Rincones secretos de Lisboa que te encantará descubrir
La capital portuguesa es una ciudad para caminar sin prisas y sin rumbo, una ciudad llena de magia que provoca nostalgia incluso antes de haberla abandonado. Envuelta en un ambiente algo decadente, esconde lugares sorprendentes. De ellos queremos hablarte, descubrimos rincones secretos de Lisboa que te van a encantar.
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1. Rincones secretos de Lisboa: unas catacumbas romanas
Ocultas en el subsuelo, solo algunos afortunados pueden visitarlas. Son las galerías romanas que hay bajo la Rua de la Prata. Datan del siglo I y se descubrieron casi por casualidad después del gran terremoto que arrasó la ciudad en 1755. Y cuando decimos que para verlas hay que tener suerte no exageramos, están inundadas y solo se drenan para que se puedan visitar tres días al año.
2. Un singular depósito
Y de agua seguimos hablando, pero de la que se almacena en unas instalaciones de aspecto nobiliario. Mãe d’Agua es un inmenso depósito que en su día servía para abastecer a la ciudad. Hoy alberga el Museo del Agua, donde se puede ver, por ejemplo, la primera estación de bombeo mediante máquinas de vapor que hubo en Lisboa.
3. Un rincón literario
Paseando por la ciudad te encontrarás con estatuas del poeta portugués Fernando Pessoa, pero hay un lugar que lo recuerda especialmente. Es el Café Martinho do Arcada. Aquí venía el escritor con frecuencia y aquí escribió muchos de sus poemas. Y lo hacía en una discreta mesa situada en un rincón y que aún se conserva.
4. Un jardín de cuento
Abejas gigantescas, ranas, caracoles de un tamaño descomunal y toda una singular y colorida fauna puebla el jardín que hay detrás del Museu da Cidade. Una muestra de la imaginación desbordante de Rafael Bordallo Pinheiro uno de los artistas más portugueses más polifacéticos del siglo XX. Un lugar de auténtica fantasía que, sin embargo, no debe hacernos olvidar visitar el museo, que es realmente interesante.
5. Lugares llenos de paz
Como otras grandes capitales, Lisboa también tiene cementerios históricos que merece la pena visitar. Uno de ellos es el de Prazeres, es el más grande de Lisboa y aquí descansan destacadas personalidades del país, como se aprecia en sus esculturas y panteones. Otro cementerio singular es el de los Ingleses, pequeño, pero lleno de historias singulares.
6. Un rincón para la oración
Y paz se respira en el convento dos Cardaes, uno de esos rincones secretos de Lisboa, a pesar de estar en el animado Barrio Alto. Austero por fuera, el interior de su iglesia es un tesoro, un bello ejemplo de estilo barroco en el que destacan los azulejos holandeses, que narran escenas de la vida de Santa Teresa de Jesús.
7. Un museo al aire libre de arte urbano
Lisboa empieza a ser reconocida como una ciudad en la que se puede ver arte urbano de calidad. Arte que ha servido para recuperar zonas degradadas y darles una segunda oportunidad, como es el caso de la Quinta do Mocho. Aquí se pueden ver algún trabajo de Bordalo II, considerado el mejor artista portugués de esta disciplina.
8. Una estación muy especial
Casi otra forma de arte es la que se puede admirar en la estación de metro de Olaias, que suele aparecer en los listados de estaciones más bellas del mundo. Enormes paneles de colores que matizan la luz decoran el techo del vestíbulo, mientras que en el andén destacan hileras de columnas metálicas, vidrieras y mosaicos de azulejos. Todo un derroche de color e imaginación.
9. Un palacete en medio de un bosque
El parque forestal Monsanto es el gran pulmón verde de la ciudad. En su interior esconde uno de los rincones secretos de Lisboa: el palacio de los marqueses de Fronteira, un antiguo pabellón de caza que se puede visitar en parte y que tiene unos preciosos jardines con fuentes, esculturas y un bello mural de azulejos.
10. Un médico “santificado” por el pueblo
Frente a la Facultad de Medicina se encuentra la estatua del doctor Sousa Martins, para muchos, un santo. Dedicó su vida a luchar contra la tuberculosis y a ayudar a los más desfavorecidos. Tal es la devoción, que la gente comenzó a poner velas, y aún lo hace, pidiendo reponerse de alguna enfermedad. Las placas de mármol en agradecimiento que hay a los pies de la estatua seguro que te llaman la atención.
La visita guiada por Lisboa en español es la forma ideal de empezar a conocer los lugares imprescindibles de la capital portuguesa. ¡Anímate!
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