Una ruta por los pueblos más bonitos de Madrid
Madrid no es solamente la urbe capital de España, es una comunidad que alberga infinidad de rincones maravillosos. Existen en ella pueblos con mucho encanto, perfectos para dejarse atrapar por unas horas y olvidarse del barullo de la gran ciudad. Ponte ropa cómoda, coje tu mochila y prepárate, porque comenzamos una ruta por nueve pueblos más bonitos de Madrid.
Una ruta inolvidable por los pueblos de Madrid
Dos pueblos a un paso de la capital
La primera localidad, a 34 kilómetros de Madrid, es mundialmente conocida por ser el lugar de nacimiento del más famoso escritor español de todos los tiempos: Cervantes. El municipio de Alcalá de Henares, gracias a su antigua universidad, es una auténtica “ciudad del saber”.
Este pueblo cuenta con un gran patrimonio monumental dentro de su casco histórico. Desde palacios hasta iglesias, pasando por conventos y jardines, Alcalá ofrece al viajero todo tipo de visitas culturales.
No podemos olvidar visitar uno de los teatros más antiguos de España, el corral de comedias (1601), o la casa natal del autor de Don Quijote y sus andanzas. Tampoco podemos irnos sin tapear en alguno de sus numerosos bares y terrazas, disfrutando del estilo de vida alcalaíno.
Pero si lo que queremos es un lugar con solera, a 47 kilómetros de la capital encontraremos Chinchón. Reza el dicho “Chinchón: anís, plaza y mesón”, haciendo gala del ocioso y relajado ritmo de vida de este lugar.
El epicentro de la localidad es la Plaza Mayor, desde la que se articulan callejuelas y balcones de madera que harán del paseo un arte, por algo se enamoró Goya de ella. De hecho, en la iglesia se puede contemplar un lienzo del genial pintor, La Asunción de la Virgen.
A menos de 60 kilómetros de la capital
Cerca de Chinchón encontraremos la encantadora villa de Aranjuez, un lugar precioso bañado por los ríos Tajo y Jarama. Pocos enclaves gozan de la belleza paisajística de Aranjuez, motivo por el cual Felipe II ubicó en 1565 el Palacio Real.
Asimismo, numerosos jardines visten de verde la localidad: El jardín de Isabel II, los jardines del Parterre o el de la Isla. Destaca el Jardín del Príncipe, un enorme recinto que hará las delicias de los amantes de la botánica, pues encierra innumerables especies de plantas y árboles.
Justo en el otro extremo de la comunidad, pero a solo 55 kilómetros de la capital se encuentra Manzanares El Real, que posee castillo mejor conservado de la región: el de la casa Mendoza.
En este municipio encontramos, además, el conocido como Ventisquero de la Condesa, lugar de nacimiento del río Manzanares, y alberga espacios naturales como La Pedriza o las Cabeza de Hierro.
Adentrándonos en la Sierra de Guadarrama, y muy próximo al parque del mismo nombre, hallaremos San Lorenzo de El Escorial, cuyo imponente monasterio del siglo XVI deja sin aliento a cualquier visitante. También podremos visitar el Valle de los Caídos, un rincón en el que reina un solemne silencio a los difuntos de la Guerra Civil Española.
Dos localidades de conservada belleza
En Madrid también hallamos enclaves que conservan y perpetúan una estética tradicional. Es el caso de Patones de Arriba, a 68 kilómetros de la capital, un pequeño núcleo urbano de menos de 600 habitantes que destaca por sus bellas casas construidas en pizarra.
Un poco más alejado, a 75 kilómetros de Madrid, y en plena Sierra de Guadarrama, se ubica Buitrago de Lozoya, un idílico entorno amurallado en el meandro del río Lozoya que hace de espectacular foso natural.
Este es el mejor ejemplo de fortificación medieval que se conserva en toda la comunidad. La muralla (siglo XI) y el castillo (siglos XV) son los principales reclamos turísticos de este bello Conjunto Histórico-Artístico.
“No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado para darte cuenta de cuánto has cambiado tú.”
-Nelson Mandela-
Pasando los 100 Kilómetros de distancia
A 105 kilómetros al norte de Madrid se localiza La Hiruela, un diminuto pueblo de 56 habitantes declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. Este singular rincón conserva intactas casas de piedra, adobe y madera de mediados del siglo XVIII, además de formar un enclave natural sin igual gracias a su dehesa de la Hiruela, un bosque de abundantes robles, abedules, avellanos y enebros que en otoño viste de tonos cobrizos y marrones que podemos apreciar desde su Mirador del Puerto.
Y volviendo al valle alto del Lozoya, a unos 1.100 metros de altitud, hallaremos Rascafría, un entorno natural cuyos dominios abarcan el Parque Natural de Peñalara. Ofrece diversas rutas en las que los senderistas podrán deleitarse del aire fresco y la flora y fauna que pueblan este paraje, una actividad recomendable para toda la familia.
La Comunidad de Madrid esconde verdaderos tesoros que nada tienen que ver con la capital, pero que son tan hermosos como ella. Merece la pena alejarse unos kilómetros para descubrirlos.