Los mejores platos de la cocina húngara

La húngara es una cocina de fusión, producto de varios siglos de intercambio cultural con diferentes pueblos. Es muy variada y fácil de agradar a diferentes tipos de paladares. Su principal característica es el uso de la paprika.
Los mejores platos de la cocina húngara

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 21 enero, 2020

La cocina húngara ha comenzado a ponerse de moda en muchas partes del mundo, y se cree que será una de las más degustadas en 2020. Se trata de una verdadera gastronomía de fusión, producto de las múltiples migraciones de diferentes pueblos en esta parte de Europa.

La cocina húngara tiene influencias italianas, turcas, americanas, germanas y francesas. El ingrediente característico de esta gastronomía es la paprika o pimentón, que está presente en casi todos los platos salados. Ese fue el aporte turco a esta deliciosa cocina.

Lo más habitual es que las cartas de los restaurantes traigan el nombre de los platos en húngaro, inglés y alemán. Muy rara vez están en castellano. Por lo mismo, vale la pena familiarizarse con los nombres originales de los más famosos platos en la cocina húngara. Algunos de ellos son los siguientes.

1. Goulash o gulyás: emblema de la cocina húngara

Plato de goulash típico de la cocnina húngara

Este plato es muy popular en toda Europa del Este y un verdadero emblema de la cocina húngara. Se prepara en diferentes partes del mundo y se le considera uno de los guisos de carne más antiguos de cuantos existen. El plato tiene un origen humilde, pero se sirve hasta en los mejores restaurantes.

El goulash o gulyás  se prepara con trozos de ternera que se adoban, se enharinan y luego se sofríen en aceite de oliva. Después se agrega cebolla, pimentón, zanahoria, ajo, tomate y la inevitable paprika. Luego se agrega agua y se deja cocinar hasta que la carne esté tierna.

2. Guiso de carne húngaro o pörkölt

Plato de porkolt

El pörkölt es similar al goulash, pero presenta variaciones con respecto a este. En este caso, se emplea principalmente carne de vacuno o de cerdo que, en principio, se brasea a fuego directo. Lleva también bastante pimentón, lo que le da un sabor muy característico de Hungría.

A lo anterior se añade cebolla, chile, tomates y semillas de alcaravea. Lo habitual es que primero se frían las cebollas y luego, fuera del fuego, se añada el pimentón. La carne y la cebolla deben tener la misma cantidad. Luego se agrega el tomate en pasta, se cuece todo y está listo para comer.

3. Halászlé: sopa de pescado de la cocina húngara

Taza de halászlé

Esta sopa es un manjar muy popular. Inicialmente se preparaba en los pueblos de pescadores y hoy en día es todo un plato gourmet. La forma más tradicional de prepararla es al aire libre, en un gran caldero. Lo primero es cocinar la cabeza del pescado, con los huesos, sal, cebolla, tomate y pimentón a fuego lento.

Después se cuela y en el caldo filtrado se pone a cocer el pescado fresco, con cebolla, pimentón, sal y pimienta negra. En algunas regiones le añaden pasta a este caldo, y en otras crema agria. Habitualmente, se sirve con pan y se toma con vino blanco.

4. Pollo a la paprika

Pollo a la paprika

Este es otro de los platos más tradicionales de la cocina húngara. Se prepara con muslos de pollo, que primero se sofríen en manteca de cerdo o mantequilla. En otra sartén se sofríen cebolla y ajo hasta que transparenten y luego se agrega pimentón y laurel. Se dejan medio minuto y luego se agrega caldo de pollo, sal y pimienta.

Se cocina a fuego lento durante 20 o 25 minutos y después se retiran el laurel y el pollo. Se aumenta el fuego y se deja hasta que reduzca a la mitad, se retira del fuego y se agrega crema agria. Se añade harina y se deja que espese. Luego se vuelve a introducir el pollo hasta que todo esté bien caliente para servir. Generalmente, se acompaña con patatas hervidas o con fideos húngaros, llamados spätzle.

5. El hideg libamáj: hígado de ganso

Este exótico plato se prepara poniendo un poco de la grasa del ganso en una sartén caliente. Luego se retiran las partículas sólidas que hayan quedado y enseguida se pone allí el hígado de ganso, a fuego medio-bajo. Se agrega laurel, una manzana picada, ajo y una cebolla partida en dos.

Se baja el fuego y se cocina unos 15 minutos. Después se apaga y se deja enfriar un poco, antes de sacar el hígado con el mayor cuidado. Se pone en un plato y se baña con la grasa que haya quedado en la sartén. Así se deja una noche y luego se come frío, con tostadas.