Un recorrido por el fabuloso castillo Eggenberg

Es uno de los monumentos más increíbles de Austria, todo un ejemplo de grandeza y del uso de las matemáticas en la arquitectura.
Un recorrido por el fabuloso castillo Eggenberg
Cristina Moreno

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 26 diciembre, 2019

El castillo Eggenberg es uno de los mejores palacios que puedes visitar en Austria. Ubicado en el distrito de Eggenberg, en Graz, fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por su impresionante arquitectura, sus elegantes jardines y la importante colección de obras de arte que atesora en su interior. Es un lugar de cuento que nunca olvidarás. ¿Nos acompañas a conocerlo?

La historia del castillo Eggenberg

Fachada del castillo de Eggenberg
Castillo de Eggenberg

El origen de este castillo se encuentra en el siglo XV. Es entonces cuando Balthasar Eggenberg compra esta propiedad para convertirla en su residencia familiar. Este era un acaudalado personaje de la sociedad austriaca muy ligado al emperador Federico III de Alemania. De gustos refinados, comenzó a construir su residencia en estilo gótico. Un espacio que hoy en día forma parte del actual palacio.

Pero serán sus descendientes quienes engrandezcan el castillo y le den la configuración actual. Así, en 1625 el príncipe Hans Ulrich von Eggenberg, bisnieto del precursor de esta propiedad hace ampliaciones alrededor del primer núcleo arquitectónico.

Qué ver en el castillo Eggenberg

El actual castillo Eggenberg es de planta cuadrada y se compone de tres patios entorno a los cuales se desarrollan inmensas alas. Tiene capilla, iglesia, un inmenso jardín y es sede de varios museos.

1. La capilla gótica, el origen del castillo

Patio del castillo de Egenberg
Patio del castillo

Se trata de una capilla construida antes de 1470 bajo la advocación de la Virgen María. Sobre ella se alza majestuosa una torre. Destacan su bóveda nervada creando composiciones de estrellas y el retablo gótico, denominado altar Eggenberg.

Ese retablo dedicado a María cuenta con dos cuerpos móviles para poder abrir y cerrar todo el conjunto a modo de ventana. Representa, además, una de las mejores muestras de pintura de toda Austria, hecho que evidencia la alta posición de su mecenas.

En él se puede contemplar a María rodeada de ángeles músicos y flanqueada por San Fabián y Sebastián. También aparecen los mártires Dorothea, Margaretha, Katharina y Barbara, todos ellos pertenecientes a la corte real de María en el Cielo. Así como los doce apóstoles.

2. El palacio barroco

En torno a la capilla, el príncipe Hans construyó su palacio. Encargó al arquitecto Pietro de Pomis un edificio que fuese representación del mundo perfecto. Así, el castillo Eggenberg se conformó a imagen del universo. De proporciones armónicas basadas en las matemáticas, el objetivo era crear espacios ordenados en contraposición al caótico momento político que se vivía.

Interior del castillo
Interior del castillo – Pedro J Pacheco / Wikimedia Commons

Por ello, las esquinas se encuentran orientadas a los cuatro puntos cardinales. Así, el sol pasea por todo el edificio como si este fuera un inmenso reloj solar. Cada una de las fachadas se corresponden con la mañana, el mediodía, la tarde y la noche.

Y en las plantas también existe un orden jerárquico. De esta manera, la vida cotidiana se desarrollaba en la planta baja, la privada en la segunda y la de las ideas en la planta superior. Mientras, el centro del universo es la capilla, y la cueva que hay bajo ella representa la alquimia, un saber muy de moda en la época.

Cuenta con 365 ventanas, tantas como días tiene el año. Y cada planta tiene 31 habitaciones que se corresponden con el número de días que tienen los meses más largos. También podemos encontrar las 24 horas del día y los 60 segundos de un minuto, todo ello por medio de elementos arquitectónicos.

En las diversas salas tienen sede el Museo de Numismática, el Museo Arqueológico y el Museo de Arte. En este último puedes contemplar algunos de los mejores ejemplos de arte del Renacimiento y Barroco austriaco.

3. Los jardines del castillo Eggenberg

Vista de los jardines
Jardines – Allie_Caulfield / Wikimedia Commons

El origen de los jardines del castillo Eggenberg se encuentra en el siglo XVII. Y, aunque transformado, en la actualidad es uno de los parques naturales más importantes del país. Cuenta con una impresionante zona dedicada a los rosales, huerto, pabellones y el Planetengarten. Un jardín dedicado al sistema planetario.

Visitar el castillo y los jardines es posible todos los días del año. Es un castillo maravilloso que cuenta con la posibilidad de realizar visitas guiadas.