Pantellería, una hermosa isla mediterránea
En el sur italiano, en pleno mar Mediterráneo, se encuentra esta joya siciliana. La isla de Pantellería está a medio camino de Europa y África y muchos viajeros la usan como escala casi obligada para ir de Túnez a Italia. También es un punto fundamental para el comercio europeo y de Oriente Medio.
Pantellería, la isla volcán
El origen de esta isla tiene un responsable: la erupción volcánica. Por ello sus suelos son de color negruzco, esto le valió el sobrenombre de “Perla Negra del Mediterráneo”, aunque también se la conoce como “Isla del Viento” (bent el riah en árabe) debido a que el aire siempre sopla fuerte en cualquier época del año.
Su mar paradisíaco no se opaca por el hecho de no tener arena en la costa sino rocas y grava, aunque siempre hay que caminar calzado para no lastimarse los pies. En algunas áreas de la isla de Pantellería podemos encontrar plataformas lisas para tomar sol: Arco del Elefante, Faraglione, Balata dei Turchi y Martingala son algunas de ellas.
Para llegar a este hermoso lugar podemos optar por el barco que parte de Trápani, al oeste de Sicilia, o en avión desde esta ciudad y Palermo todo el año. También hay vuelos chárter durante el verano que salen de Roma, Bolonia, Bérgamo, Milán, Venecia y Verona.
“Como todo lo que importa en la vida, un gran viaje es una obra de arte.”
-André Suarès-
¿Qué hacer en la isla de Pantellería?
¡Descansar al sol! Esa podría ser la principal respuesta a nuestra pregunta de qué hacer en este lugar. Pero por supuesto, hay otros planes interesantes siempre relacionados a la naturaleza o incluso a la historia y la gastronomía.
La tranquilidad de este destino, elegido cada vez por más europeos para sus vacaciones de verano, nos permite disfrutar de muchas actividades al aire libre para admirar los paisajes que parecen retratados por el pincel de un artista. Para más relax, también puedes pasar algunas horas en las aguas termales que emanan de varios manantiales.
El lago de Venere, por ejemplo, es uno de los principales lugares para aprovechar las propiedades medicinales de las aguas y el fango. Este espejo de agua de origen volcánico tiene diferentes colores y es muy bonito. Está en la zona septentrional.
Otras zonas termales son Gadr con pozos a cielo abierto cuya temperatura puede llegar a los 50°C o la popular Favara Grande, bajo la montaña Grande, con su parque natural donde se pueden admirar más de 600 tipos de plantas. Es, a su vez, la única reserva europea donde anidan pájaros tan coloridos como el Beccamoschino y la Cinciarella algerina.
Si quieres ver lava en vivo y en directo, dirígete a la Mancha Mediterránea del Khagiar, de 3 kilómetros de extensión y cubierta por rica vegetación, hogar de conejos y tortugas. Además, pasa por Balata dei Turchi, con su antigua cantera de obsidiana que terminaba en el mar.
La Llana de Ghirlanda es un lugar muy bonito, conocido como “el jardín de Pantellería”. Se trata de una llanura fértil rodeada de montañas que la protegen de los vientos. Las murallas naturales permiten cultivar en forma escalonada. De allí sale por ejemplo el vino dulce, Zibibbo, muy famoso en toda Italia. Otros tipos de bebida que se producen son el Spumante, el Moscato y el Passito.
El Arco del Elefante es uno de los puntos más conocidos de la isla y un monumento natural hermoso. Ya sabrás qué forma tiene gracias a su nombre, pero igualmente te recomendamos que lo visites y disfrutes de su playa.
En tu estancia en Pantellería no te puedes perder tampoco pasear por los 11 barrios campesinos, con sus jardines circulares de piedra para proteger los árboles de cítricos y sus casas cuadradas con cúpulas llamadas dammusi. Este tipo de construcción permite refrescar en verano y guardar el calor en invierno.
En tu paseo por estos barrios podrás detenerte en cualquier restaurante para degustar de la comida típica de la isla, una perfecta combinación ítalo-argelina: ravioli amari (rellenos con hojas de menta y requesón), cous cous de pescado acompañado con verduras, pescado a la parrilla, alcaparras con queso, pesto a la pantesca crudo y para el postre mustazzola rellenos de miel, naranja y canela o raviolis con azúcar y canela.