San Pedro de Cervatos y su arte románico en Cantabria

Fue uno de los monasterios más importantes de Cantabria. Algo que aún podemos ver en los restos que han llegado hasta nuestros días.
San Pedro de Cervatos y su arte románico en Cantabria
Cristina Moreno

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 27 abril, 2023

San Pedro de Cervatos es una colegiata de estilo románico situada en Cervatos, una pequeña localidad que pertenece al municipio de Campoo de Enmedio, Cantabria. Se trata de una de los monumentos más visitados en Cantabria y es que presenta unas peculiaridades que la hacen muy sorprendente. ¿Quieres saber más sobre esta colegiata?

Algunos datos históricos

La colegiata de San Pedro de Cervatos es un conjunto monumental que data de aproximadamente de finales del siglo VIII o principios del siglo IX. Si bien, aparece por primera vez documentada en escritos del siglo X. Se trata de un espacio único del románico que debemos a varios nobles y monarcas.

Entre ellos al conde Sancho García y a la condesa doña Urraca, que, conscientes de la importancia estratégica de este lugar, decidieron ampliar la edificación ya existente para poder dar asilo a los viajeros que transitaban por la zona. E instalar su panteón familiar.

En el siglo XII, serán los reyes doña Urraca y Alfonso VII quienes vuelvan a confirmar la importancia de esta colegiata por medio de una cuantiosa heredad. Y sobre todo, apoyando su ampliación. Pero parece que este esplendor fue decayendo y a partir del siglo XIV muchas de sus estructuras se perderían y serían sustituidas por estancias de menor entidad para adecuarla a colegiata y parroquia.

Afortunadamente, su uso continuó en el tiempo y con su declaración como Monumento Nacional en 1931 comenzó un proceso de recuperación. Desde entonces se ha convertido en uno de los monumentos más estudiados y visitados de la comunidad cántabra.

La estructura de San Pedro de Cervatos

Puerta principal de San Pedro Cervatos
Entrada principal de la Iglesia de San Pedro Cervatos.

De ese primitivo monasterio de San Pedro de Cervatos son pocas las estructuras monacales que nos han llegado. Si bien, aún podemos disfrutar de su bonita iglesia. Un templo de una sola nave rectangular con ábside semicircular muy interesante en cuanto a su programa decorativo exterior e interior.

El programa decorativo exterior

La entrada a San Pedro de Cervatos se realiza por uno de los laterales del templo. En ella encontramos una elegante portada con arco adornado con siete arquivoltas protegido por tejaroz da la bienvenida al visitante.

Un espacio en el que se desarrolla un programa escultórico. Este, está basado en un llamativo tímpano decorado con hojas entrelazadas, unas columnas adosadas rematadas por capiteles de bella talla con motivos zoomórficos y, en el dintel de entrada, figuras de parejas de leones.

Completando la portada de ingreso podemos encontrar unos relieves de Adán y Eva, la Virgen con el Niño y San Miguel, Daniel en el foso de los leones y San Pedro, que se ubican en las enjutas del arco.

Por su parte, a los pies del templo se encuentra la torre. Un soberbio campanario de planta rectangular que se eleva en tres plantas. Con arcos las dos últimas que parecen datar de los siglos XII y XIII. El resto del exterior de este templo románico se encuentra decorado por pequeñas ventanas, contrafuertes, cornisas.

Pero quizás, lo que hace más famosa a esta iglesia es su importante colección de canecillos. Pues es una muestra bastante singular del uso del arte y de la iconografía del momento para aleccionar a la población sobre el pecado. Y es que los canecillos de piedra que sustentan el vuelo de la techumbre están plagados de escenas de carácter erótico y pecaminoso.

El interior de San Pedro de Cervatos

Interior de la Iglesia San Pedro Cervatos
Interior de la Iglesia San Pedro Cervatos.

El interior de esta colegiata cántabra es también de una belleza exquisita. Así, al adentrarnos en ella nos encontraremos ante un espacio de paz infinita en el que la luz entra tímidamente en perfectos rayos por las ventanas distribuidas a lo largo de la nave. Pero sobre todo, desde el ábside. Siendo este el espacio más valioso del templo, pues concentra la mayor parte de la decoración.

Toda la nave se encuentra cubierta por una gran bóveda de piedra sobre arcos fajones sustentados por grandes columnas adosadas y capiteles historiados.

Actualmente, el interior de este templo puede visitarse por turistas, si bien, es necesario organizar previamente su visita. Para ello hay que contar con cita previa y esta puede conseguirse poniéndose en contacto con el Museo Diocesano Regina Coeli de Santillana del Mar.