El puente de San Bonifacio, un rincón encantador en Brujas
El puente de San Bonifacio es uno de los rincones más concurridos de Brujas. Todos los turistas que llegan a la ciudad belga se acercan para conocer esta construcción, que nos hace retroceder hasta la Edad Media. Muchos lo cruzan por su pasarela, otros muchos pasan por debajo mientras recorren los canales en una embarcación.
La cercanía a la iglesia de Nuestra Señora y al palacio de Gruuthuse hacen que esta sea una zona perfecta para pasear durante horas. Todas las visitas guiadas por la ciudad te van a llevar al puente de San Bonifacio y te van a contar su historia. Y debes saber que no todo es lo que parece.
El secreto del puente de San Bonifacio
Una experiencia única en Brujas es la de recorrer en barca sus canales. Así podréis ver la ciudad desde una perspectiva única que no vais a olvidar. Y en la zona del puente de San Bonifacio creeréis que estáis en un pequeño pueblo medieval, que habéis viajado en el tiempo.
Los edificios de madera y de piedra de la zona son los principales responsables. Con su particular estilo flamenco, nos recuerdan a esas localidades medievales que conocemos gracias al cine o la literatura. Aquí el tiempo parece haberse detenido.
Y es el puente de San Bonifacio uno de los rincones más románticos y encantadores de esta parte de Brujas. Pasar con la embarcación bajo él y ver la iglesia de Nuestra Señora es un momento único en cualquier viaje a Bélgica.
Pero el puente de San Bonifacio guarda un secreto que no todo el mundo conoce. Quizá te preguntes cuántos años tiene. Seguramente pienses que tiene varios siglos y que se remonta casi a los orígenes de la ciudad. Nada más lejos de la realidad.
A pesar de su apariencia, a pesar del ambiente medieval que lo enmarca, este puente apenas tiene unas décadas de vida. De hecho, es uno de los puentes más nuevos de la ciudad, ya que se construyó a principios del siglo XX.
Otros monumentos por la zona
Ya hemos comentado que el lugar en el que se ubica el puente de San Bonifacio es uno de los más bonitos de Flandes. Pero después de pasar por él, es imprescindible visitar otros monumentos y lugares de interés que hay en la zona.
Por ejemplo, junto al puente de San Bonifacio podréis pasear por el parque Arensthof, una encantadora zona verde con altos árboles. Aquí veréis cuatro esculturas de bronce que representan a los cuatro jinetes del Apocalipsis.
La iglesia de Nuestra Señora
Esta sí es de origen y estilo puramente medieval, pues se construyó a partir del siglo XIII. Lo primero que sorprende de esta iglesia es su imponente torre de 122 metros de altura, la más alta de toda la ciudad. Para diseñar este edificio se tuvo en cuenta la catedral con el mismo nombre ubicada en Tournai.
En el interior de la iglesia de Nuestra Señora de Brujas se encuentran los restos de Carlos el Temerario y su hija, María de Borgoña. Junto a sus tumbas, pueden observarse las efigies de bronce que los representan.
Pero, sin duda, la gran joya de esta iglesia es la Madonna. Se trata de una maravillosa escultura en mármol obra de Miguel Ángel. Este tesoro tan importante para la ciudad tuvo que recuperarse en dos ocasiones. Primero, la robaron en la Revolución Francesa y, más tarde, durante el dominio nazi en Europa.
El palacio de Gruuthuse
En la zona del puente de San Bonifacio se encuentra el palacio de los señores de Gruuthuse. Su riqueza artística se muestra en el museo que alberga. Y conviene dedicarle un tiempo, ya que te permitirá conocer mejor la historia de este lugar gracias a colecciones de tapices, cuadros o documentos, entre otros objetos.
En la parte arquitectónica, la zona más espectacular del palacio es su patio. Su belleza particular se amplía al mezclarse con los canales de Brujas. Un rincón encantador de una ciudad fascinante, como es Brujas.
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