Restaurante Sobrino de Botín en Madrid, el más antiguo del mundo
El restaurante Sobrino de Botín puede presumir de ser el más antiguo del mundo, hito recogido en el libro Guinness de los récords. Y es que su origen se remonta nada menos que a 1725. Si quieres saber más sobre este local ubicado en la ciudad de Madrid, no dudes en seguir leyendo.
Historia del restaurante Sobrino de Botín
El establecimiento está regentado a día de hoy por la tercera generación de la familia González. Entonces, ¿de dónde viene su nombre? Pues del cocinero francés Jean Botín, que en 1725 abrió una pequeña posada en Madrid y que es el actual restaurante. De dicho año también es el horno de leña del local.
Como curiosidad, en la posada no se cocinaba otra cosa que no fuera aquello que trajera el propio huésped, ya que en el siglo XVIII no se permitía vender carne, vino u otros productos. ¿El motivo? Se creía que podía existir algún tipo de intromisión que afectara a determinados gremios.
Por otro lado, no fue hasta el siglo XX cuando el restaurante Sobrino de Botín llegó a manos de sus actuales propietarios con Emilio González y su mujer, Amparo Martín. Estos iniciaron así una pequeña empresa familiar que contaba tan solo con siete empleados. Entre ellos, el matrimonio y sus tres hijos.
Durante la Guerra Civil, y a diferencia de muchos restaurantes, el negocio no vio cesada si actividad ni un solo día. Precisamente, el hecho de haber estado siempre operativo fue uno de los aspectos que se valoró a la hora de que Guinness le otorgase en 1987 el reconocimiento que ostenta.
Tras la contienda, Antonio y José González tomaron las riendas del negocio, convirtiéndolo en lo que es hoy en día: un restaurante con un buen servicio y una cocina y un género sobresalientes. Sin embargo, el establecimiento, que consta de cuatro plantas, aún conserva el ambiente de la antigua posada.
Repercusión del establecimiento
La fama del restaurante Sobrino de Botín es tal que ha aparecido en diversas obras literarias, como Fortunata y Jacinta, Misericordia o Torquemada y San Pedro, todas ellas de Benito Pérez Galdós. Otros libros en los que se le hace referencia son Mi vida, de Indalecio Prieto o La forja de un rebelde, de Arturo Barea.
Asimismo, el establecimiento puede presumir de contar entre sus comensales con el mismísimo Ernest Hemingway, al que le unía una amistad con el propietario de Botín por aquel entonces: Emilio González. Como anécdota, este último intentó enseñarle al escritor a hacer una paella, pero su destreza en la cocina dejaba mucho que desear.
Carta del restaurante Sobrino de Botín
El restaurante Sobrino de Botín es uno de los referentes de la cocina tradicional de Madrid, debido a que las recetas de sus platos se enseñan de generación a generación. De todos ellos, uno de los más demandados es el cochinillo asado. Aunque hay otros igual de célebres, como las almejas Botín o el solomillo Botín al champiñón.
Su oferta gastronómica incluye, al mismo tiempo, una repostería propia y deliciosa. Algunos ejemplos son biscuit con higos y nueces, tartaleta templada de manzana, tarta de queso con chocolate blanco, tarta de chocolate… y la especial de la casa, un bizcocho con crema que recibe el nombre del restaurante.
El establecimiento también cuenta con una variada carta de vinos formada por vinos espumosos procedentes de España, Francia e Italia; así como vinos blancos, rosados y tintos de diferentes regiones. Con o sin Denominación de Origen, pero todos igual de recomendables para acompañar la comida.
“Desde un buen festín se puede perdonar a todos, incluso a los parientes.”
-Oscar Wilde-
Información de utilidad para visitarlo
Para aquellos a los que, tras conocer la historia y la carta del establecimiento han sucumbido a sus encantos y quieren comer en él, decirles que se encuentra en pleno centro de Madrid. Más concretamente, en la calle de Cuchilleros, saliendo de la Plaza Mayor por el arco de Cuchilleros.
Respecto al horario, el almuerzo en el restaurante Sobrino de Botín se sirve de una a cuatro de la tarde y la cena, de ocho a doce de la noche. El día que se elija no importa, pues se mantiene abierto durante todo el año. Lo importante es disfrutar de la experiencia, como ya lo han hecho miles de personas desde su apertura.
Fotografía de portada: Julie Kertesz / Flickr.com