La Mezquita de Solimán: una de las más grandes de Estambul
La Mezquita de Solimán es una joya de la arquitectura de la humanidad. Se trata de una de las mezquitas más grandes de Estambul, que es también reflejo de la historia de Turquía. En ella, arte e historia se juntan para dar lugar a un espacio increíble.
La Mezquita de Solimán: ejemplo de poder
A lo largo de la historia, los grandes gobernantes —sean reyes, emperadores o sultanes— han querido dejar su huella en las ciudades que gobernaban. De ahí que en la actualidad podamos disfrutar de lugares tan impresionantes como esta mezquita.
Pues el buen hacer de los alarifes que contrataban, los materiales y el sentido de propiedad de los pueblos han permitido que estas grandes construcciones sobrevivan al paso del tiempo. Esto es precisamente lo que nos encontramos con la mezquita de Solimán de Estambul, uno de esos lugares mágicos que Turquía tiene para ofrecer al visitante.
Su nombre procede de su promotor, el sultán Solimán I, quien fue amante del arte y conocido como «El Legislador», por haber creado un código de leyes ejemplo para el mundo de su época. También se lo denominaba Solimán «El Magnífico», por la grandeza de su imperio y poderío militar.
Solimán deseaba construir una mezquita que demostrara su poder ante sus súbditos y enemigos. Con este fin, envió misivas a varias partes del mundo informando de la magnífica construcción que estaba realizando. Esto fue algo que, según cuentan, provocó la envidia a varios de sus enemigos, entre ellos el Papa.
Para 1557, la mezquita ya estaba lista y su inauguración fue motivo de fiesta. Hubo una ceremonia especial en la que el sultán Solimán y el arquitecto Sinan abrieron sus puertas para que todo el pueblo la viera. Desde entonces, es uno de los edificios más grandes y bellos de toda Turquía.
Detalles del edificio
Para levantar esta obra, Solimán encargó el proyecto al arquitecto Minar Sinan. Corría el año 1550 y, para entonces, el modelo más cercano y especial para utilizar era la Iglesia de Santa Sofía.
Así, Minar Sinan cogió el concepto de esta iglesia, entonces cristiana, y le introdujo la simetría tan característica con la que cuenta la Mezquita de Solimán. Esta simetría ha servido para conocer la influencia que la arquitectura de Alberti tuvo incluso en Oriente.
El arquitecto introdujo además referencias al legendario, mítico y simbólico Templo de Salomón; lo hizo creando un domo que recuerda a la Cúpula de la Roca del templo salomónico de Jerusalén. Este fue un hecho con el que se pretendía relacionar al sultán con el Rey Salomón.
Para que destacara más, se ubicó sobre una colina, en el solar que había ocupado el antiguo palacio Eski Saray. Así, todo el mundo podría verla desde lejos.
También se complementó con cuatro minaretes, una cantidad que refleja que la mezquita fue promovida por el sultán, único que podía poner ese número de minaretes, ya que los príncipes y princesas solo podían poner dos. En ellos existen diez galerías, lo que muestra que Solimán I pertenecía a la décima dinastía otomana.
En su exterior, además de sus impresionantes minaretes y su vistosa cúpula, destaca un patio azul rodeado de varias columnas hechas de mármol, granito y pórfido. Por otra parte, en su interior la decoración es sutil y puede observarse un cuadrado casi perfecto. Desde su interior, la cúpula está flanqueada por seis semicúpulas.
El conjunto de la Mezquita
El conjunto planteado ocupaba una extensión de unos 70 000 metros cuadrados y funcionaba a manera de complejo religioso y cultural donde, además de la mezquita, había una escuela primaria, escuelas coránicas, un colegio médico, una escuela de enseñanza de Mahoma y una cocina pública donde se daba comida a los pobres.
Además, como parte del complejo se creó un bonito jardín que después funcionó como mausoleo. Es allí donde se encuentran enterrados Solimán I con su esposa e hija, Ahmed II, quien reconstruyó la mezquita luego del incendio de 1660. También descansa allí la hija de Mustafa II, Safiye, y en los muros en su parte exterior, se encuentran los restos del arquitecto Minar Sinan.
Con todo ello, la Mezquita de Solimán fue la más grande de Estambul hasta el año 2019. En ese momento, fue desbancada por la Gran Mezquita de Çamlıca, un coloso impresionante que surgió tras un concurso promovido por el gobierno turco.