7 rincones de Chester que no debes perderte
Si quieres pasar un fin de semana al mejor estilo inglés, tienes que visitar Chester, una ciudad con casas de madera, un centro histórico muy bien conservado, una catedral impresionante y restos de su pasado romano. Esta preciosa localidad nunca te dejará indiferente, sobre todo si visitas los rincones de Chester que te vamos a mostrar.
Chester, pueblo inglés con sabor romano
Chester es la capital del del condado de Cheshire y se encuentra al noroeste de Inglaterra, a tan solo media hora de Liverpool. Este pueblo tuvo su origen en la antigua colonia romana de Deva Victrix, de la que aún se conservan algunos restos.
Su mayor auge fue durante la época medieval, entre los siglos XII y XIV. Entonces Chester contaba con un puerto y una gran actividad comercial, llegando a ser más importante que su vecina Liverpool. Con el tiempo la acumulación de sedimentos hizo retroceder al mar provocando el fin de su actividad portuaria.
Rincones de Chester imprescindibles
Actualmente, Esta es una ciudad con una gran historia, que se llena de visitantes de todo el mundo deseosos de conocer su maravilloso y bien conservado casco antiguo medieval o sus murallas romanas.
1. The Rows
Son las galerías comerciales más antiguas de Inglaterra, construidas entre los años 1200 y 1350. Se trata de una serie de galerías de origen medieval que comunican el primer piso de los edificios de las calles principales del centro de Chester.
Afortunadamente, se conserva gran parte de su trazado original, que data de la Edad Media. Para acceder a ellas se toman varias escaleras y en su interior se encuentran comercios, tiendas, restaurantes y cafés.
Sobre ellas se levantaron las casas de madera donde los comerciantes, agrupados por gremios, vendían sus productos. En diversas ocasiones han estado en la lista para ser reconocidas como Patrimonio de la Humanidad.
2. Eastgate Clock
El Eastgate Clock es uno de los monumentos más significativos de la ciudad. Aunque se encuentra sobre la puerta de entrada a la ciudad romana de Deva Victrix, el arco actual data de 1768 y el reloj fue añadido en 1899.
Puede admirarse desde abajo, desde Eastgate Street. Pero también se puede ver desde la parte superior, paseando por las murallas que rodean la ciudad.
3. Murallas de Chester
Recorrer las murallas de Chester es una de las mejores cosas que se pueden hacer en la ciudad. El recorrido es de unos 3 kilómetros y puede hacerse fácilmente en una hora. Además, se observan unas preciosas vistas de toda la ciudad.
4. Anfiteatro romano
De su historia romana quedaron algunos vestigios, entre ellos se encuentra el anfiteatro, que data del 79 d.C. Aunque no está muy bien conservado, cuenta mucho de la historia de la antigua ciudad, ya que es uno de los más grandes que se han conservado en Gran Bretaña, con capacidad para albergar a unos 8000 espectadores.
5. Catedral de Chester
Se construyó entre los siglos XI y XVI con una mezcla de estilos que van desde el normando primitivo hasta el gótico, pasando por el románico. Se puede apreciar una gran ornamentación en su interior, numerosas vidrieras de gran belleza y techos con detalles excepcionales.
Destaca el espectacular coro gótico de 1283 y cuya obra maestra es su sillería de 1380, con 48 asientos tallados y decorados con un ampuloso dosel y con esculturas figurativas.
6. Jardín Romano
Otro de los rincones de Chester que nos llevan a sus orígenes. Este el Jardín Romano se encuentra cerca del anfiteatro y en él se conservan vestigios de la antigua ciudad romana de Deva Victrix. Se pueden observar restos de termas romanas, como el hipocausto o las columnas de la sala de ejercicios. También algunos lienzos de la muralla original y restos de mosaicos.
El Jardín Romano fue creado en 1949 para integrar los restos de la antigua ciudad romana. Esa es la razón por la que estos vestigios no se encuentran en su emplazamiento original y que este sea un auténtico museo al aire libre.
7. Grosvenor park
Se trata de uno de los rincones de Chester más populares. Está muy cerca del río Dee y en su interior cuenta con varias avenidas. Su nombre se debe a que el terreno donde se encuentra fue donado por Richard Grosvenor, marqués de Westminster. El parque se inauguró en 1867 y en él se pueden visitar las ruinas de la Iglesia de San Juan Bautista.