Marruecos, todo lo que deberías ver y hacer
Es la puerta de entrada al continente africano. Ubicado en la costa norte, Marruecos ofrece al turista paisajes de grandes contrastes y una diversidad cultural única que hace que te enganches a sus colores, sabores, olores y sensaciones.
Si quieres acabar enamorado de un país vibrante y colorido, déjate seducir por su embrujo. Aquí te contamos todo lo que deberías ver y hacer en Marruecos.
Lo mejor de Marruecos
Visita Fez y Marrakesch
En tu visita a Marruecos es imprescindible que visites las cuatro ciudades imperiales, donde destacan Fez y Marrakech.
En estas ciudades puedes disfrutar de sus mezquitas, palacios y murallas. No menos apasionante es internarse en las espectaculares medinas de Marruecos, que son los centros de las antiguas ciudades medievales y están rodeadas de murallas y torres.
Piérdete en las estrechas calles de la medina de Fez, las cuales se asemejan a laberintos donde encontrarás casas tradicionales con mezquitas, jardines zocos y madrazas, ofreciéndote un paisaje único que no encontrarás en ninguna parte del mundo.
El regateo forma parte de la cultura de Marruecos, así que no puedes dejar de negociar en los zocos la compra de artesanías y recuerdos, y, tras ello, puedes disfrutar de la gastronomía local en los muchos puestos callejeros de estas hermosas ciudades.
Chefchaouen, “la ciudad azul”
Cuando visites Marruecos no puedes dejar de visitar Chefchaouen, también llamada “la ciudad azul”. Es un ancestral pueblo en las montañas del Rif que se encuentra rodeado de murallas y todas las casas están pintadas de blanco y azul.
Chefchaouen es una ciudad tranquila que nos invita a contemplar la naturaleza caminando por sus paisajes, disfrutando de un baño en los arroyos o relajándote tomando una bebida en la plaza Outa el Hammanm.
Essaouira “la perla del Atlántico”
Essaouira es un pueblecito pesquero que está ubicado de cara al mar Atlántico. La medina de Essaouira tiene una mezcla de cultura musulmana con vestigios de las colonizaciones europeas, lo que siempre despierta el interés de sus visitantes.
Junto al hermoso puerto podemos contemplar las murallas con sus cañones. También puedes disfrutar de sus playas alargadas y plateadas, degustar de un té sobre una alfombra y dar idílicos paseos por un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Las cascadas de Ouzoud
Las cascadas de Ouzud se encuentran a 150 kilómetros de Marrakech, en la cordillera del Atlas. Son un oasis en medio de paisajes arcillosos y desérticos que te regalan un paisaje impresionante formado por tres desniveles que conforman las cascadas más famosas del norte de África.
Los saltos de agua de más de 100 metros de altura son perfectos si te gusta el rafting la pesca y el senderismo. Puedes aventurarte a descubrir las nuevas rutas y caminos que se forman en los confines de las cascadas, recorrer la garganta, bañarse en sus heladas aguas y terminar descansando en terrazas que te regalan hermosas vistas que hay en los alrededores de la misma.
El valle del Draa y el desierto del Sáhara
El valle del Draa constituye una ruta de hermosas ciudadelas y fortalezas de adobe que tienen como fondo un increíble paisaje. La ciudad de Ouzarzate es el punto de partida de esta visita, si sigues por la carretera hacia el sureste que se dirige a Zagora, se atraviesan las montañas del Atlas.
Allí cambia abruptamente el paisaje. De la agreste cordillera y la tierra seca, propia de esta región, se pasa a campos de palmeras para terminar en las vastas extensiones de las dunas saharianas.
“Lo bello del desierto es que en algún lugar esconde un pozo.”
-Antoine De Saint Exupery-
Al aproximarse al Sahara se observa un gran contraste entre el verdor del palmeral del Draa y las arenas, los antiguos poblados bereberes y los oasis existentes, lo que da vida a un paisaje extraordinario.
En Marruecos no puedes dejar de dormir en una jaima (tienda de campaña nómada), acompañado del silencio y arropado por un cielo estrellado que llega hasta donde te alcanza la vista.
Para finalizar, puedes observar la salida del sol bordeando la Gran Duna, una extensión de arena fina con una altura de 150 metros. Sin duda alguna en Marruecos podrás admirar un espectáculo natural que nunca olvidarás.