Cosas que no sabías del Cristo Redentor de Río de Janeiro
El Cristo Redentor de Río de Janeiro es el monumento más característico de esta ciudad brasileña. Su figura, visible desde la distancia, es inconfundible, pero seguro que hay cosas de esta magnífica escultura que no conoces. ¿Quieres saber algunos datos curiosos? Te los contamos.
1. El nombre de Concorvado fue pico de la Tentación
Concorvado es la montaña en la se sitúa esta imponente estatua, pero no es su primer nombre. Hace varios siglos, concretamente en el XVI, cuando los portugueses conquistaron esas tierras, le pusieron el nombre del pico de la Tentación.
Esto lo hicieron en recuerdo a la montaña a la que el diablo llevó a Jesucristo para tentarlo. Un siglo después le cambiaron el nombre debido a la forma de esta, ya que Concorvado en español significa joroba.
2. Se tardó medio siglo en construir
La idea de levantar un Cristo de tales dimensiones en la cima de esta montaña fue de Pedro María Boss, que contaba con el apoyo de Isabel de Portugal. Esta idea nació en 1859, pero no fue hasta 1921 cuando se retomó y se estudió la posibilidad de llevarla a cabo.
Su construcción comenzó en 1926, con motivo del primer centenario de la independencia de Brasil. Se inauguró cinco años después, el 12 de octubre de 1931,
3. El tren que lleva hasta el Cristo es más antiguo que la estatua
¿Que fue antes, el tren o la estatua? El tren. ¿Cómo lo sabemos? Porque este fue el medio de transporte usado para mover los materiales con los que se construyó el monumento.
De hecho, se inauguró en 1884, para llevar a viajeros y habitantes de la ciudad al pico de la cima y convertir este en el mejor mirador de Río.
“El viajero ve lo que ve, el turista ve lo que ha venido a ver.“
-G.K. Chesterton-
4. El cambio en el diseño del Cristo Redentor de Río de Janeiro
La estatua fue diseñada por Carlos Oswal, quien ganó un concurso público que se organizó en Río de Janeiro para elegir al diseñador que llevaría a cabo el proyecto.
El primer boceto contaba con una cruz en la mano izquierda del Cristo y un globo terráqueo en la derecha. No obstante, mientras la escultura se estaba llevando a cabo se prescindió de ambos objetos.
5. Se construyó en Francia
Cuando se iba a realizar monumento se consideró que en Brasil no había mano de obra cualificada para llevar a cabo tan monumental proyecto. Por ello, se construyó en Francia y llegó a Brasil en diversas partes (solo la cabeza consta de 50 partes), montándose de cabeza a pies, para luego elevarla sobre estos.
6. Nadie murió en su construcción
A pesar de la época que no contaba con grandes adelantos ni normas sobre riesgos laborales, y debido a la magnitud de la obra, es increíble que ni una sola persona muriera durante la construcción. Algo sorprendente, si pensamos en la forma de sus brazos que requería una gran audacia y que entrañaba grandes peligros.
7. El corazón tiene forma perfecta
Este tiene una forma perfecta y en su interior está el árbol genealógico de Heitor Levy, maestro de obras de la estatua. Fue judío pero se convirtió al cristianismo cuando salvó su vida tras un grave accidente. De esta forma, creando tal pieza ‘perfecta’ dejó constancia de lo que el Cristo Redentor significaría toda su vida para él y su familia.
8. Un brazo es más corto que otro
El brazo izquierdo mide unos 40 centímetros menos que el derecho. Pero no se trata de un error de cálculo, más bien al contrario. Esto sucede porque los brazos se diseñaron como la vela de un barco, para que fuera capaz de resistir vientos fuertes. De hecho, puede soportar vendavales de hasta 150 km/h.
9. Sí tiene pies
Parece que no es así, y es incluso difícil advertirlos. Pero sí, el Cristo Redentor de Río de Janeiro tiene pies. Están debajo de la túnica y solo asoman levemente. Lo mejor es que subas hasta la cima y te acerques a mirarlos.
10. Es hueca
Toda la estatua del Cristo Redentor de Río de Janeiro es hueca, a excepción de las manos. Hay unas escaleras que permiten entrar y salir hacia el exterior. Son cuatro en total, dos en cada brazo.
Esto permite que, si hay que hacer alguna restauración, sea fácil acceder. No obstante, entrar solo está permitido al personal de mantenimiento y algunos privilegiados, previo permiso de la Iglesia.