Museo Nacional del Aire y del Espacio en Washington
Visitar museos es una parte esencial del turismo en Washington. Entre todos ellos, destaca el Museo Nacional del Aire y el Espacio. ¿Qué nos espera allí? Ni más ni menos que la mayor colección de aviones y de vehículos espaciales de todo el planeta.
Este es un lugar fantástico para todo el mundo, especialmente para los amantes de la aviación y las aventuras en el espacio. El grandísimo número de visitas año tras año así lo acredita.
El Museo Nacional del Aire y el Espacio en el corazón de Washington
La ubicación del Museo Nacional del Aire y el Espacio no puede ser más céntrica. Se sitúa en la zona conocida como The National Mall, a un paso del grandioso Capitolio de los Estados Unidos. Es decir, en el área monumental de la capital estadounidense. Una buena opción es recorrer estos sitios a través de los distintos tours que se ofrecen.
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El Instituto Smithsoniano
Algunos sitios en National Mall son creaciones del Instituto Smithsoniano, la institución que también está detrás de la creación de este Museo Nacional, en el año 1976. Antes ya se había ido acumulando una gran colección de aviones y naves espaciales, pero fue entonces cuando se abrió el edificio principal que hoy se visita, En este lugar están las grandes joyas de la aviación y de la carrera espacial estadounidense.
En el Aeropuerto Internacional de Washington-Dulles
Sin embargo, la colección del Museo Nacional no para de crecer, y ciertamente con objetos de dimensiones más que considerables. Por ello, en los últimos tiempos, se ha abierto otra sede grandiosa en una zona del aeropuerto de la capital de los Estados Unidos. Allí, se podrán ver en el futuro hasta 200 naves distintas. Y, de momento, ya se muestran verdaderas maravillas como un Concorde o el transbordador espacial Discovery.
¿Qué ver en el Museo Nacional del Aire y el Espacio?
Lo más atractivo del Museo Nacional del Aire y el Espacio de Wahsington es la historia que guarda. Es cierto que el hombre siempre ha intentado volar, y a lo largo de la historia se han hecho muchos intentos, de los cuales un buen exponente es Leonardo da Vinci durante el Renacimiento.
Pero la verdad es que no fue hasta los primeros años del siglo XX cuando se consiguió una máquina voladora. Y es la construyeron los hermanos Wright, cuya original Wright Flyer de 1903 se expone en este lugar.
Pero hay más naves de los pioneros de la aviación. Por ejemplo, el avión The Spirit de San Louis, en el Lindberg, que voló por primera vez el Atlántico.
También están las primeras naves de vuelos supersónicos o el módulo de Apolo XI con el que el hombre llegó por primera vez a la Luna. Por cierto, también se exponen muestras de roca lunar.
El montaje expositivo del museo
Por si los objetos en sí mismos no tuvieran un enorme interés para los visitantes, el montaje pude ser otro atractivo. Con cada nave se ha creado un entorno alusivo a su época o a sus logros. Algo especialmente llamativo al mostrar, por ejemplo, naves que actuaron en la Segunda Guerra Mundial o cápsulas en las que han orbitado astronautas como John Glenn. Toda una invitación a los próximos viajes espaciales.
Una última curiosidad
El museo es una verdadera sorpresa para todo el que lo visita, y aunque uno se imagine lo que le espera dentro, no deja de maravillarse con lo que va a conocer. Hay una infinidad de datos técnicos o históricos para invitaros a visitarlo en un próximo viaje a Washington.
Pero, hasta que llegue esa oportunidad, recomendamos ver la divertida película Noche en el Museo 2. Si el primer film de esta saga de comedias se ambientaba en el Museo de Historia Natural de Nueva York, aquel tiene como escenario las maravillas del Museo Nacional del Aire y el Espacio de Washington.
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