Pyramiden, una inquietante ciudad fantasma
Pyramiden es uno de los sitios más singulares que se pueden visitar en el norte de Europa. En realidad, muy al norte, ya que esta ciudad se halla en el Círculo Polar Ártico. Solo por esa ubicación ya merecería la pena descubrirla. Pero lo que la hace diferente es que es una ciudad fantasma. Abandonada de un día para otro a finales del pasado siglo XX. ¡Un misterio!
Pyramiden, actualmente Noruega
La ciudad de Pyramiden se halla en el archipiélago de Svalbard, que en la actualidad es territorio de Noruega. En concreto, para estremecerse con su aspecto fantasmagórico hay que dirigirse a la isla de Spitsbergen.
Allí, en lo profundo del fiordo Isfjorden y protegida por la presencia de una montaña de silueta piramidal, se encuentra esta urbe. Una ciudad cuya existencia se debe a la Unión Soviética.
El corto pasado de Pyramiden
Un lugar tan remoto como Pyramiden y con un clima tan extremadamente duro como el suyo no ha existido siempre. En este lugar, donde el sol no sale durante todo el invierno y el termómetro se hunde en temperaturas inhumanas, no había vivido nadie hasta 1910.
Ese año se estableció un asentamiento sueco para explotar el carbón de la isla. Un yacimiento próspero que años después, en 1927, vendieron a la extinta URSS. Fueron ellos los que, tras la Segunda Guerra Mundial, construyeron la ciudad que vemos en la actualidad.
El periodo de prosperidad de Pyramiden
Aquella ciudad de Pyramiden iba a ser el hogar de más de 1000 personas, la mayoría de ellos mineros y sus familias. Pero había más gente. Había maestros para las guarderías y escuelas, médicos y enfermeros para los hospitales, bibliotecarios, monitores de deportes, el encargado del cine, cocineros para la cantina…
En suma, era una ciudad con todo tipo de servicios. Por haber, había hasta un hotel para el personal de la empresa minera que regularmente tenía que viajar a Pyramiden. Se trataba de la ciudad ideal soviética. Con un diseño en el que no se había descuidado ningún detalle.
Incluso había zonas ajardinadas en un paraje tan inhóspito como el Círculo Polar Ártico. Estamos hablando de un lugar cuyas coordenadas geográficas son 780 64’N 160 27’E.
Sin embargo…
Durante varias décadas la vida en Pyramiden continuó. Se extraía carbón y la población estaba perfectamente abastecida. Era un auténtico orgullo para los gobernantes soviéticos. Presumían de haber creado vida de la nada y de saber mantenerla, pese a las duras condiciones del lugar.
Sin embargo, llegó un día de octubre de 1998 en el que se dejó de sacar carbón de la mina y los habitantes de Pyramiden decidieron abandonar apresuradamente su hogar. Sin mirar atrás.
En apenas 24 horas, el lugar quedó vacío. Interrumpieron lo que estaban haciendo, prepararon la maleta y huyeron. Y así nos lo encontraremos todo cuando visitemos Pyramiden.
Un recorrido lleno de misterio
La visita a Pyramiden, obviamente, solo es posible en verano. Con el buen tiempo hay varios guías aquí viviendo y se ha abierto un pequeño hotel. La experiencia es de lo más singular.
Para empezar, se llega a un puerto donde todavía se ven viejas grúas de carga y los muelles están bastante mal, debido al deterioro del paso del tiempo. Todo es una auténtica ruina. Congelada en 1998.
Se pasa por las viejas escuelas y por hogares donde todavía están los platos en la mesa de la última comida que hicieron aquí sus propietarios. Se recorre el viejo cine, las piscinas vacías, hasta se ve un campo de fútbol.
Es un espectáculo fantasmal. Amasijos de hierros, la estatua de Lenin en la calle principal, calendarios colgados desde aquel fatídico año para Pyramiden…
Pero, ¿qué pasó? Se especula con que los trabajadores vieron que iban a ser desabastecidos ya con una URSS desaparecida y se marcharon antes de que llegara el invierno. No obstante, la prisa con la que lo hicieron es sorprendente y ha habido todo tipo de especulaciones.
El misterio-encanto de Pyramiden
La magia más tétrica de este lugar es que el frío lo conserva casi intacto estructuralmente. Por otro lado, en estas latitudes el expolio no es nada habitual.
De hecho, hay investigadores que piensan que todo podría mantenerse en perfectas condiciones durante varios siglos, sin cuidado alguno. Por eso en este archipiélago de Svalbard, Noruega guarda la Bóveda Global de Semillas, para reproducirlas en caso de hecatombes mundiales.