Mendoza, paraíso vinícola latinoamericano
Los vinos argentinos han adquirido un gran prestigio internacional. Pues bien, en la región de Mendoza se producen casi tres cuartas partes de esos caldos. Y todo ello a la sombra de las mayores alturas de la cordillera andina. Mendoza, además de ser la capital del vino en Argentina, también es la capital del alpinismo, porque desde ahí parten las expediciones para ascender al pico del Aconcagua.
La ciudad de Mendoza, en la zona de los Andes Centrales, es un buen destino para todo el año, ya que durante los meses de calor aquí el buen tiempo está garantizado. Mientras, en invierno hay diferentes estaciones de esquí en las proximidades para practicar deportes de nieve. Tal vez por eso las calles de Mendoza siempre están animadas y abundan los cafés y restaurantes y, desde luego, los bares donde catar los famosos vinos de Mendoza.
Las bodegas de vino de Mendoza
Pero, además de degustar los vinos mendocinos en los establecimientos de la ciudad, es recomendable hacer una excursión por las bodegas de los alrededores. Existen visitas guiadas, pero también se pueden hacer por libre o en un remis (el taxi más económico).
Por otra parte, casi todas las bodegas de Mendoza ofrecen circuitos y hasta catas gratuitas de sus productos. No obstante, el objetivo es acabar comprando sus vinos. Y lo cierto es que nunca está de más comprar uno de sus exquisitos tintos del tipo Malbec, los más famosos de la zona, aunque también tienen una reputación internacional otros caldos elaborados con uvas cabernet, chardonnay o syrah.
“Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador.”
-Federico Fellini-
El patrimonio monumental de Mendoza
De nuevo en la ciudad, hay varios puntos que merecen la atención de todos aquellos que visiten Mendoza. Desde luego, un lugar casi obligado para comprender la ciudad y su entorno es el Museo Fundacional, que es donde se explica la historia de esta urbe.
Y el segundo gran elemento patrimonial destacado es el Convento y Basílica de San Francisco. No obstante, no lo es tanto por su valor arquitectónico como porque en su interior se guarda la imagen de la venerada Virgen de Cuyo, la patrona del Ejército de los Andes de San Martín, la cual resistió un devastador terremoto que sufrió Mendoza en 1968.
Los parques de Mendoza
Como consecuencia de ese gran terremoto, el patrimonio arquitectónico de esta urbe argentina no es muy espectacular, ya que lo más antiguo sufrió sus destructores efectos, y hoy vemos una ciudad bastante moderna.
Pero eso ha traído como ventaja que la ciudad posee algunos de los parques más espectaculares del país, algo que, por otra parte, se agradece mucho en verano, cuando son excelentes refugios para el calor ambiental.
Uno de estos parques es el del General San Martín, en honor del militar que guió el ejército argentino para liberar al país de los españoles. Un personaje muy querido en la ciudad, y a quien también se le dedica un museo histórico.
Otra amplia zona verde interesante es el parque Bernardo O’Higgins, donde se puede visitar su acuario o el centro Anaconda, donde se muestran grandes reptiles.
Sin embargo, el gran encanto natural de Mendoza, más que en sus parques, se encuentra en sus avenidas, donde destacan las plantaciones de inmensos árboles, especialmente sicomoros, que proporcionan algunas de las estampas más típicas de Mendoza.
Mendoza y los cercanos Andes
Ya hemos dicho que Mendoza es la ciudad base para emprender la ascensión a la montaña más elevada de América, el pico del Aconcagua, con 6.961 metros sobre el nivel del mar. Esta cumbre es todo un referente para montañeros de todo el mundo, ya que se trata de la cima más elevada del planeta fuera del Himalaya. Por esa razón es constante la llegada hasta aquí de alpinistas que aterrizan en el aeropuerto internacional de Mendoza.
Sin embargo, el cerro del Aconcagua, siempre visible desde las calles mendocinas, no es más que el lugar más famoso, ya que en su entorno también está el Cordón del Plata, con alturas que oscilan entre los 5.000 y 6.000 metros. Por esa razón, el viajero que llega a Mendoza tiene un perfil de deportista, y especialmente aficionado a la naturaleza, la aventura y los deportes al aire libre.
La oferta en este sentido es variada. Desde las zonas de escalada próximas a la ciudad en el Salto, hasta las pistas de esquí, e incluso la práctica de trekkings por los Andes, rutas en bici, en mula o descensos de ríos haciendo raftings por las aguas de río Mendoza.