Nos perdemos en la remota Sinkiang
Sinkiang es la región más remota de China, un lugar en el que la población presenta importantes corrientes musulmanas gracias a la cercanía de territorios como Pakistán, Afganistán y el Tíbet. La historia de Sinkiang, sus paisajes y diversos matices en la gastronomía de esta provincia son simplemente un deleite.
Un poco de la historia de Sinkiang
Esta parte de China presenta la mejor mezcla que pueda existir entre Oriente y Occidente. La provincia de Sinkiang fue fundada por la dinastía Qing en 1884. En 1949 la región fue liberada y se convirtió en Región Autónoma de la Etnia Uygur de Sinkiang ya en 1955. Desde los años 50 las etnias que conforman esta zona luchan al unísono, lo que dio paso a una gran defensa fronteriza.
La estructura social cambió por completo al momento en que las distintas razas que convergen en Sinkiang se unieron por la paz. Estos cambios se notan sobre todo en la religión de sus habitantes, que es principalmente musulmana; en el idioma, que proviene de las raíces del turco, y en una gastronomía que se fusiona a la perfección con las costumbres de sus países vecinos.
Durante el Imperio Romano, Sinkiang era popular por su producción de seda y algodón. Por esta razón, comerciantes musulmanes, árabes y persas se esparcieron como pólvora por estas tierras. De esta manera se introdujo en China lo mejor de Arabia como la gastronomía típica, la matemática y la medicina, así como también piedras preciosas y gemas como las perlas y el ámbar.
Urumchi, la fascinante capital de Sinkiang
Urumchi es el centro político, económico e industrial de Sinkiang. El origen de su nombre es mongol y se traduce como “hermoso pastizal”. La ciudad en sí cuenta con un poco más del millón de habitantes, que en su mayoría son chinos han. Urumchi es además una importante sede de intercambio ferroviario.
Una de las atracciones que más llaman la atención a los turistas al visitar Urumchi es el Museo de Sinkiang, que alberga objetos preciados de distintas épocas relevantes de la Ruta de la Seda. También es importante resaltar las zonas verdes de la capital, que combinan lo sublime de la naturaleza con lo armónico de la arquitectura asiática, el Parque del Pueblo es un ejemplo de ello. También es interesante visitar su Gran Bazar
Turfán, un verdadero oasis chino
Esta región de Sinkiang ha sido catalogada como la más calurosa de toda China, y no es de extrañar debido a que se encuentra en pleno desierto. Aunque el clima es desfavorable, los habitantes de Turfán viven del cultivo de la uva. Los viñedos obtienen a diario el agua del sistema “karez”, una red de canales que extrae el líquido vital gracias al deshielo de montañas cercanas.
Sin embargo, lo más destacado son las Cuevas de los mil Budas de Bezeklik, situadas a 45 kilómetros de Turfán y talladas en la roca de un acantilado. Un antiguo monasterio hermosamente decorado con frescos dedicados a diferentes aspectos del budismo. Murales que adornan 40 de las 77 cuevas.
Kashgar, una ciudad anclada en el tiempo
Situada al borde del desierto del Taklamakán, es una ciudad exótica y peculiar. Antaño también parada de la Ruta de la Seda, en Kashgar se pueden recorrer antiguos bazares y barrios de callejuelas estrechas que transportan al viajero a épocas muy lejanas.
Destaca la ciudad vieja, un rincón con hermosas casas de balcones de madera policromada y bellos mosaicos. La mezquita de Id Kah, una de las más grandes de Oriente.
“Ser el eterno forastero, el eterno aprendiz, el eterno postulante, he allí una fórmula para ser feliz”.
-Julio Ramón Ribeyro-
Naturaleza en Sinkiang
Sinkiang goza de espacios naturales increíbles. Entre ellos destaca el hermoso lago Kanas, escondido entre altas montañas y que sobresale por el color de sus aguas, a veces azul turquesa, otras verde esmeralda. Todo depende de las estaciones. Un lago, por cierto, que también tiene monstruo propio.
Otro hermoso rincón es el lago Celestial, en el Parque Nacional de Tianshan. También rodeado de montañas, en el él hay un pequeño pero delicioso templo. Y hablando de montañas hay que referirse a Bogda Shan, una cordillera con elevadas cimas de nieves perpetuas, laderas empinadas y glaciares .