Los secretos de las puertas de la Alhambra

Las puertas de la Alhambra son espacios llenos de simbología. Se trata de obras de arte que servían para proteger al sultán, pero que también daban acceso a la población.

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 06 febrero, 2020

La Alhambra es el monumento más visitado de España. Es un lugar único y lleno de leyendas que aún conserva miles de secretos. Se trata de un enorme conjunto amurallado al cual se accede por medio de diversas puertas. En su momento sirvieron para proteger al sultán que vivía en el interior de la fortaleza nazarí y están cargadas de simbología. ¿Quieres conocer los secretos de las puertas de la Alhambra?

Qué esconden las puertas de la Alhambra

La Alhambra es una ciudad palatina que se componía de alcazaba, zona palaciega y medina. En ella residían el sultán que gobernaba el Reino nazarí, la familia real y su séquito, el ejército y los sirvientes. Además, cientos de personas acudían a ella para llevar los productos que surtían la mesa de todos ellos o para pedir justicia al sultán ante algún problema.

Así, se trataba del espacio más importante de la ciudad de Granada, y era de vital importancia protegerlo con una muralla. Pero la Alhambra no podía quedar aislada, de modo que se construyeron varias puertas monumentales para mostrar el poder del sultán y para protegerlo de posibles ataques. Estas fabulosas puertas guardan algunos secretos. ¿Quieres conocerlos?

1. Puerta de la Justicia

Es, sin duda, la más monumental de todas. Actualmente, sigue sirviendo de entrada al Conjunto Monumental de la Alhambra. Data de mediados del siglo XIV y es de doble recodo. En su fachada externa cuenta con doble arco con un espacio libre que servía para arrojar piedras y aceite hirviendo a los posibles atacantes.

Contrastan con dichos símbolos una Virgen gótica sobre el arco de entrada y un retablo del siglo XVI que hay en su interior. Este se encuentra ubicado en el lugar donde se llevó a cabo la primera misa en recinto nazarí.

2. Puerta de las Armas, una de las puertas de la Alhambra más antiguas

Es una de las puertas más desconocidas de todas las que conforman el recinto de la fortaleza roja. Paradójicamente, se trataba de la puerta más concurrida de la Alhambra, ya que por ella entraba la población.

Se encuentra situada a los pies de la torre de la Vela, en la zona de la alcazaba. Suponía una primera zona de control porque allí se situaban miembros del ejército, que daban paso o lo impedían a aquellos que pretendían entrar a la Alhambra para pedir justicia al sultán o vender y comprar productos.

3. Puerta de los Siete Suelos

Ubicada en el lado sur, es la puerta por la que salió Boabdil camino de su exilio. Se trata de una enorme estructura que, según cuenta la historia, fue tapiada para que nadie más pudiera pasar por ella por deseo del último sultán nazarí. Compuesta por diversos sótanos, en ella se desarrolla uno de los cuentos de Washington Irving, que narra que allí hay oculto un tesoro.

Durante la invasión francesa fue abierta de nuevo, sin embargo, al ser expulsados la destruyeron. Actualmente, es uno de los espacios que el Patronato de la Alhambra y el Generalife abre al público ocasionalmente.

4. Puerta del Vino

Se trata de una puerta monumental de acceso directo que separaba la zona de la alcazaba de la residencial. Se encuentra cerca del palacio de Carlos V y en su interior aún se conservan los bancos de madera para el cuerpo de guardia.

Es una de las más antiguas y su nombre deviene de la evolución de su primitivo nombre en árabe y del uso que de ella se dio en época cristiana: al parecer, allí la población podía comprar vino libre de impuestos.

5. Puerta del Arrabal

Una de las puertas de la Alhambra menos visibles es esta, ubicada en la cuesta de los Chinos. La utilizaba el sultán para salir de la Alhambra y adentrarse en el Generalife, su residencia de verano. Está a los pies de la torre de los Picos.

Su configuración original está muy transformada, ya que al pasar a manos cristianas el conde de Tendilla ordenó añadirle un cuerpo nuevo que sirviese de baluarte. Por ello, lo que vemos en el exterior es la parte cristiana. Esta se construyó en piedra caliza y cuenta con un arco rebajado con escudo en la parte superior con los emblemas de los Reyes Católicos: el yugo y las flechas.