Monterrey, ¿una ciudad olvidada de México?
Cuando escuchamos hablar de México pensamos en Cancún, Riviera Maya o incluso Ciudad de México. Muchos desconocen todo lo que encierran Monterrey y sus alrededores, pues la ciudad parece estar ensombrecida por la capital y las playas caribeñas. ¿Te vienes con nosotros a hacer un recorrido por Monterrey? Te aseguramos que merecerá la pena.
Qué ver y hacer en Monterrey
Monterrey es una ciudad de contrastes, con mucha tradición en algunos de sus edificios y a la vez mucha modernidad en otros. Con este recorrido podrás conocer lo más característico de una de las grandes urbes de México. ¿Preparado?
Macroplaza
No solo es la plaza más grande de la ciudad, sino que está considerada como una de las más grandes del mundo. En ella podrás disfrutar de museos, edificios tradicionales y alguno que otro un tanto más moderno. No importa si es de día o de noche, esta plaza es preciosa a cualquier hora del día.
El Faro del Comercio es uno de sus edificios más característicos y llamativos. Es una torre de color naranja intenso con más de 70 metros de altura. Su mecanismo láser que se mueve por la ciudad es visible desde casi cualquier punto.
Los museos de la ciudad
En Monterrey hay tres museos destacados que debes visitar, ya que son muy interesantes. Hablamos del Museo de Arquitectura Mexicana, el Museo del Noreste y el Museo del Palacio.
Todos se enfocan en la historia regional y local. En ellos aprenderás mucho de la ciudad y el país mexicano. Mientras que los dos primeros son edificios de increíble arquitectura moderna, el Museo del Palacio presume de tener un estilo neoclásico que armoniza de forma magistral con la ciudad.
Paseo de Santa Lucía
Debajo del Museo de Historia Mexicana encontraras el paseo de Santa Lucía. Podrás recorrerlo en una pequeña embarcación por un río artificial que te llevará hasta el Parque Fundidora, una de las joyas de la ciudad.
No olvides detenerte en su ribera para dar un paseo a pie y tomarte un buen café en alguno de sus locales pintorescos y tradicionales. Una tarde de lo más relajante y cultural.
Desde el paseo de Santa Lucía podrás fotografiar el Cerro de la Silla, una montaña de color verde intenso que es símbolo de la ciudad.
Prueba su gastronomía
Como este artículo no habla solo de qué ver, sino también de qué hacer en Monterrey, no puedes perderte su excelente gastronomía. La comida mexicana ha atravesado fronteras y es conocida en todo el mundo, pero probarla allí mismo no tiene nada que ver con lo que conocías hasta ahora. ¡Te lo aseguramos!
Naturaleza sin fin
También en Monterrey hay lugares naturales impresionantes que no te puedes perder, aunque es cierto que no son playas caribeñas ni cenotes. No te pierdas el Parque Ecoturístico Cola de Caballo, con una cascada de más de 25 metros de altura. Es un rincón paradisíaco.
Una de las actividades más atractivas que puedes hacer en él es recorrerlo a caballo. Puedes hacerlo a tu aire y sin horarios, pudiéndote detener en los miradores que gustes para disfrutar de sus vistas.
Catedral Metropolitana de Monterrey
Este edificio, que data del siglo XVIII, deja ver muy bien la influencia española que hubo en la ciudad. Es de estilo barroco y neoclásico y dentro está conocidísimo óleo de Las Ánimas, una obra de arte muy importante en el país.
Aun si no supieras dónde está o cómo es, cuando estés frente a esta catedral sabrás que es algo sin igual, pues su fachada enamora a cualquiera.
Templo Expiatorio San Luis Gonzaga
Y ya que nos adentramos en el mundo de los edificios religiosos, esta construcción es impresionante y tendrás unas fotos irrepetibles de ella. No se encuentra muy lejos de la Catedral Metropolitana y es un imprescindible por su forma y color peculiares.
Su exterior es de estilo neogótico y en su interior se aprecian aires medievales. Todo ello crea una explosión de formas y estilos que no pasa desapercibida ante nadie.
¿Ya has tomado buena nota de los lugares que conocer en Monterrey? Ya ves que es una ciudad con muchos atractivos, aunque quizá nunca antes hubieras pensado en ella como destino de vacaciones, ¿te hemos hecho cambiar de opinión?