Tallin en Estonia, una ciudad que te va a sorprender
Cuando buscamos un lugar para disfrutar de nuestras vacaciones, a veces pensamos en destinos sonados, como grandes ciudades. Sin embargo, hay infinidad de lugares que nos pueden sorprender. Tallin, en Estonia, es una de esas ciudades que enamora a primera vista.
Tallin en Estonia, un lugar por descubrir
La capital de Estonia es una preciosa ciudad medieval. Tal es su belleza que es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1997.
Pasear por Tallin es como retroceder en el tiempo. Y querrás disfrutar con calma de sus torres, sus callejuelas, sus casas y sus murallas. Te contamos qué es lo que no te puedes perder de esta maravillosa capital europea.
Plaza del Ayuntamiento
Esta plaza es en sí misma un atractivo turístico. Es el corazón de la ciudad y uno de sus lugares más animados, gracias a sus terrazas y sus restaurantes.
El edificio del Ayuntamiento cierra uno de sus lados. Se trata de un edificio que data del siglo XV, construido en estilo gótico. Su torre de 64 metros es su principal atractivo. Y además, puedes visitarlo por dentro y recorrer algunas de sus salas.
Dentro de la plaza se halla también una de las farmacias más antiguas del mundo. Se fundó en 1422 y en su interior aún se pueden ver elementos originales. Una maravilla de la que disfrutar, sin ninguna duda.
Las murallas de Tallin
Imposible irse de la ciudad sin conocer y visitar sus murallas. Aunque fueron reconstruidas en parte debido al desgaste del tiempo y las inclemencias del tiempo, aún se pueden admirar 20 torres y dos puertas a lo largo de dos kilómetros.
En principio la fortificación se hizo en madera, allá por el siglo XIII. Un siglo después hubo que reforzarla y se hizo de piedra. Así ha llegado hasta nuestros días. La puerta de Viru, la torre de la Doncella o la de Kiek in de Kök son algunos de sus puntos más interesantes.
Katariina käik
El pasaje de Santa Catalina es una callejuela del casco histórico de Tallin en Estonia que se recorre por los restos de una antigua iglesia. Por supuesto, esta definición se queda corta para que te hagas una idea de lo fotogénico del lugar. ¡No dejes de pasar por allí!
Iglesia de San Olaf
Aunque Tallin tiene diversas iglesias, esta es una de las más destacadas. Data del siglo XII y destaca por su fabulosa torre, que alcanza los 124 metros y se puede ver desde casi toda la ciudad.
Por dentro no destaca por nada especial, pero subir al campanario es algo que no tiene desperdicio. No podrás encontrar vistas más bellas que esas en ningún otro punto de la ciudad.
Colina Toompea
Esta colina tiene mucha historia, pues ha sido testigo de los asedios y ataques que tuvo que soportar Estonia a lo largo de los siglos. En esta colina hay un castillo, y se decía que quien izara la bandera en él podría dominar el país. Hoy día, el castillo, que data del año 1229, es la sede del Parlamento de Estonia.
Junto al castillo, en la colina de Toopea, no hay que perderse la catedral de Alejandro Nevski y la de Santa María.
Palacio y parque Kadriorg
Este palacio, que resalta por sus colores, se construyó por orden de Pedro el Grande en el siglo XVIII. Aunque también tiene un museo, lo que de verdad merece una visita son sus jardines y su parque, donde verás fuentes, lagos, árboles y algunos pequeños edificios de época.
Plaza de la Libertad
Aunque no forma parte de la encantadora Tallin medieval, pues se renovó en 2009, es un símbolo importante de la ciudad y del país. En ella se celebran diversos actos militares y patrios. Su nombre proviene por el monumento que homenajea a los caídos en la Guerra de la Independencia de Estonia.
¿Qué te ha parecido este recorrido por Tallin, en Estonia? Ya has visto que es una preciosa capital europea que bien merece que la añadas a tu lista de lugares pendientes de visita.