Descensos de ríos por España ¡Toda una aventura!
El “rafting” (en inglés) es una actividad divertida que se puede disfrutar en familia y no es preciso ser un experto. Si te gusta la idea de subirte a una embarcación y surcar aguas embravecidas, sigue leyendo. Y también si prefieres paseos algo más tranquilos. Vamos a hacer un recorrido por algunos descensos de ríos españoles realmente recomendables. ¿Listo para la aventura?
Descensos de ríos, ¿cuál elegir?
Esa sí que es una pregunta muy difícil de responder… en la península ibérica hay muchos lugares donde hacer rafting, sin importar la experiencia o edad. Te vamos a mostrar solo algunos descensos de ríos que merecen la pena:
1. Río Ulla
El Ulla es cristalino y tiene tramos tranquilos y otros de aguas más embravecidas. Entre los primeros, destacan el que va desde Herbón a Rianxo (12 kilómetros) y el que discurre entre Puente Ulla y Puente de Sarandón (8 kilómetros). Dos recorridos para disfrutar tranquilamente de paisajes maravillosos.
Para los más intrépidos, la recomendación es ir un poco más arriba y recorrer el tramo entre Xirimbao y Herbón. Aquí se puede disfrutar de aguas bastante más bravas, con tramos de rápidos no demasiado largos y remansos entre ellos.
Uno de los pasos más conocidos es “El Lapido”, con una piedra en el medio que provoca una ola y un salto que hace las delicias de los deportistas. Pero si quieres más emoción, te la proporcionará el Leza, una afluente del Ulla de aguas algo más movidas.
2. Río Genil
Esta opción es para los que ya han hecho rafting alguna vez o para valientes. Sus rápidos son de velocidad media a alta, según el tramo elegido. Se trata de un descenso cercano a Málaga y Córdoba, está a menos de 90 minutos de Sevilla y a una hora de Costa del Sol.
Es elegido también como una actividad suplementaria a los días de playa al sur de España. La temporada comienza en mayo y finaliza en septiembre, y coincide con las sueltas del embalse de Iznajar. El tramo más importante es el de Benamejí a Palenciana (9 kilómetros).
3. Río Gállego
El nombre de este río se debe a que los romanos lo usaban para entrar a la península ibérica desde la Galia. Nace en Formigal (frontera con Francia) donde es más caudaloso y va cambiando de tranquilo a bravo en una distancia de pocos kilómetros.
La zona más “violenta” es la que va desde el pantano de la Peña hasta el desfiladero de los Mallos de Riglos. El recorrido más popular comienza en los aliviaderos del pantano y finaliza en Murillo de Gállego (12 kilómetros), con una dificultad media-alta.
4. Río Cabriel
Es un río apto para todo público, ya que ofrece zonas tranquilas y otras algo más embravecidas. Por ello es elegido tanto por expertos como por familias. En este caso, la mayor emoción es disfrutar de parajes de una belleza increíble, entre paredes verticales y estrechos cañones en algunas zonas.
La mejor época para navegar el río Cabriel es desde abril hasta septiembre, aunque se puede disfrutar en cualquier época del año. La parte más recomendable, la que atraviesa el Parque Natural de las Hoces del Cabriel.
5. Río Bidasoa
Se dice que es un “río noble”, como buen navarro. Tiene muy poco desnivel y su extensión corta, de 74 kilómetros, lo convierte en un perfecto destino para hacer descensos. En el tramo entre Endarlatza hasta Irún (donde Navarra limita con Guipúzcoa) su profundidad máxima llega a los 5 metros.
Con aguas limpias y de tonos verdosos, la dificultad del Bidasoa es media-baja. Tiene un recorrido pequeño de 10 kilómetros (se completa en 3 horas) para las familias. También hay una sección más rápida en el área de San Miguel. Los puntos más vistosos del trayecto son Endarlatza, San Miguel y Viriatu.
“El que no sabe gozar de la aventura cuando le viene, no se debe quejar si se le pasa.”
– Miguel de Cervantes –
Otros lugares donde hacer descensos de ríos por España son: el Alto Guadalquivir, el Guadalfeo, el Noguera Pallaresa, el Alto Tajo, Duratón o el Sella, entre otros muchos.