El Palacio de Verano, el Pekín más agradable
Como indica su nombre, estamos hablando de una residencia veraniega, pero no para unos habitantes cualquiera, sino para los emperadores chinos, que aquí se refugiaban durante los meses de más calor. Ordenaron construir el Palacio de Verano a orillas del lago Kunming, que se integra en el jardín imperial y hoy constituye un atractivo más durante la visita turística a la capital del gigante asiático.
El conjunto monumental del Palacio de Verano
Todo el recinto del Palacio de Verano ocupa una extensión aproximada de unas 300 hectáreas, incluyendo sus jardines, el citado lago Kunming, las construcciones palaciegas y diversos templos. En definitiva, un conjunto histórico de gran belleza que la Unesco catalogó como Patrimonio de la Humanidad.
Y es que sus impulsores, los emperadores de la dinastía Qing, supieron crear un lugar realmente hermoso y sobre todo muy agradable. Y todo ello para que les sirviera de fresco refugio durante los calores del verano, cuando abandonaban su Palacio Imperial, la llamada Ciudad Prohibida, en Pekín, de la cual dista unos 12 kilómetros.
El encanto del Palacio de Verano
Para hacernos una idea del aspecto del lugar, basta con saber que también es conocido tradicionalmente como el Jardín de la Paz Relajante, ya que simulan ser unos jardines colgados como el lago. Esa es la imagen más típica, y en ella nunca falta la Torre de la Fragancia de Buda. Una torre a la que, por cierto, podrás subir para gozar de unas vistas fantásticas.
No obstante, si no deseas hacer el esfuerzo de subir, aunque realmente compensa, puedes dedicarte a navegar en una de las embarcaciones de recreo que navegan sobre el lago. Una de las actividades imprescindibles durante la visita al Palacio de Verano para comprender las sensaciones de relax que provoca el lugar.
Ese lago es uno de los grandes protagonistas durante el recorrido. Para empezar, porque ocupa tres cuartas partes de la extensión imperial, y además por su enorme fotogenia. Por ejemplo, en la zona del Jardín del Gusto Armonioso, donde las construcciones se ven reflejadas en las plácidas aguas del lago.“
Lo más teatral del Palacio de Verano
También en el lago está el gran Barco de Mármol, que mandó construir la emperatriz Cixi, ya que tenía miedo a hundirse. Y es que esta emperatriz fue una gran enamorada de este lugar, y de hecho gran parte de su apariencia actual se la debemos a ella. Durante la Guerra del Opio, gran parte del Palacio de Verano fue destruido, sin embargo Cixi promovió su reconstrucción a finales del siglo XIX.
Y entre ello encargó la construcción el Jardín de la Virtud y la Armonía, un lugar donde hay un edificio de 3 plantas que se usaba de teatro. Y hoy en día se siguen programando allí espectáculos tradicionales.
Otros lugares de interés dentro del Palacio de Verano
Otro espacio de visita obligada es la llamada calle Suzhou. En ella se plantea la recreación de un espacio comercial tradicional y, desde luego, es el sitio donde la mayoría de viajeros compran sus souvenirs, esta vez lógicamente “made in China”.
También es un punto destacado en el recorrido, la Gran Galería. Se trata de un corredor cubierto de más de 700 metros, todo él levantado en madera y que sirve de soporte para miles y miles de pinturas (unas 14.000) que relatan episodios de la historia de China y también escenas de sus mitos más tradicionales.
La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla.”
-Herman Hesse-
Es decir, la vista al Palacio de Verano en las afueras de Pekín es una gratísima sorpresa. En su interior parece que uno se encuentra cientos de kilómetros del bullicio de la capital china. Un lugar de visita imprescindible y para el que hay que dedicar tranquilamente una jornada, dados sus muchos atractivos, lo inspirador que es todo el lugar y las placenteras sensaciones que provoca.