Rocamadour en Francia, un increíble pueblo medieval

Rocamadour en Francia, un increíble pueblo medieval

Escrito por Adrián Pérez

Última actualización: 01 diciembre, 2016

Hay pocas palabras que puedan describir Rocamadour, espectacular y romántico son calificativos que definitivamente se quedan cortos. Y es que este pueblo francés es tan perfecto que parece sacado de un cuento de hadas. Hay lugares que definitivamente superan con creces nuestra imaginación, y ese es el caso de Rocamadour. ¿Te gustaría conocerlo? Entonces acompáñanos en este emocionante recorrido.

Rocamadour, un pueblo de fantasía

Adosado a un acantilado, el pueblo de Rocamadour es uno de los más bonitos e impresionantes de Francia. Todavía conserva de forma casi intacta su encanto de antaño. Sus antiguas construcciones, monumentos y calles de piedra se conservan a la perfección. El resultado es que el visitante se siente como un viajero en el tiempo que descubrió la fórmula para retroceder cientos de años.

Rocamadour
Rocmadour – bjul

Este encantador pueblo está situado en la región de Midi-Pyrénées. Su ubicación es extraordinaria, puesto que las vistas desde el lugar son incomparables. A nivel estratégico, durante la Edad Media, esta ubicación resultó muy beneficiosa, puesto que era muy difícil para cualquier forastero o fuerza extranjera asediar el pueblo.

Además de su extraordinaria ubicación, Rocamadour también es muy conocido por sus numerosos santuarios. A lo largo de los siglos el lugar se ha convertido en uno de los pueblos más visitados por peregrinos provenientes de todas partes del mundo, incluyendo a nobles y reyes.

La sorprendente fisonomía de Rocamadour

Desde la lejanía este pueblo impresiona y enamora a sus visitantes. Construcciones verticales adosadas a acantilados de hasta 120 metros de altura es un ejemplo de lo que podrás observar. Estas sorprendentes edificaciones fueron construidas en su gran mayoría durante la Edad Media y han llegado hasta nuestros días en un magnífico estado de conservación.

Rocamadour
Rocamadour – Souchon Yves

Cada una de ellas posee una arquitectura y estilo característico de la Edad Media. Su belleza no tiene precedentes. Merece la pena hacer el esfuerzo de recorrer las estrechas y empinadas calles del pueblo para ir descubriendo sus viejas construcciones y sus pequeñas y bonitas plazas.

Pero el pueblo tiene mucho más. En él se descubren espectaculares iglesias. De hecho, son famosos los siete santuarios de Rocamadour. Entre ellos destacan la capilla de Notre-Dame, la basílica de Saint-Sauveur y la capilla de Saint-Michel. En la primera se guarda una estatua de la Virgen Negra, data del siglo XII y es muy venerada.

Un lugar para disfrutar

Para poder llegar a Rocamadour lo más recomendable es tomar el tren. La estación está algo alejada, pero el paseo hasta el pueblo resulta encantador porque el paisaje es espectacular.

Rocamadour
Rocamadour – apgestoso

Planifica tu viaje con tiempo y quédate varios días en este pequeño pueblo de ensueño. De esta forma podrás recorrer y conocer a la perfección cada una de sus calles, deleitarte con su exquisita gastronomía y, en definitiva, pasar unos días rodeado de la más absoluta paz que se puede conseguir.

Así, además, tendrás tiempo de disfrutar de una de las excursiones más populares: un paseo en globo por el valle de Dordoña. Un recorrido, sin lugar a dudas, absolutamente inolvidable y romántico.

“Lo conmovedor o irónico de dejar atrás la juventud está implícito en cada uno de los momentos gozosos al viajar: uno sabe que la primera alegría jamás será recobrada, y el viajero sabio aprende a no repetir sus éxitos sino a ir tras nuevos lugares todo el tiempo”.

– Paul Fussell –

Rocamadour es uno de los pueblos medievales con más encanto que podrás conocer. Visitarlo es retroceder en el tiempo y sentirte el protagonista de tu propio cuento de hadas. En este magnífico lugar encontrarás la paz que tanto anhelas, los más espectaculares paisajes naturales y una antiquísima y rica historia que continúa viva en cada uno de sus rincones. Un lugar inolvidable que no puedes dejar de visitar.