excavado directamente en la roca. En él existe la tradición de lavar el dinero –tanto monedas como billetes- en las aguas que emanan en su interior, puesto que dicha acción augura tener éxito económico.

Igual de recomendables son el Tōkei-ji, un convento que se utilizaba como refugio para las mujeres que querían divorciarse de sus maridos; el santuario Tsurugaoka Hachiman, en el centro geográfico y cultural de Kamakura; o el Engaku-ji, un complejo que consta de 18 templos.