Qué ver en Cracovia, la ciudad europea más barata para viajar
Hay mucho que ver en Cracovia, y no solo eso, sino que es la ciudad europea más barata para viajar. No lo decimos nosotros, lo asegura el City Cost Barometer, un estudio realizado por la organización Post Office Travel Money, que coloca a la ciudad como la más económica para pasar unos días.
El estudio que nos sirve de referencia ha sido realizado en base al precio de un café, de una noche de hotel o de una entrada a un museo. Según este investigación, el coste de un viaje a la segunda ciudad más poblada de Polonia es de unos 165 euros por persona. Para que os hagáis una idea, este mismo estudio recoge que el coste de viajar a Barcelona es de unos 350 euros.
Pero, ¿qué se puede ver en Cracovia? ¿Merece la pena escaparse unos días hasta Polonia y descubrir esta ciudad? Hoy hacemos un recorrido por sus calles y por todo lo que debes conocer, además, dejándonos poco dinero en el intento.
Qué ver en Cracovia: el campo de concentración de Auschwitz
Una de las visitas imprescindibles (y quizás la más dura) durante un viaje a Cracovia es el campo de concentración de Auschwitz. En realidad no es solo un campo, sino un conjunto de ellos construidos tras la ocupación alemana.
Estos tenían dos funciones principales: una, servir de campo de trabajo para todos los judíos allí encarcelados; otra, ser la forma de exterminio de la población, con sus famosos hornos crematorios y cámaras de gas. Todas las instalaciones se conservan muy bien y se pueden visitar, por lo que será muy fácil hacerse a la idea de lo que allí se vivió.
“El deber del superviviente es dar testimonio de lo que ocurrió, […] hay que advertir a la gente de que estas cosas pueden suceder, que el mal puede desencadenarse. El odio racial, la violencia y las idolatrías todavía proliferan.”
-Elie Wiesel-
Conocer la historia de este campo, del nazismo y de la represión a los judíos es difícil, pero necesaria. Visitar el campo es imprescindible para conocer una de las etapas más oscuras del siglo pasado. El campo se encuentra a unos 70 kilómetros de la ciudad y su entrada cuesta 50 zlotis polacos, lo que no llega a 12 euros.
Stare Miasto
Constituye el centro histórico de la ciudad y el principal atractivo turístico que hay que ver en Cracovia. Lo mejor es perderse por sus callejuelas, sin mapa ni un destino prefijado. Aun así, no viene de más tener algunos puntos de referencia que no perderse y una pequeña ruta para no olvidar visitar ningún lugar importante.
Nuestra ruta por Stare Miasto comenzaría en Barbacana para después adentrarnos en la Royal Mille, tras haber atravesado la puerta de Florian. Esta zona está formada por las calles Florianska y Grodzka, situadas a ambos lados de la plaza del Mercado. Al final de esta última calle se encuentra la colina Wawel y su bonito castillo.
Volviendo a la plaza del Mercado, es la plaza medieval más grande de Europa, con más de 40.000 m². Constituye el centro de la ciudad y cuenta con algunos puntos de interés, como la Lonja de Paños, la basílica de Santa María o la antigua torre del Ayuntamiento.
Minas de sal de Wieliczka
La Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad estas minas en el año 1978. En la actualidad, es uno de los lugares más visitados de todo el país, con más 800.000 visitas anuales. Además de su enorme tamaño y profundidad, lo verdaderamente bonito de estas minas son las esculturas talladas que relatan la historia de la minería de sal.
Sin duda, es uno de los lugares que hay que ver en Cracovia. Y llegar hasta allí es muy sencillo, pues solo se encuentra a 15 kilómetros de distancia de la ciudad.
La mejor opción es contratar una excursión, ya que es la alternativa más cómoda. También se puede optar por ir en tren (desde la Estación Central) o en bus (desde la Galería Krakowska). La entrada vale 89 zlotis, al cambio unos 20 euros.
Sinagoga Tempel
La comunidad judía en Cracovia era muy numerosa, por lo que la ciudad cuenta con varias sinagogas. Quizás una de las más especiales es esta, debido a que es la más nueva y moderna de la capital. Esa magia diferente reside en que fue construida por la unión de judíos progresistas.
Estos introdujeron cambios en las liturgias que no gustaron a los judíos más ortodoxos. Esto también se ve reflejado en la arquitectura del templo, con diseños muy coloridos poco frecuentes en las sinagogas. Entrar a ver esta maravilla cuesta 5 zlotis (un poco más de 1 euro) y 2 zlotis si se es estudiante (menos de 0,50 euros).