Una pausa el tiempo con esta ruta por los Países Bajos
Viajar por los Países Bajos siempre es un placer. Todos sus rincones están plagados de belleza e historia íntimamente ligada a la de España. Pero estas tierras también son reflejo de su propio pasado, sus costumbres y su tradición. En esta ruta por los Países Bajos descubrimos esos pueblos en los que parece haberse detenido el reloj. Localidades ideales para pausar el tiempo y recorrerlas en coche haciendo escala en las más emblemáticas.
Paradas en la ruta por los Países Bajos
Nuestra ruta por los Países Bajos nos lleva a lugares encantados de postal. Un paseo por la cultura holandesa donde bajar la ventanilla y respirar arte. Partiendo de Ámsterdam y terminando en Rotterdam, se encuentra un muestrario de la vida holandesa de hace siglos.
Recomponiendo la historia: Naarden y Zaanse Schans
La preocupación de Holanda por conservar su legado da la posibilidad de conocer la historia tal cual fue. Y no hay mejor opción que visitar una población que tuvo que ser trasladada. Naarden se encuentra en un emplazamiento diferente al original por temor a perderla. Gracias a eso, hoy podemos ver su fortificación estrellada y el foso que la rodea y es que el estar entre dos ríos, el riesgo de acabar sumergida era enorme.
Aunque quien puede presumir de plan de conservación es Zaanse Schans, un municipio que constituye un museo al aire libre. Su colección de molinos históricos, la mayoría con más de 200 años, harán de de la visita un placer inesperado. Un recuerdo vivo de la vida rural de los Países Bajos al alcance del visitante.
Cultura y gastronomía: Marken, Volendam y Edam
Las próximas tres paradas se hallan muy próximas entre sí. Estas tres villas nos acercarán la tradición a través de los sentidos. La primera en la ruta es Marken, una localidad que parece suspenderse sobre el agua. Tanto es así que alberga numerosos palafitos construidos sobre terpes de madera del siglo XV. Parte de ella quedó hundida en la Edad Media y bajo el mar se conservan restos. Algo que da al municipio un encanto especial.
Igual de atrayente es Volendam, a tan solo un ferry de distancia de Marken. Sus estrechas calles y angostos canales son las estampas típica de los Países Bajos. Junto al puerto se hallan varios puestos de comida donde degustar el verdadero sabor holandés. Para esto, el turista también puede desplazarse a Edam, donde su famoso queso constituye toda una delicia.
Arquitectura tradicional: Monnickendam y Kinderdijk
Si lo que deseas es ver ejemplos de arquitectura tradicional holandesa, Monnickendam es el destino ideal. Aquí no se suceden las grandes aglomeraciones de visitantes. Dando un paseo por sus callejuelas encontrarás casas de pescadores y torres que del medievo. La amabilidad de los lugareños aumentará la sensación de estar en un pequeño cuento junto al mar. Te sumergirás en una postal encantadora de villa marinera.
Pero si hay algo típico de los Países Bajos son los molinos de viento. Nada menos que 19 molinos se hallan casi al final de esta ruta, en la deslumbrante Kinderdijk. Estas edificaciones han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad y es una visita imprescindible de la Holanda meridional.
“Deja de preocuparte por los baches de la carretera, disfruta del viaje.”
-Fitzhugh Mullan-
Cuentos traídos a la vida: Enkhuizen y Giethoorn
Dos paradas en la ruta por los Países Bajos que tienen aire de cuento son Enkhuizen y Giethoorn. La primera es un museo al aire libre rodeado enteramente por agua. Allí se recrea la vida en los Países Bajos durante la Edad Media.
Además, en Enkhuizen se ubica el parque temático de Sprookjeswonderland, dedicado a los cuentos de hadas. Un lugar dedicado a la magia y el recreo que hará las delicias de grandes y pequeños.
Como enclave último queda Giethoorn, uno de los pueblos más originales y bonitos de Holanda. Su casco antiguo solamente es abarcable en embarcación a través de sus canales. Un municipio sacado de una página o de una paleta de artista. Un sendero a la fantasía convertido en el final perfecto para una ruta de escándalo.