Mar de piedra de Tsingy, un paisaje de otro planeta
Los seres humanos somos privilegiados, pues vivimos en un pequeño planeta entre un mar de estrellas y mundos estériles en el que podemos encontrar maravillas naturales tan increíbles como el mar de piedra de Tsingy, en la isla de Madagascar.
¿Dónde está el mar de piedra de Tsingy?
El mar de piedra de Tsingy es una reserva natural integral que se encuentra ubicado dentro del Parque Nacional de Bemaraha, en el centro de una provincia de Madagascar llamada Mahajanga.
No cabe duda de que Madagascar es una reserva de naturaleza increíble que fue usada por el mismísimo Charles Darwin para crear sus célebres teorías sobre la evolución de las especies en nuestro planeta.
Por suerte, pese a que hoy día no quedan tantas especies en Madagascar como nos gustaría, todavía podemos encontrar una vida muy rica en la isla. Además, excepcionales manifestaciones como el mar de piedra de Tsingy siguen impresionando al visitante hoy en día.
El mar de piedra de Tsingy
Este lugar llama la atención poderosamente gracias a su geología, única en todo el planeta. Entre pináculos de roca caliza se extienden selvas de manglar ricas en fauna.
El nombre de Tsingy, que traducido de su lengua natal, el malgache, significa “donde se puede caminar descalzo”, hace honor a los pináculos de roca caliza o lapiaces que son extremadamente afilados en sus puntas y pueden causar heridas de gravedad a los visitantes poco preparados para esta excitante excursión.
Debido a la excepcionalidad del mar de piedra de Tsingy, es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1990 y todavía hoy conserva todo el encanto natural de una manifestación única en todo el planeta.
La singularidad de los Tsingy
Los Tsingy o lapiaces en gran número, como sucede en este mar de piedra, confieren al conjunto un espectacular visionado como pocos en todo el planeta. Gracias a ellos, este bosque de piedra deja sin palabras incluso a los corazones más aguerridos.
La formación de estos Tsingy se produce por la acción de la lluvia que, al caer sobre la roca caliza, es capaz de disolverla, confiriendo al paisaje esta peculiar formación de “pinchos” que parecen querer crecer hacia el cielo.
Así pues, el mar de piedra de Tsingy es un paisaje que puede ser peligroso para el viajero que no marche preparado hasta Madagascar. Tanto es así que la propia fauna del lugar se ha adaptado para sobrevivir a tan peculiar panorama.
Fauna del mar de piedra de Tsingy
Fieles a las teorías evolutivas de Darwin, que construyó en Madagascar su verdadero campo experimental, muchas especies se han adaptado a las singularidades del terreno del mar de piedra de Tsingy y sus selvas de manglar.
Entre las especies de fauna más singulares que se pueden observar en el mar de piedra de Tsingy destacan los lemures, que han sido capaces de adaptarse a este peculiar paisaje.
“No es la más fuerte de las especies la que sobrevive, tampoco es la más inteligente la que sobrevive. Es aquella que se adapta más al cambio”
–Charles Darwin–
Junto a las diferentes especies de lemures, también encontramos en el mar de piedra de Tsingy otras como distintos tipos de pájaros o camaleones, que aprovechan el territorio para cazar insectos y protegerse de otros depredadores.
Paseando por el mar de piedra de Tsingy
Pasear por este lugar no solo es en ocasiones una tarea compleja, hay partes del bosque que son totalmente imposibles, salvo para las especies animales autóctonas del lugar. Así que olvídate de senderimo y otras actividades similares en la zona.
El mar de piedra de Tsingy es un lugar maravilloso para ser sobrevolado o incluso vislumbrar especies animales endémicas de esta parte de Madagascar, pero sigue siendo un espacio complejo para la vista del hombre.
Así que, si quieres emular al mismísimo Charles Darwin y vivir una aventura increíble en Madagascar, no cabe duda de que el maravilloso y peligroso mar de piedra de Tsingy es un destino increíble que requerirá que todos tus sentidos estén alerta. No obstante, la excursión es tan impresionante y misteriosa que el paseo merece mucho la pena.