El Parque Nacional de Komodo, un paraíso natural
Hoy vamos a trasladarnos nada más y nada menos que hasta Indonesia. ¿Nuestro objetivo? Vamos a descubrir el Parque Nacional de Komodo, un paraíso para la flora, la fauna y los amantes de la naturaleza. Durante nuestro viaje averiguaremos muchos datos importantes que, sin duda, harán que deseemos trasladarnos hasta allí. ¿Tienes ganas? ¡Buen viaje!
Historia del Parque Nacional de Komodo
El Parque Nacional de Komodo se fundó en el año 1980 con un objetivo: proteger al dragón de Komodo, una especie de lagarto de 3 metros de longitud y unos 70 kilos de peso. Se trata de una especie endémica del lugar y actualmente en peligro de extinción.
Por su tamaño, es considerado el lagarto más grande del mundo. En total, se estima que viven apenas 5700 de ejemplares de esta especie.
Muchas especies salvajes se encuentran amenazadas. Por eso, Indonesia decidieron proteger el área en el que se cría este lagarto. Sin embargo, la protección del Parque Nacional de Komodo se extendió a toda la fauna y flora del lugar, incluyendo las zonas marítimas.
Datos prácticos sobre el parque
El parque tiene una extensión de 1817 km², de los cuales un tercio pertenecen a superficie terrestre. Esta extensión se localiza en Indonesia, en concreto, a lo largo de un archipiélago formado por las 29 islas menores Sunda. De esas islas, 3 son grandes: Komodo, Padar y Rinca; el resto son más pequeñas.
En el año 1991, este lugar fue declarado Patrimonio Humanidad por la Unesco. Y desde 2011 se le considera como una de las siete maravillas del mundo natural. En el parque viven cerca de 4000 personas en pequeñas aldeas y lo hacen en perfecta armonía con las especies animales. De hecho, muchos se dedican a la conservación de la zona.
Además del dragón de Komodo, viven otras especies populares como el ciervo de Timor y un total de 72 especies de aves. En el terreno acuático, habitan más de mil especies de peces, aunque también delfines, ballenas y tortugas marinas. En definitiva: una inmensa variedad de especies animales te esperan allí.
Visita al Parque Nacional de Komodo
Para acceder al Parque Nacional tienes que ir hasta Labuan Bajo, la población situada en el extremo occidental de la isla más grande, Komodo.
La opción de transporte es evidente: el barco. Existen varios tours que te llevan por los alrededores del parque para regresar a Labuan Bajo ese mismo día, o bien varios días y recorriendo todas las islas hasta Lombok.
Ver a los dragones es complicado, ya que se ocultan del sol y cuando más activos están es, por tanto, al amanecer y anochecer. Aunque a menudo, suelen acercarse a las casas donde viven los empleados del parque.
A pesar de que la isla más grande es Komodo y es donde hay más dragones, el lugar más fácil para ver a estos animales es Rinca.
En todo caso, para visitar el Parque Nacional de Komodo necesitas sí o sí a un ranger que haga de guía turístico y te proteja de posibles ataques. Aunque el dragón de Komodo no es considerada una especie peligrosa, su longitud y su peso hacen que exista un riesgo.
Durante esta visita, podrás visitar el entorno de los dragones: dónde viven, dónde cazan, etc. Por supuesto, también te adentrarás en el resto de la naturaleza protegida del parque.
Qué hacer tras visitar el parque
Tras la visita a este Parque Natural de Komodo, regresarás a los puntos de salida de los barcos. Ya que estás allí, aprovecha la oportunidad para disfrutar de las maravillosas puestas de sol. Por su localización, verás cómo el sol se oculta en el horizonte y tiñe las aguas del mar de Flores de tonos dorados brillantes.
Otra de las cosas mágicas de estas islas y del país entero son sus playas. Aguas cristalinas, mares tranquilos, arenas blancas… Sin duda todo un paraíso. Te recomendamos aprovechar tu viaje para bañarte en ellas, hacer esnórquel, buceo, etc. En definitiva: disfruta al máximo de tu viaje.
Esto es todo lo que podemos contarte acerca del Parque Natural de Komodo. Te recomendamos incluirlo en tu lista de lugares naturales que visitar. Si te gusta la naturaleza, recorrer lugares diferentes y, sobre todo, conocer la vida de otras especies, este es el lugar correcto. Que no te eche para atrás la distancia, ¡merecerá la pena!