Amelia Earhart: un símbolo de viaje, aventura y feminismo

Amelia Earhart es todo un símbolo para los pioneros de la aviación, una mujer que parece mentira todos los récords que realizó y todos sus logros. Y, sin embargo, enfrentándose al machismo imperante, hoy en día es un estupendo ejemplo a seguir.
Amelia Earhart: un símbolo de viaje, aventura y feminismo
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 12 abril, 2020

La aviadora estadounidense Amelia Earhart, logró en su época auténticos hitos para la aviación, con el valor añadido de hacerlo siendo mujer en un mundo de hombres. La lista de sus éxitos es larga, comenzando porque fue la primera mujer que voló el Atlántico y también la primera que lo hizo en solitario. Además, alcanzó récords de altura o puestos destacados en compañías aéreas. Es decir, un personaje de lo más interesante.

Amelia Earhart, un modelo a conocer

La vida de Amelia Earhart (1898 – 1937) es un referente que todo amante de los viajes y de la aventura debería conocer para poder admirar sus proezas y su temperamento. Quien ya la conoce estará de acuerdo con nosotros y quien no sepa de su biografía, estamos seguros que se va a maravillar cuando descubra su vida.

Es un modelo por los muchos proyectos en los que se adentró. Pero además, hay que tener en cuenta el factor de que era una mujer, y para ella todo siempre fue un poco más complicado. Por eso, también se la puede considerar un referente en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres.

En definitiva, que conocer algo más de la vida de Amelia Esarhart es una lectura de lo más inspiradora en estos días de reclusión forzosa debido a la propagación del coronavirus.

Amelia Earhart antes de ser Amelia Earhart

Amelia Earhart

Nuestra protagonista siempre fue una niña a la que le gustaba jugar a lo que jugaban los chicos. Algo que ya le hizo destacar por intrépida desde pequeña. Así pasó su adolescencia y primera juventud. Y entonces llegó la Primera Guerra Mundial, momento en el que se trasladó a Toronto con su hermana para cuidar a los heridos de guerra. Y de paso, allí vio muchos aviones de guerra.

Ese fue el comienzo de su pasión por la aviación. Pero años después asistió a un festival aéreo en Los Ángeles y tuvo la fortuna de sobrevolar la ciudad en uno de esos aviones. Y definitivamente quiso ser aviadora, para lo cual se formó como otra pionera, Neta Snook, logrando así el carnet de piloto, la mujer número 16. Lo que nos da idea de lo difícil que era para el sexo femenino este oficio.

La aviadora más famosa del mundo

Sin embargo, Amelia Earhart desde sus inicios se atrevió a realizar ciertos retos que le hicieron ganar fama. Hasta que finalmente le ofrecieron ser copiloto en un vuelo sobre el océano Atlántico. Esto la convirtió en una celebridad, algo que le sirvió para dar charlas y escribir libros.

Sin embargo, ella sabía que había sido un mero acompañante en aquel vuelo. De manera que se propuso volver a cruzar el océano, pero en solitario. Era el año 1932 y voló desde el continente hasta Derry, en Irlanda del Norte, dejando un récord ya para siempre. Algo que además incrementó enormemente su fama.

La piloto en su avión

Más vuelos históricos

Aprovechó el momento para diversas iniciativas empresariales, siempre teniendo en cuenta el mundo de la aviación y las mujeres. Además de que se contaba con ella como consejera en distintas compañías aéreas. Todo ello, sin olvidar sus incesantes actos promocionales y divulgativos.

Sin embargo, ella lo que deseaba era volar, y se atrevió con nuevas proezas. Por ejemplo, hizo un vuelo desde la Costa Oeste de los Estados Unidos hasta la Costa Este, pasando previamente por Ciudad de México. E igualmente en 1935, aumentó más su fama gracias a un vuelo desde Honolulu en Hawai hasta California.

Su último vuelo

Amelia Earhart

Pero le quedaba un reto por probar. Quería hacer el primer vuelo alrededor del mundo siguiendo la línea del ecuador. Y tras muchas preparaciones se lanzó a ese viaje en el verano de 1937. Partió de Miami y voló por el Caribe y hasta Sudamérica, para desde ahí de nuevo lanzarse a cruzar de nuevo el Atlántico. Sobrevoló África y llegó al mar Rojo.

Su próxima parada sería Pakistán, luego India y de ahí al Sudeste Asiático hacia Singapur para luego llegar a Australia. Iba cumpliendo etapas, de manera que tras un mes de viaje estaba en Papúa Nueva Guinea. Ese fue el último lugar donde se la vio con vida. Tras eso solo hay contactos con los guardacostas en las cercanías de la isla Howland, perdida en el Pacífico Sur.

Desapareció y durante días se buscaron los restos de su avión. Pero no se halló ni rastro ni de la nave, ni de ella ni del piloto Fred Noonan que le acompañaba y que también merece ser nombrado. Sin duda, un triste final para esta pionera y heroína de la aviación, cuya leyenda todavía se engrandeció más debido al misterio de su desaparición.