Praia da Rocha, uno de los grandes atractivos del Algarve
Praia da Rocha está ubicada en el Concelho de Portimão, en el mágico Algarve, y se caracteriza por su gran extensión de arena. Si bien es un gran destino turístico en Portugal, merece la pena visitarla al menos durante un recorrido por este hermoso país. ¿Nos acompañas a Praia da Rocha?
Visitar Praia da Rocha
Praia da Rocha es una población turística muy popular de la zona del Algarve. Una localidad llena de vida y muy animada, sobre todo en verano, que ofrece todo tipo de actividades lúdicas para todas las edades. Y la animación no termina cuando anochece… también podemos disfrutar de restaurantes, bares y discotecas cuando cae el sol.
Si vas en época estival puede parecerte algo caótico recorrer este lugar. Por ello, si lo que quieres es conocerlo con un poco más de calma, te recomendamos que lo visites de enero a abril, cuando todo está más calmado. Fuera de la temporada alta los precios son más asequibles y en primavera las temperaturas son agradables.
Una playa maravillosa
Pero, si por algo es conocida Praia da Rocha es por su playa, una de las más grandes del Algarve. Es una playa de suaves y doradas arenas que debe su nombre a las rocas que se levantan entre la arena y el mar. Una playa cómoda y con todos los servicios para los miles de turistas que la visitan.
Pero hay que tener en cuenta que las aguas, aunque cristalinas, son bastante frías, ya que pertenecen al océano Atlántico. Sin embargo, no hay corrientes peligrosas, por lo que es ideal para ir en familia. También lo es para practicar todo tipo de deportes acuáticos como por ejemplo esquí, kayak, barcas, etc.
Y si después de la jornada playera aún quedan fuerzas, el paseo marítimo es un lugar ideal para salir a caminar, andar en bicicleta o quedarse admirando la playa. También puedes pasear hacia las calas más tranquilas, resguardadas por los acantilados de piedra caliza. Si no te importa caminar un largo tramo hasta ellas, será una buena idea para escapar del bulllicio.
Qué más hacer en Praia da Rocha
El principal atractivo, además de las playas, es la Fortaleza de Santa Catalina de Ribamar. Fue erigida sobre un pequeño cabo en el siglo XVII por órdenes de Joao de Castro.
El objetivo era asegurar la defensa del río Arade y evitar la entrada de piratas e invasores que querían llegar a Portimao. Es de planta rectangular con una torre en cada esquina. No te pierdas las vistas desde su mirador ni la visita a la ermita de Santa Catarina de Alexandría.
Visitar Silves
Desde Portimão puedes tomar un autobús hasta la ciudad de Silves, la antigua capital del Algarve. Está dominada por un castillo fortificado y de color rojo por el ladrillo usado en su construcción. Fue erigido entre los siglos VIII y XIII y es el mejor conservado de estilo árabe en todo el país. En la colina de acceso se encontraron vestigios de un lugar de culto visigodo.
En Silves también hay que visitar la catedral. Es de arquitectura gótica y se cree que se construyó sobre una mezquita tras la reconquista de Dionisio I de Portugal. Y, por supuesto, puedes conocer sus fantásticas playas, entre ellas las de los Pescadores o la de Armação de Pêra.
La bella ciudad de Lagos
Otra excursión cercana desde Praia da Rocha es la población histórica de Lagos. Es una ciudad de pasado marinero, calles empedradas y un precioso puerto deportivo. En tu paseo no dejes de visitar la Iglesia de Santo António (data de 1715, su interior está cubierto de oro y el exterior de azulejos) y el fuerte de Ponta de Bandeira, construido como defensa durante la Guerra de la Restauración portuguesa.
En los alrededores puedes encontrar cuevas marinas, grutas y acantilados. No te pierdas Ponta da Piedade, uno de los lugares más espectaculares de todo el Algarve, inconfundible con sus arcos de roca y sus peñascos sobresaliendo del mar.
“Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.”
-Fernando Pessoa-
Si todavía te has quedado con ganas de más, desde Praia da Rocha puedes hacer un pequeño crucero de un día. El recorrido va en dirección oeste hasta Sagres, todo por la costa… ¡un paraíso con todas las letras!