Los acantilados de Moher: consejos para visitarlos
Uno de los lugares más espectaculares de Irlanda y que deja con la boca abierta todo aquel que lo visita son los acantilados de Moher. Se trata de unas inmensas paredes de roca que se alzan hasta 214 metros en su punto más alto sobre el océano Atlántico.
Los acantilados de Moher son uno de los más importantes puntos turísticos del país. Y no es para menos, ya que es uno de los mejores escenarios naturales que podrás admirar. De hecho, es tan increíble que ha aparecido en las películas de Harry Potter y grupos como Maroon 5 lo han usado en sus videoclips.
Seguro que si vas a pasar tus vacaciones en Irlanda estás pensando en visitarlos. En ese caso, es importante conocer algunos consejos para que tu experiencia allí sea lo más satisfactoria posible.
Cómo llegar a los acantilados de Moher
Estos acantilados se encuentran en la parte occidental de la isla, en concreto, en el condado de Clare. Un lugar en el que el océano llega con fuerza al litoral.
La población más cercana es un pequeño pueblo llamado Doolin. Tiene un hostal en el que puedes alojarte, aunque es pequeño y es muy posible que esté completo. También hay una taberna donde puedes tomar algo antes de pasar a conocer los acantilados de Moher.
La mejor forma de llegar es desde Galway. Hay servicio de autobús, aunque tampoco tendrás problema si vas con tu propio vehículo. La duración del viaje es en torno a la hora y media.
Como Irlanda es un país con muchos rincones para conocer, es posible que tu viaje tenga otros motivos. Si es así, pero quieres ver los acantilados, puedes desplazarte desde Dublín, desde aquí también hay excursiones cada día. Se tardan tres horas en ir y otras tres en volver, pero conocer este lugar merece la pena.
Ver los acantilados de Moher desde el agua o sobre ellos
Puedes conocer los acantilados de Moher haciendo una pequeña ruta en barco por el océano o disfrutarlos desde la superficie, paseando sobre las grandes rocas. Las dos maneras tienen sus particularidades, por lo que lo ideal es realizar las dos.
En barco podrás realizar un recorrido por el litoral de alrededor de una hora de duración. La vista desde el pie de estas imponentes paredes de piedra de 200 metros hacen que aún parezcan más elevadas.
De este modo podrás contemplar más de cerca las rocas, especialmente las que en su día cayeron y ahora permanecen frente a la costa. En ellas es común que establezcan su hogar cientos de aves, que podrás ver sin problemas. También es posible que llegues a avistar algunos delfines y focas.
Si decides conocer los acantilados de Moher desde lo alto tienes que acudir al centro de visitantes. Aquí hay una pequeña exposición sobre la zona que te ayudará a conocer mejor cómo se formo hace cientos de millones de años.
Después de visitarlo, podrás pasear por los senderos que hay sobre los acantilados, con las mejores vistas que puedes imaginar. La brisa del mar, el sonido de las olas que rompen en la roca y, de fondo, el infinito océano Atlántico te hipnotizarán.
La torre O’Brien
Tras pasear por los senderos, otro gran aliciente en los acantilados de Moher es subir a la torre O’Brien. Lo normal es que esté abierta al público. Es necesario pagar una pequeña cantidad a modo de entrada, pero debes saber que merece la pena.
Desde lo alto de la torre obtendrás las mejores vistas de los acantilados de Moher y de las praderas que hay sobre ellos. Lleva tu cámara y prepárate para obtener las mejores fotos de tu viaje por Irlanda.
Elige la ropa adecuada
Las condiciones meteorológicas en los acantilados de Moher suelen ser adversas, pues es común que haya mucho viento e incluso precipitaciones. Lo mejor para resguardarte de la lluvia es llevar un chubasquero y ropa impermeable, si llevas un paraguas te resultará imposible mantenerlo abierto con las rachas de aire.
Otro consejo más es mantener la precaución cuando el viento sea fuerte. Y por supuesto, nunca sobrepases los límites marcados con vallas, pues pondrías en serio peligro tu seguridad.