Man Ray, el maestro de la fotografía surrealista

Fue uno de los fundadores del movimiento surrealista y también uno de los grandes fotógrafos del siglo XX. Nos acercamos a la figura de Man Ray.
Man Ray, el maestro de la fotografía surrealista
Begoña Ibáñez

Escrito y verificado por la historiadora del arte Begoña Ibáñez.

Última actualización: 03 junio, 2019

Fue la ciudad de Filadelfia la que vio nacer el 27 de agosto de 1890 a Emmanuel Radnitzky, mas conocido por su seudónimo: Man Ray. Este creador modernista es uno de los más importantes contribuyentes a los movimientos dadaísta y surrealista. Aunque su mayor mérito es la fotografía avant-garde, experimental e innovadora.

Su obra rezuma originalidad y vanguardia. A continuación, te desgranamos los principales aspectos en la vida y la obra de este pionero del arte.

Primeros años de Man Ray en Nueva York

Man Ray y Dalí
Man Ray y Dalí / Wikimedia Commons

A pesar de dar sus primeros pasos como bailarín en Filadelfia, con su traslado a Nueva York crecen sus inquietudes artísticas. Allí empieza a trabajar como grabador, estudia en la National Academy of Design y frecuenta la galería de Alfred Stieglitz, un fotógrafo que luchaba por el reconocimiento de la fotografía a nivel artístico.

En principio, Man Ray se dedicará a la pintura y la escultura. Pero desde el momento en que se hace con una cámara, todo cambiará y empezará a experimentar con ella. Realizará su primera exposición en Nueva York en 1915. Además, junto a Duchamp y Picabia funda el movimiento dadá en la ciudad.

Man Ray andaba en una búsqueda continua de lo irracional, lo absurdo y lo escandaloso, características básicas del dadaísmo. En 1920 forma junto a Duchamp y Katherine Dreier la Société Anonyme, que organizó diversas exposiciones y conferencias de vanguardia y arte moderno.

La consolidación en la ciudad de París

Rayograma
Rayograma, 1922/ MoMA

Será al mudarse a París en 1921, al comprobar que su obra no se vendía, cuando Man Ray comienza a desarrollar su carrera fotográfica de manera más seria. Así nacen sus primeras piezas avant-garde, los rayogramas.

Se trata de un tipo de creaciones que se hacen sin cámara: figuras abstractas que se obtienen exponiendo objetos sobre un papel sensible a la luz, que se revela posteriormente.

Con estas obras comenzamos a entender las composiciones de Man Ray. Existe una idea, un concepto detrás de cada silueta. La creatividad implícita en estas peculiares imágenes es sencillamente genial.

De este modo, llegará su merecida fama y será reconocido por la sociedad como artista fotográfico. Los personajes más sobresalientes del momento deseaban ser fotografiados por el estilo incomparable de Man Ray: Hemingway, Duchamp, André Breton, Dalí, etc. Todos quieren ser captados por la lente de este genio.

Man Ray o el inicio del surrealismo

En 1924 se produce la separación entre el dadaísmo y el surrealismo. El artista estadounidense será considerado como uno de los fundadores del movimiento surrealista, entregándose a este por completo.

En estas fechas desarrolla una serie de esculturas dentro del concepto de  ready-made iniciado por Duchamp: objetos cotidianos elevados a la categoría de arte. Uno de los mejores ejemplos de Man Ray dentro de este campo constituye también una curiosa anécdota.

Objeto indestructible de Man Ray
‘Objeto indestructible’ – Fred Romero / Flickr.com

El artista compra un metrónomo y le añade al péndulo la fotografía de un ojo recortado. Lo titula Objeto para ser destruido. Cuando ocho años más tarde su pareja, Lee Miller, le abandona, Man Ray se sume en una profunda depresión.

Así, sustituye la fotografía del ojo anónimo por el de su amante, cambiando el nombre de la pieza por Objeto de destrucción. De esta manera, crea un nuevo sentido, reflexiona sobre el poder que ejerce el amor, que hipnotiza de la misma manera que el metrónomo al balancearse.

Es una invitación a desahogarnos con dicho objeto. Una sugerencia que se tomaron muy en serio unos estudiantes 24 años después, en una exposición en París, cuando destruyeron la pieza. Con el dinero que Man Ray consiguió del seguro, compró 100 metrónomos y rehizo la obra en serie. Además, cambió de nuevo el título de la misma por Objeto indestructible.

De esta manera, Man Ray cambia por completo el significado de su creación, triunfando el amor y el arte. En la actualidad, reproducciones de esta curiosa pieza se pueden encontrar en el Museo Reina Sofía y en el MoMA.

La sensualidad en la obra de Man Ray

Meret Oppenheim, desnuda y tumbada
‘Meret Oppenheim, desnuda y tumbada’, 1932 / Museo Reina Sofía

Dejando atrás su trabajo como escultor y volviendo a 1924, la incursión de Man Ray en el surrealismo hará que desarrolle uno de sus temas por excelencia: el desnudo. Este suele estar encarnado por mujeres fatales con grandes dosis de erotismo y dobles lecturas.

Se inspira para muchas de estas fotografías en la famosa modelo y musa Kiki de Montparnasse. Así, su imagen quedará para siempre plasmada en obras maestras como El violín de Ingres. El cuerpo de la mujer se asemeja a este instrumento en una composición donde se juega con la pintura de Ingres y el diseño fotográfico.

En definitiva, Man Ray demuestra que la fotografía es arte. En los años 30 seguirá experimentando y realiza la serie Solarizaciones, exponiendo negativos a la luz. Además, comienza a rodar cortometrajes de vanguardia.

Los últimos años de su carrera

'Las lágrimas', 1932
‘Las lágrimas’ – Mikey C’s Photos / Flickr.com

Cuando los nazis entran en París en 1940 Man Ray huye a Estados Unidos y vivirá a caballo entre Hollywood y Nueva York. Imparte clases y se casa por segunda vez en 1946, celebrando una doble boda junto a Max Ernst y Dorothea Tanning.

Sin embargo, regresará a su querida Francia en 1951 para vivir allí el resto de sus días. En 1973 el Metropolitan de Nueva York le dedica una retrospectiva a toda su obra fotográfica. Man Ray conseguirá así consolidar el lugar que le corresponde a esta forma de arte visual.

Muere el 18 de noviembre de 1976 en París. Fue enterrado en el cementerio de Montparnasse y en su epitafio se puede leer “despreocupado pero no indiferente”. 

Hoy en día, la producción única de Man Ray se puede admirar en los museos de todo el mundo, como Orsay o el MoMA. Un creador incansable que nos intentó mostrar lo que hay detrás de una simple imagen. Abrió nuevos caminos y transformó la fotografía en un medio de expresión artístico.

En definitiva, nos enseña a mirar desde otra perspectiva, a plantearnos nuevos significados. Como el propio Man Ray solía decir:

La naturaleza no crea obras de arte. Somos nosotros, y la facultad de interpretación peculiar de la mente humana, los que creamos obras de arte.