Un inolvidable paseo por la Ciudad del Vaticano
La Ciudad del Vaticano tiene solo medio km² de extensión, pero es suficiente para acoger a millones de peregrinos que la visitan cada año. Es el corazón del catolicismo, la Santa Sede, y como tal cuenta con monumentos de mucho interés y magníficas obras. Vamos a descubrir las joyas más importantes de la Ciudad del Vaticano. ¿Nos acompañas?
La Ciudad del Vaticano, pequeña y única
El Vaticano es el país más pequeño y uno de los más influyentes del mundo a lo largo de la historia. Cuenta con solo 44 hectáreas de extensión, y de hecho, la Basílica y la Plaza San Pedro ya ocupan el 20% del territorio. Este estado independiente se encuentra en el centro de Roma, en la orilla derecha del Tíber, sobre un cerro que forma parte de las Montañas Vaticanas.
Este estado independiente nació con el tratado de Letrán, firmado entre la Santa Sede e Italia el 11 de febrero de 1929. El soberano del estado es el Papa, cuenta con moneda y sellos propios y la lengua es el latín y el italiano. Su nombre proviene de los vaticinios que se efectuaban en el lugar y en 1984 fue declarado Patrimonio de la Humanidad.
“Los viajes son fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de miras.”
– Mark Twain –
Qué conocer en la Ciudad del Vaticano
1. Basílica de San Pedro
La Basílica de San Pedro es la más importante de la cristiandad y centro del mundo católico. Con sus 186 metros de longitud, 140 metros de ancho y 120 metros de alto, es impresionante. Tiene capacidad para 20.000 personas.
Fue edificada por Constantino en el siglo IV sobre la sepultura del apóstol San Pedro. Fue reedificada en 1506 bajo un estilo renacentista y barroco. Este proyecto fue continuado por Miguel Ángel en 1546. Finalmente, su construcción concluyó en 1626, y en ese mismo año fue consagrada por el papa Urbano VIII.
Su interior alberga obras de arte como el Baldaquino de Bernini, La Piedad de Miguel Ángel y la estatua de San Pedro en su trono. Esta última tiene el pie derecho desgastado por los besos de los fieles.
Su cúpula es uno de los elementos que más llaman la atención. Fue iniciada por Miguel Ángel, continuada por Giacomo Della Porta y finalizada por Carlo Maderno en 1614. Su impresionante belleza ha servido de inspiración para otros proyectos, como el Capitolio de Washington y la Catedral de San Pedro en Londres.
2. Plaza San Pedro
Es una de las plazas más bonitas y grandes del mundo. Se encuentra a los pies de la Basílica de San Pedro y tiene 320 metros de longitud y 240 metros de anchura.
Es el lugar donde se celebran las liturgias cristianas y los acontecimientos más importantes del Vaticano. En estas ocasiones es capaz de albergar a más de 300.000 personas. Fue construida entre 1656 y 1667 con un diseño de Bernini y con el apoyo del papa Alejandro VII.
Cuenta con 284 columnas y 88 pilastras que la rodean en un pórtico de cuatro filas. En lo alto de las columnas hay 140 estatuas de santos. En su centro destaca un obelisco y dos fuentes. Una, obra de Bernini de 1675 y otra de Maderno de 1614. El obelisco, tiene 25 metros de altura. Fue traído desde Egipto en 1586.
3. La Capilla Sixtina
La Capilla Sixtina es una joya del Vaticano y del mundo. Este lugar es usado para elegir y coronar a los papas. Fue construida entre 1473 y 1481 durante el mandato del papa Sixto IV, a quien se le debe su nombre.
El arquitecto responsable de la construcción fue Giovanni de Dolci. Sin embargo, lo que más llama la atención de la Capilla Sixtina son los frescos del techo. Una maravillosa obra Miguel Ángel, realizada entre 1508 y 1512.
Sobre el altar mayor se encuentra la obra maestra del artista, El Juicio Final. Esta obra de grandes dimensiones representa el Apocalipsis de San Juan. Fue realizada para decorar el ábside por encargo del Clemente VII, que quería cubrir los murales que existían hasta ese momento.
4. Museos Vaticanos
Fueron creados en 1503, cuando el papa Julio II donó su colección privada. A partir de ese momento, otros papas y familias particulares fueron aumentando la colección de los museos, convirtiéndola en una de las más grandes del mundo.
Estos museos reciben más de 6 millones de visitantes anuales. Una de las razones es que los museos constituyen la puerta de entrada a la Capilla Sixtina.